Tensa elección en la Suprema: Lamberto Cisternas renuncia como vocero tras perder ante Guillermo Silva

Guillermo Silva Gundelach

El ministro, quien promovió que la elección de presidente de la Corte Suprema sea con un programa "de gobierno", detrás decidió dejar su cargo como portavoz. Asimismo, la elección de Guillermo Silva como líder del máximo tribunal por los próximos años movió el tablero del máximo tribunal y un inesperado cambio en las salas. "Algún matiz personal tendré que darle yo a esas actividades (del plan de desarrollo del Poder Judicial)", dijo el recién electo mandatario.


Una de las pocas instituciones en Chile que ha sufrido pocos cambios desde la época de la Colonia es el Poder Judicial y, en particular, su Corte Suprema. Es por eso que pocos esperaban hoy una sorpresa en la elección del nuevo presidente que liderará por los próximos dos años el máximo tribunal del país. La tradición, que muy pocas veces se ha saltado, dice que le corresponde el cargo al más antiguo magistrado. Sin embargo, en medio del estallido social irrumpió también la candidatura del juez Lamberto Cisternas, quien se desempeñó durante los últimos años como vocero.

Tras los juramentos de nuevos abogados, el pleno de los ministros de la Suprema se reunió en el salón ubicado en el segundo piso del Palacio de Tribunales para dar inicio a la ceremonia de elección del presidente número 83 de la Corte Suprema. Una de las ideas que planteó el ministro de la Sala Penal Lamberto Cisternas, al irrumpir en esta carrera presidencial, era que quien ocupara el puesto de presidente presentara a sus compañeros una especie de "programa de gobierno", con propuestas de cómo liderar ese poder del Estado.

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A diferencia de lo planteado, el actual presidente Haroldo Brito dio inicio a la sesión pidiendo ir de lleno a la votación, pidiendo que cada ministro indicara su preferencia en un papel en blanco, para que en él cada uno de los 20 jueces indicara quien quería que fuera su sucesor. Nadie habló. Uno a uno los magistrados fueron entregando a la relatora del pleno, Graciela Gómez, sus preferencias.

El resultado fue inapelable. Por 18 votos a 2 el ministro más antiguo, Guillermo Silva Gundelach, fue elegido por sus colegas como el próximo presidente de la Corte Suprema por los próximos dos años. Asumirá en enero de este año y hasta la misma fecha del 2022. La ministra Ángela Vivanco, quien fue la única que votó por Cisternas, se levantó a saludarlo. Fue entonces cuando el resto de los supremos, entonces, se levantaron para hacer lo mismo con Silva, quien los invitó a un festejo íntimo hoy en su casa junto a su esposa.

Una vez concretada la elección, Cisternas pidió la palabra para comunicar que había decidido dejar de ser el vocero, al sentir que ya no representaba a esa Corte Suprema y que de ahora en adelante y en los últimos cuatro meses que le quedan en el máximo tribunal, quería hablar a título personal. Agradeció, por supuesto, la preferencia de la jueza Vivanco. Acto seguido, el supremo Juan Eduardo Fuentes le agradeció su gestión como vocero del máximo tribunal y pidió un aplauso para él. Todos asintieron, agradecieron y aplaudieron. Eso, pese a que su aventura presidencial tensionó a algunos sectores de la Suprema. Si bien se valoró el intento del magistrado de que las candidaturas tengan un proyecto detrás, algunos sintieron amenazadas sus posibilidades de ser presidente si el proceso de elección sufría un cambio radical. De hecho, algunos cuestionaron en privado que esto se propusiera en medio del estallido social en Chile, pero la idea de Cisternas no era nueva y la venía alzando incluso desde hace ya dos años atrás, cuando fue electo Haroldo Brito con la oposición de no pocos integrantes del pleno.

Respecto a su decisión de dejar la vocería, Cisternas indicó a La Tercera PM que se debió a que "la votación implica que no existe una correlación entre lo planteado por mí -elecciones reales y presentación de un programa- y lo que estima o piensa el pleno; por lo cual no puedo representarlo y quedo muy incómodo para contestar a nombre del pleno. Lo que no me impide actuar a título personal". El vocero subrogante será Haroldo Brito.

Cambios de Sala

Ahora Silva deberá nombrar a un nuevo vocero. En los pasillos de tribunales se comenta que podría solicitárselo a la ministra Gloria Ana Chevesich, quien es muy cercana a él y que ya habría debutado en vocerías cuando salió a defender a los supremos de lo que fue calificado en la Corte Suprema como una "fake news" alzada por el diputado UDI Jorge Alessandri.

En la instancia, además, el ministro Carlos Aránguiz pidió irse desde la Tercera Sala que actualmente integra (que ve temas constitucionales) a la Primera Sala (que revisa asuntos civiles), donde quedará un cupo cuando Silva asuma como presidente de la Suprema. Esto significará que cuando Haroldo Brito vuelva a integrar, podría irse a la sala que lidera el ministro Sergio Muñoz, aunque es sabido que la intención del magistrado es retornar a la Sala Penal del máximo tribunal del país.

Estilo Silva

En su primera intervención como presidente electo del máximo tribunal, el ministro Silva manifestó cuál será su estilo: un juez clásico, de bajo perfil y cauto en sus declaraciones. El punto de prensa que lo esperaba tras la votación no duró más de cinco minutos.

Justo cuando el ministro Brito abandonó el Salón de Honor, Silva dijo que "es un día muy especial para mí. Es la culminación de una larga carrera judicial. Nunca pensé que iba a llegar a ocupar este cargo, pero el destino es así".

En sus palabras aprovechó de referirse a uno de los puntos que marcó esta elección, el respeto a la tradición de antigüedad: "Primó una larga tradición que se ha roto una sola vez y ojalá siga primando esta tradición en la elección de presidentes".

En los días previos a la elección, en la Suprema daban por seguro a Silva, pese a que algunos ministros advertían que podrían haber sorpresas o una elección un poco más reñida. Sin embargo el resultado fue categórico. Respecto de la jugada del ministro Cisternas, el supremo Silva dijo que "hizo uso de un derecho, intentó romper una tradición que a mi juicio es muy difícil romperla, pero él se tiene que quedar tranquilo porque al menos lo intentó". También reiteró lo que ya había dicho antes, que esta elección no generó ningún conflicto entre los dos.

Al finalizar su primera intervención, el recién electo presidente de la Suprema entregó algunas pistas de cómo será su impronta. Consultado respecto a la manera con la cual enfrentará durante su periodo el proceso constituyente que está partiendo, el supremo optó por no responder. "Es muy difícil separar el cargo de ministro de la Corte Suprema de la Corte Suprema misma, entonces yo no quiero aventurarme a dar una opinión que a lo mejor mis compañeros no compartan. La opinión que yo entregue va a ser interpretada como una opinión de la Corte Suprema y eso no es así. Por eso prefiero abstenerme, por ahora", cerró Silva.

Pasado el mediodía, cuando terminó su trabajo en sala, el presidente electo conversó algunos minutos con La Tercera PM. "Yo haré lo que dice el Código Orgánico de Tribunales y el Poder Judicial tiene un plan de desarrollo, que lo estuve revisando ahora hace poco, y tengo que ceñirme a él. Algún matiz personal tendré que darle yo a esas actividades, pero el ideal es cumplir con lo que tenemos programado", indicó.

Y volviendo sobre el proceso constituyente, dijo que "yo tengo una idea del rol que tiene que desempeñar la Corte Suprema, pero no lo puedo anticipar porque esas son decisiones que tiene que tomar el pleno en el cual yo soy uno más. En la Corte Suprema somos todo pares, no hay ningún ministro que tenga mando sobre otro. El presidente es quien dirige los debates y tiene determinadas funciones específicas, pero somos todo pares".

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