Henry Kissinger cumple 100 años: Las luces y sombras del gurú de la diplomacia de EE.UU.

Henry Kissinger en su oficina de Manhattan, en junio de 2022. Archivo.

“Héroe diplomático”, “criminal de guerra”, Nobel de la Paz, consejero de Seguridad Nacional, secretario de Estado. Esta es parte de lista de calificativos y cargos que ha cosechado en su siglo de vida Henry Kissinger, un nombre que, a todas luces, pasará a la historia del mundo moderno. Por años en el centro del poder estadounidense, fue un agente clave de la geopolítica global, tomando decisiones que repercuten incluso hasta hoy.


Para bien o para mal, dependiendo del consultado, el legado de Henry Kissinger no es uno que pase desapercibido. Y a días de cumplir un siglo de vida, el próximo 27 de mayo, La Tercera recuerda hechos de su vida política que marcaron al mundo.

Nacido como Heinz Alfred Kissinger en la Alemania del período de entreguerras, el origen judío de su familia los obligó a huir producto de la persecución nazi, en 1938. Fue en Nueva York donde creció, pero según Walter Isaacson, autor del libro Kissinger: una biografía, el exsecretario de Estado reconoció que, durante la Segunda Guerra Mundial, su paso por el Ejército fue lo que lo “hizo sentir como un estadounidense”.

Hizo carrera en Harvard como académico, tras obtener el título de politólogo y obtener un máster y doctorado en esa universidad. Fue con su paso como asesor de políticas exteriores del candidato presidencial Nelson Rockefeller, que su contacto con el mundo político se hizo directo.

El salto a las ligas mayores, sin embargo, llegó cuando en 1969 fue nombrado asesor de Seguridad Nacional del electo Presidente Richard Nixon, pese a haberlo llamado “el más peligroso de todos los candidatos a presidente” solo un año antes. Desde 1973, se convirtió en secretario de Estado, convirtiendo a la pareja Nixon-Kissinger en una de las más icónicas de Estados Unidos por sus loables o cuestionables decisiones, a veces, secretas.

Entender su historia política es, por tanto, comprender el porqué países tan lejanos como Chile y Argentina con Camboya y Vietnam están ligados por un nombre: el de Henry Kissinger. Este periódico contactó a distintos autores sobre la vida del político para descifrar, en cinco de sus más importantes luces y sombras, la labor del ganador del Premio Nobel de la Paz en 1973.

Vietnam: Nobel, tregua y extensión de la guerra

La larga Guerra de Vietnam (1955-1975), símbolo de la Guerra Fría, no fue planificada por Kissinger. El politólogo recién terminaba sus estudios cuando estalló, y aún no llegaba al gobierno cuando EE.UU. envió sus primeras tropas, en 1965. Sin embargo, sí se hizo parte de importantes hitos de la guerra una vez posicionado en el centro del poder estadounidense.

Cuando el Presidente demócrata Lyndon B. Johnson decidió suspender los bombardeos contra Vietnam del Norte, Hubert Humphrey, candidato que competía contra Nixon por la presidencia en 1968, se acercaba en las encuestas. Un potencial acuerdo de paz podía dar vuelta la carrera, relató en The Nation el historiador y académico de Yale, Greg Grandin.

Niños corren cerca de Trang Bang después de que un avión survietnamita lanzara accidentalmente napalm en llamas sobre sus propias tropas y civiles en junio de 1972. Foto: AP.

Kissinger llevaba tiempo filtrando información a la gente de Nixon directo desde la Casa Blanca. Aún daba clases en Harvard, y un ayudante presente en las conversaciones de paz le daba datos exclusivos. Inmediatamente, asegura Grandin, el círculo de Nixon instó a los survietnamitas a desbaratar las tratativas. Johnson se enteró, pero guardó silencio: Nixon ganó y la guerra continuó.

Años después, cuando el entonces Presidente buscaba la reelección, Kissinger elaboró la estrategia del “intervalo decente”, explicó a este medio Ken Hughes, especialista en dicho período histórico del Miller Center, de la Universidad de Virginia. Si Nixon admitía que no podía ganar, no hubiera logrado la reelección, “así que tomó una decisión mortal y secreta. Prolongaría la guerra hasta que su reelección estuviera asegurada”.

Kissinger fue “el principal negociador de Nixon con los líderes comunistas”, y dicha labor le valió el Nobel de la Paz en 1973 que, en opinión de Hughes, “fue en realidad un fraude”. The New York Times incluso lo llamó el “Premio Nobel de la Guerra”.

Camboya: El bombardeo secreto de Kissinger

De la mano con Vietnam, y bajo la dirección de Kissinger, Camboya se convirtió en “uno de los países más bombardeados de la historia”, aseguró en The New York Times Todd Gitlin, profesor de Sociología y Periodismo en la Universidad de Columbia. Gracias a uno de los mayores actos de secretismo en la historia moderna de Estados Unidos, Kissinger escondió del Congreso una campaña para que el órgano legislativo no se opusiera a bombardear masivamente a un país con el que no estaban en guerra.

Recién llegados al poder en 1969, Nixon y Kissinger querían restablecer el diálogo que habían hecho explotar. Para esto, el politólogo diseñó un plan para bombardear al otro lado de la frontera de Vietnam, en Camboya, destruyendo líneas de suministros para forzar a sus rivales a regresar a la mesa.

El presidente Richard Nixon señala las transcripciones de las cintas de la Casa Blanca después de anunciar durante un discurso televisado que las entregaría a los investigadores del juicio político de la Cámara, en abril de 1974. Foto: AP.

Según el periodista Seymour Hersh, Kissinger estaba a cargo de todos los aspectos del proceso y, en 1973, un informe del Pentágono lo corroboró. “Aprobó cada uno de los 3.875 bombardeos de Camboya en 1969 y 1970″, el período más secreto del bombardeo, se lee. Como consecuencia, el gravemente herido gobierno camboyano “fue derrocado por los genocidas Jemeres Rojos”, aseguró Gitlin, quebrando a un país con el que EE.UU. no estaba en guerra.

China: Descongelando relaciones con Mao

“Su política hacia China fue uno de los grandes logros de Estados Unidos en la Guerra Fría”, dijo a Politico Nicholas Thompson, editor de The New Yorker y autor de un libro sobre dicho conflicto. Era la China de Mao Zedong, fundador y máximo dirigente del Partido Comunista que erigió los cimientos del actual gigante asiático.

Para febrero de 1972, Nixon se reunía con Zhou Enlai, primer ministro desde 1949, además del propio Mao. El rechazo de China a la postura paternalista y “revisionista” de la URSS los separó, abriendo una ventana para restituir la relación entre EE.UU. y la nación asiática. Y Kissinger jugó un rol clave para destrabarlas. Durante su viaje secreto a Beijing, Zhou le planteó que la cuestión taiwanesa, reclamada por China como propia, quedara para el final de la reunión y sin la intención de que fuera resuelta en el primer acercamiento formal.

El Presidente Nixon y el secretario de Estado William Rogers visitando la Gran Muralla China, en febrero de 1972. Foto: AFP.

Ken Hughes disiente del análisis generalizado, afirmando que “Kissinger fue emisario secreto en 1971, y a él se le atribuye gran parte del mérito de la apertura diplomática, pero fue idea de Nixon, iniciativa de Nixon, y Nixon merece el mérito”, declaró a este periódico.

URSS: La distensión con los soviéticos

La crisis de los misiles de 1962, que mantuvo en vilo a toda la humanidad, había quedado atrás, pero la posibilidad de que se repitiera no podía darse. Y Henry Kissinger acercó posiciones con los soviéticos.

El politólogo es considerado como uno de los gestores de una política “más cálida” entre EE.UU. y la Unión Soviética, afirma Britannica, además de fomentar la détente, período de relajación de la relación entre ambas potencias en conflicto indirecto.

Durante esta ventana aumentó considerablemente el comercio entre ambos, además de darse la firma del tratado de Limitación de Armas Estratégicas (SALT) en 1969.

“Kissinger actuó como principal negociador de Nixon con la Unión Soviética, forjando una relación de contracanal con diplomáticos rusos y negociando el primer gran acuerdo de control de armas nucleares entre EE.UU. y la URSS. Fue todo un logro”, explicó Hughes a La Tercera.

En noviembre de 1974, tres meses después de la caída de Nixon por el caso Watergate, el politólogo participó en la Reunión Cumbre de Vladivostok sobre el Control de Armamentos, en los que ambas naciones fijaron un “número total igual” de equipos de guerra.

Latinoamérica: Chile y la Operación Cóndor

Lubna Qureshi doctora en Historia por la Universidad de California-Berkeley y autora de Nixon, Kissinger y Allende: La implicación de Estados Unidos en el golpe de 1973 en Chile, aseguró a La Tercera que “en lo que respecta a América Latina, el legado más importante de Henry Kissinger es su participación en el golpe de 1973 en Chile. Creó el modelo para el enfoque general de la administración Nixon hacia América Latina”.

Logo de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) en Langley, Virginia. Archivo de abril de 2016. Foto: AP.

Quizás el momento en el que se vio más involucrado fue cuando, según documentos desclasificados de la CIA, el organismo conspiró con los generales Roberto Viaux y Camilo Valenzuela para secuestrar al general René Schneider. “Bajo la supervisión directa de Kissinger, la estación de la CIA en Santiago canalizó subfusiles, munición y granadas de gas lacrimógeno a esta red”, detalló la doctora en historia.

“Kissinger no solo tendió una mano de amistad a Pinochet, sino también a las dictaduras militares de Argentina, Uruguay, Paraguay, Bolivia y Brasil, países que colaboraron en la Operación Cóndor. Una de sus víctimas fue el diplomático chileno Orlando Letelier. Kissinger conocía bien la Operación Cóndor”, aseguró Qureshi.

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