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Drogas sintéticas: el riesgo emergente para la salud pública en Chile y la región

Argentina levantó recientemente la alerta regional por la aparición de xilacina mezclada con cocaína en su país: una droga conocida como “tranq”. Aquí, expertos discuten el impacto que puede generar un posible arribo a Chile en la salud pública y cómo otras sustancias emergentes representan una tendencia dentro del mercado de compuestos adulterados.

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Una nueva droga ha sido rastreada en Sudamérica. Hablamos del “tranq”, nombre informal para un estupefaciente que contiene xilacina, sedante y analgésico usado exclusivamente en medicina veterinaria, especialmente para animales de gran envergadura como caballos, vacas y ciervos.

En marzo de 2025, el Sistema de Alerta Temprana de Argentina recibió una notificación proveniente del Laboratorio División Narcotráfico de Córdoba, tras revelarse un análisis de un troquel tricolor cuyo contenido se correspondió con xilacina en combinación con otros componentes como pregabalina (ansiolítico), carisoprodol (relajante), 25I-NBOH (alucinógeno) y cocaína (estimulante).

La aparición del “tranq” en el país fronterizo, que fue informada recién a mediados de mayo, genera incertidumbre, pensando en que su uso puede causar depresión respiratoria o paro cardiorrespiratorio.

Sus efectos están a niveles similares que el fentanilo, opioide sintético 100 veces más fuerte que la morfina, utilizado en pacientes con enfermedades graves como cáncer, y que ha generado una crisis nacional en Estados Unidos y causado la muerte de 74.702 estadounidenses en 2023 y 76.226 en 2022, según estimaciones dadas a conocer por Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de EE.UU (CDC).

Natalia Riffo, directora del SENDA, cuenta que si bien no hay aún una alerta de entrada de "tranq" en Chile, sí la hay de la presencia de xilacina como adulterante de drogas como éxtasis o ketamina.

Todas estas sustancias, englobadas bajo el concepto de drogas sintéticas, podrían volverse un problema mayúsculo ahora que las consecuencias del narcotráfico son más visibles en la percepción pública.

En cuanto al panorama actual, el consumo de drogas sintéticas presenta una prevalencia del 1,2% en la población, según el último estudio del Servicio Nacional para la Prevención y Rehabilitación del Consumo de Drogas y Alcohol (SENDA).

Aunque el éxtasis sigue siendo la más utilizada, preocupa el aumento de mezclas como el “tusi”, una combinación de ketamina y otros componentes.

“Las redes sociales y plataformas digitales facilitan su distribución, aunque las amistades y redes cercanas siguen siendo una fuente clave de acceso”, precisa Natalia Riffo, directora nacional de SENDA.

“En los últimos años, en Chile hemos comenzado a enfrentar una nueva forma de consumo de drogas”, asegura Fernando Torres, académico y director de la Escuela de Química y Farmacia de la Universidad Andrés Bello. Torres plantea un escenario donde drogas tradicionales como la marihuana y la cocaína, que siguen siendo de fácil acceso, se agregan al panorama de las drogas duras, que muchas veces suelen llegar desde el extranjero o se fabrican acá, en lo que se conocen como “cocinas de drogas”.

Se estima que un 1,2% de la población chilena consume drogas sintéticas; entre ellas, el tusi.

“El riesgo para la salud pública es mayor, ya que muchas veces se ignora tanto la composición como la concentración de estas drogas, así como las impurezas peligrosas que contienen”, complementa.

Muchas veces, las personas no solo se intoxican por la droga en sí, sino también por los ácidos, bases o solventes orgánicos altamente tóxicos con los que fueron elaboradas.

¿Circula la xilacina en Chile?

¿Existen registros o alertas recientes sobre la circulación de xilacina en Chile? El SENDA, en su rol de coordinador del Sistema de Alerta Temprana de Drogas (SAT), recibe información sobre incautaciones de nuevas drogas que se realizan en el territorio nacional.

Así lo expresa la su directora, Natalia Riffo, quien confirma que, de acuerdo a datos del Instituto de Salud Pública (ISP), existe presencia de xilacina como adulterante en “incautaciones de muestras de éxtasis, 2C-B, ketamina u otros polvos de color”. En 2024, se detectaron seis nuevas sustancias, de acuerdo con la información entregada por el ISP en enero de este año.

Las bajas cantidades detectadas podrían deberse, según la autoridad, en parte a la naturaleza de estos fenómenos, de rápida evolución y dinamismo en la aparición de nuevas sustancias. Además, la potencia de estas sustancias, que son comercializadas en pequeñas cantidades, dificulta su identificación y rápida detección.

“A la fecha no se han emitido alertas sanitarias. No obstante, la circulación de xilacina como adulterante de distintas sustancias es un tema presente en las reuniones del SAT”, señala Riffo, quien explica que el trabajo interinstitucional y coordinado se realiza también a nivel internacional, considerando que la alerta levantada en Argentina es informada a los países de la región. Esto permite monitorear el fenómeno, siempre en coordinación entre las diferentes instituciones participantes de SAT.

Fernando Torres, director de la escuela de Química y Farmacia de la UNAB, advierte que muchos infartos en personas menores de 40 podria deberse al consumo de drogas sintéticas.

A pesar de la baja presencia –y, en consecuencia, consumo–, Fernando Torres de la UNAB insiste que eso no debe tranquilizarnos. “El hecho de que ya estén circulando estas drogas en el país genera intoxicaciones e incluso muertes”.

Torres defiende que, por ejemplo, muchos infartos agudos al miocardio en personas menores de 40 años están relacionados con el consumo de cocaína u otras drogas duras.

También señala que se han reportado hemorragias e infartos cerebrales vinculados al consumo de sustancias. “Sin embargo, en Chile, los únicos organismos con capacidad técnica para detectar estas drogas son el ISP y el Servicio Médico Legal (SML)”, enfatizando que esta última organización solo hace análisis toxicológicos si hay una causa judicial abierta.

“Algunos laboratorios clínicos de hospitales o clínicas grandes tienen la metodología, pero son muy caros y poco accesibles. Además, requieren instrumentos de altísima precisión y personal capacitado, lo que también dificulta el seguimiento de estas sustancias”, engloba.

Fernando Torres también alerta sobre las “catinonas sintéticas”, drogas fáciles de fabricar que eluden la ley al modificarse ligeramente en su estructura química, lo que impide castigar su tráfico. Estas provocan alucinaciones, adicción, paranoia, agresividad y accidentes.

Asimismo, menciona el uso de estampillas con LSD y derivados sintéticos, de marihuana sintética con concentraciones extremas de cannabinoides y el resurgimiento de la ketamina, con fuerte impacto en el sistema nervioso. Muchas de estas sustancias, además, vienen contaminadas con solventes tóxicos, lo que agrava su peligrosidad. El cambio constante en su composición genera un vacío legal que dificulta su regulación en Chile.

El caso uruguayo

El panorama actual de la xilacina y otras sustancias en la región puede servirnos de ejemplo. Héctor Suárez, coordinador del Observatorio Uruguayo de Drogas, señala que, hasta ahora, el SAT de dicho país no ha detectado xilacina en el mercado ilegal uruguayo, ni como droga de abuso ni como adulterante en otras sustancias. Ante la alerta argentina, analiza que en ese caso “no fue contaminación accidental, sino una mezcla intencional”, precisa el experto.

“Estamos empezando a consolidar el trabajo conjunto entre sistemas de alerta latinoamericanos”, destaca Suárez, y menciona reuniones recientes con Chile, Paraguay y Brasil organizadas por la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) y la red de Sistema de Alerta Temprana para las Américas (SATA) de la CICAD-OEA.

Uruguay rara vez es el primer país en detectar nuevas drogas, pero su ubicación lo convierte en un eslabón estratégico en las rutas hacia Europa y entre dos potencias como Argentina y Brasil. “No tenemos producción local ni laboratorios clandestinos significativos”, comenta Suárez, “pero los informes de países vecinos son fundamentales para nuestro monitoreo”.

Respecto al consumo de drogas sintéticas en Uruguay, el coordinador del observatorio señala que, si bien el fenómeno aún es reducido, se concentra en ciertos sectores jóvenes y en contextos recreativos. “A diferencia de sustancias más adictivas como la pasta base, estas drogas muchas veces pasan desapercibidas”.

El uso de drogas sintéticas, a diferencia del de la marihuana o pasta base, es más oculto y se sabe mucho menos sobre él, dice Héctor Suárez, coordinador del Observatorio Uruguayo de Drogas.

“Nuestro enfoque ha sido la reducción de riesgos y daños”, afirma, lo que se traduce en iniciativas como la instalación de baños químicos en fiestas electrónicas para análisis in situ, convenios con organizaciones que realizan testeo de sustancias y la emisión de alertas públicas cuando se detectan compuestos especialmente peligrosos. “Las pastillas muchas veces no contienen lo que el consumidor cree”, advierte.

Perspectiva a largo plazo

La directora nacional de SENDA, Natalia Riffo, advierte que el fenómeno de las drogas sintéticas y emergentes plantea desafíos urgentes para la salud pública, dada su alta variabilidad y rápida expansión.

Para fortalecer la respuesta institucional, SENDA implementó el Plan de Trabajo para el Abordaje de Drogas Sintéticas, presentado en noviembre de 2024. Este contempla 36 medidas, entre ellas fortalecer el monitoreo, preparar la red de urgencias, reforzar los controles, mejorar la comunicación de riesgos, capacitar a los equipos de salud, actualizar la normativa vigente, implementar receta electrónica para fármacos controlados y distribuir naloxona como antídoto ante intoxicaciones por opioides.

Los avances del plan fueron presentados el 28 de mayo, marcando un hito en la estrategia nacional contra estas nuevas amenazas. Ese día, el subsecretario del Interior, Víctor Ramos, expresó a los medios que “las medidas que estamos aplicando con este plan profundizan la preparación del Estado frente a la circulación de nuevas drogas, una amenaza permanente para nuestra sociedad”.

Ante una tarea por delante, Fernando Torres, director de la Escuela de Química y Farmacia de la UNAB, expresa que no se debe subestimar el problema. Las drogas emergentes ya están circulando y su consumo va en aumento, especialmente entre jóvenes que acceden a ellas a través de redes sociales, donde se comercializan mediante íconos y códigos —como tréboles o diamantes— que la policía ya ha comenzado a identificar. “Si la vida de una, diez o cien personas está en riesgo, debemos actuar”, defiende.

En relación con el marco legal, el impacto transformador de la regulación del cannabis en Uruguay, implementada en 2013, puede ser un ejemplo de prevención y cuidado de la población.

“Fue una medida de seguridad pública, parte de un paquete de 14 medidas para enfrentar la criminalidad”, recuerda el coordinador del Observatorio Uruguayo de Drogas. Pese al rechazo inicial, hoy la mayoría de la población la apoya. “El saldo entre opiniones a favor y en contra pasó de -26 a +6. La gente vio que no hubo efectos catastróficos en la salud”, sostiene.

La legalización de la marihuana en Uruguay, en 2013, supone un fuerte control de esta droga a nivel estatal. � Andres Stapff / Reuters

La política uruguaya se caracteriza por su control estatal estricto: no hay comercialización libre, la venta se realiza solo en farmacias, es necesario registrarse y no se permiten derivados ni publicidad. Esto ha contribuido a reducir el mercado ilegal. “El prensado paraguayo, que en 2014 representaba el 60% del mercado, hoy apenas alcanza el 8%. Son más de 30 toneladas que ya no circulan”, detalla Suárez.

Este enfoque integral también se refleja en el acceso a tratamientos. “El Sistema Nacional Integrado de Salud incluye prestaciones específicas para consumidores de pasta base y dispositivos móviles para personas en situación de exclusión”, afirma. Estas políticas nacieron de una necesidad urgente y se consolidaron con el tiempo, ampliando el concepto de salud pública.

Sobre los desafíos que podrían venir con un eventual cambio de gobierno, Héctor Suárez reflexiona: “Lo importante es sostener lo que hemos aprendido: que las políticas basadas en evidencia, sin estigmas y con perspectiva de derechos, generan mejores resultados para todos”.

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Frente al consumo problemático, SENDA ofrece tratamiento gratuito a través de una red de más de 500 centros distribuidos en el país, con atención especializada tanto para menores como adultos, independiente de la sustancia consumida.

Se puede acceder al sistema llamando al Fono Drogas y Alcohol 1412 o acudiendo a un Centro de Atención Primaria.

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