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¿Por qué Chile está protegido del dengue y la chikungunya pese a la crisis sanitaria en Cuba?

Nuestro país es el único del Cono Sur sin circulación autóctona de estos virus desde la década de los 60. Clima, geografía, vigilancia vectorial y una alerta sanitaria vigente dan cuenta de por qué el riesgo sigue siendo bajo, aunque los expertos advierten sobre los desafíos futuros. “El riesgo para Chile hoy no es inmediato, pero exige vigilancia constante frente al escenario regional”, alerta María Jesús Hald, epidemióloga de la Universidad Andrés Bello.

El mosquito Aedes aegypti es el principal transmisor de dengue y chikungunya, enfermedades que hoy mantienen a Cuba en una compleja situación epidemiológica.

Una crisis epidemiológica sin precedentes está viviendo Cuba por la presencia de enfermedades vinculadas al mosquito “Aedes aegypti”: el dengue y la chikungunya. Según detalla el Diario de Cuba, las autoridades de Salud han confirmado hasta el cierre de esta edición 55 fallecidos oficiales, 37 por chikungunya y 18 por dengue. Sin embargo, cifras extraoficiales hablan de más de 40 mil infectados.

La grave crisis sanitaria que enfrenta el país caribeño ha sido catalogada por periódicos internacionales como la Deutsche Welle o la BBC Mundo como “fuera de control”. Este último medio ha dicho que la aparición de este brote ocurre en medio de una “crisis extrema” que afecta al sistema sanitario.

La falta de remedios, así como limitaciones propias para diagnosticar a posibles enfermos han impactado sustancialmente una situación que hasta ahora parece no tener una salida.

Altas temperaturas, lluvias y entornos urbanos densos crean condiciones ideales para la proliferación del mosquito transmisor en zonas tropicales. UESLEI MARCELINO

¿Cómo se entiende el aumento de casos que está viviendo Cuba? María Jesús Hald, epidemióloga de la Facultad de Medicina de la Universidad Andrés Bello (UNAB), considera la convergencia de “factores clásicos” en epidemiología de zonas tropicales.

“Mayor proliferación del mosquito transmisor, condiciones climáticas favorables tales como altas temperaturas y lluvias, entornos urbanos densos y dificultades sostenidas en el control vectorial”, enumera.

A esto, agrega Hald, Latinoamérica está registrando cifras históricas de dengue, con millones de casos en los últimos dos años. “Cuba no es una excepción, sino parte de una tendencia regional de expansión de estas enfermedades”, precisa.

“El riesgo para Chile hoy no es inmediato, pero exige vigilancia constante frente al escenario regional”, advierte María Jesús Hald, epidemióloga de la Universidad Andrés Bello.

Al existir condiciones ambientales propicias, agrega Rodrigo de Oliveira, experto entomólogo de la Universidad Católica del Maule, “el ciclo del mosquito se acelera y eleva la cantidad de poblaciones de estos insectos”.

El boom también es provocado dado que existen “muchos criaderos urbanos”. Esos mosquitos, principalmente el Aedes aegypti, que transmite todas esas enfermedades, se reproducen en recipientes con agua limpia o estancada, o cerca de la basura.

No obstante, dice el académico brasileño residente en Chile, la crisis social de Cuba es un factor más. “Hay menor capacidad de fumigación y control, hay problemas de saneamiento y mucho cúmulo de basura”, señala, incidiendo que el virus circula con fuerza al existir “una población susceptible por las condiciones en que viven”.

Diferenciando las enfermedades

La viróloga Vivian Luchsinger, profesora de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, presenta las diferencias clave entre el dengue, el chikungunya y el zika. Si bien los tres comparten el mecanismo de transmisión, sí tienen particularidades. “El cuadro clínico puede ser bastante similar”, asegura, desde fiebre, malestar, dolor de cabeza, dolores musculares, dolores articulares.

Latinoamérica registra cifras históricas de dengue en los últimos años, un fenómeno asociado al cambio climático y a debilidades en el control vectorial.

El dengue, en general, tiene más fiebre que los otros, y se caracteriza por cuadro de mialgia, es decir, dolor intenso de huesos y músculos. En cambio, el chikungunya se caracteriza más por dolores articulares intensos, que pueden persistir por varios meses.

El zika no tiene cura y, en general, es menos sintomático que los otros dos patógenos, no obstante, cuando infecta a una embarazada se puede transmitir al hijo o hija y produce secuelas. “Existen casos de microcefalia, la cabeza pequeña, cosa que no se ve con los otros virus”, describe.

“El dengue se caracteriza por fiebre alta y dolor muscular intenso, mientras que el chikungunya genera dolores articulares que pueden durar meses”, señala la viróloga Vivian Luchsinger, de la Universidad de Chile.

De las enfermedades mencionadas, en algunas personas se producen infecciones más graves, y eso se comprende por varias razones. En el caso del dengue, dice Luchsinger, hay personas que tienen una respuesta inmune que no controla eficientemente su circulación, como los inmunocomprometidos o los adultos mayores. En casos particulares, la respuesta inmune es inflamatoria, lo que hace que se desencadenen cuadros complejos.

El dengue cuenta con cuatro serotipos del virus, lo cual en voz de la experta es un dato a considerar. En caso de volver a infectarse, habrá generado anticuerpos contra uno de esos serotipos, pero abre las puertas para que otra cepa se asocie, en consecuencia, generando probabilidad de cuadros más graves.

El caso de Chile

El cambio climático genera problemas que traspasan las fronteras de Centroamérica y Sudamérica. “Las temperaturas más altas favorecen la proliferación del mosquito. Con el aumento global, estos vectores amplían su distribución, llegando a lugares en los que antes no estaba”, precisa el académico Rodrigo de Oliveira, quien ya tuvo dos veces dengue en Río de Janeiro, país donde el mosquito es endémico.

En 2016, Inti Pérez, de dos meses de edad, diagnosticado con microcefalia relacionada con el virus del Zika transmitido por mosquitos.

Por su lado, María Jesús Hald, de la UNAB, plantea las condiciones que genera el aumento de temperatura en la tierra no sólo favorece la expansión de estas enfermedades al modificar los patrones de lluvia y prolongar las temporadas de reproducción del mosquito.

“Esto ha permitido que enfermedades antes restringidas a zonas tropicales se expandan hacia nuevas regiones”, puntualiza, y agrega que en países como Chile las proyecciones indican un riesgo progresivo, especialmente en zonas del norte, donde las condiciones ambientales podrían volverse cada vez más favorables para el vector en los próximos años.

“Cuando existen condiciones ambientales propicias, el ciclo del mosquito se acelera y aumentan sus poblaciones”, explica Rodrigo de Oliveira, entomólogo de la Universidad Católica del Maule.

A diferencia de otros lugares de la región, hasta ahora se han detectado en el país principalmente casos importados de estas enfermedades, producto de chilenos que viajaron a países donde prolifera el mosquito. Con excepción de Isla de Pascua, donde sí hay dengue, dice Vivian Luchsinger, en el resto de Chile sólo hay algunos casos de zika y otros aislados de chikungunya.

¿Qué protege a Chile continental? El clima y la geografía: un clima seco y bajas temperaturas. Por ejemplo, los huevos no resisten temperaturas bajo los 10-12 °C. “Si un mosquito infectado deja huevos, estos no sobrevivirían a nuestras bajas temperaturas”, señala la viróloga de la Universidad de Chile. Por eso, la vigilancia es importante para verificar que no entre el mosquito.

En febrero de 2025, el Ministerio de Salud (Minsal) detectó la presencia del mosquito transmisor en el Complejo Fronterizo Los Libertadores. El hallazgo llevó al cierre temporal del paso fronterizo para implementar un operativo de fumigación junto con medidas de vigilancia epidemiológica. Esta es una medida que demuestra que en el país existe un estándar de prevención.

El clima seco, las bajas temperaturas y la geografía explican por qué Chile continental no presenta circulación autóctona de estos virus. juan

Quien puede detallar mejor el trabajo en terreno es Bárbara Hott, jefa de la Oficina de Zoonosis y Control de Vectores del Minsal. Consultada por el impacto del cambio climático, Hott introduce una mirada histórica. “El mosquito Aedes aegypti estuvo presente en Chile continental hasta 1961, año en que se confirmó su erradicación, por lo que la presencia actual no puede atribuirse exclusivamente al cambio climático”, aclara. Sin embargo, reconoce que la evidencia científica es clara respecto a los riesgos futuros.

“El aumento de temperaturas y el cambio climático pueden favorecer la expansión territorial del vector”, advierte. A propósito de los brotes de dengue y chikungunya que afectan a Cuba, Hott es clara en señalar que el riesgo para Chile hoy no es inmediato, pero sí requiere monitoreo constante. Las detecciones en Chile continental siguen siendo acotadas y focalizadas. Actualmente, el mayor riesgo vectorial se concentra en regiones específicas del país. “Las detecciones se concentran principalmente en Arica y Parinacota, Tarapacá y Valparaíso”, detalla la autoridad sanitaria.

A nivel continental, Chile mantiene una condición singular en el Cono Sur: “Es actualmente el único país sin circulación autóctona de patógenos transmitidos por Aedes aegypti”, precisa Hott.

“Chile es actualmente el único país del Cono Sur sin circulación autóctona de patógenos transmitidos por Aedes aegypti”, destaca Bárbara Hott, jefa de Zoonosis y Control de Vectores del Minsal. BARO BRIZUELA

Desde el Minsal, esta situación es evaluada de manera permanente, a través de una mesa técnica sobre mosquitos y patógenos, lo que permite una evaluación continua del riesgo y una preparación oportuna. A esto se suma una Alerta Sanitaria vigente desde 2021, de carácter preventivo, que refuerza las capacidades de vigilancia y control vectorial frente al complejo escenario regional.

Vigilancia permanente y aparición de vacunas

El país cuenta con un sistema de vigilancia permanente a través del Programa Nacional de Vigilancia, Prevención y Control de Mosquitos de Importancia Sanitaria, vigente desde 2017 y ejecutado por las SEREMI de Salud desde Arica y Parinacota hasta la Región Metropolitana.

Las acciones se ajustan según el riesgo territorial. “En las regiones con detecciones del vector se realizan estrategias intensificadas, como vigilancia con dispositivos de captura, inspecciones domiciliarias, atención de denuncias comunitarias y actividades educativas”, explica Bárbara Hott.

Dengue, chikungunya y zika comparten vía de transmisión, pero presentan diferencias clínicas relevantes. Ricardo Ortiz

Las cifras reflejan la magnitud del trabajo preventivo. Solo durante 2025, hasta la Semana Epidemiológica 50, se han realizado 51.769 inspecciones vectoriales, se han analizado 52.742 muestras y se mantienen 1.243 dispositivos de captura activos en el territorio continental, según cifras entregadas por Minsal.

De la mano del control preventivo, la ciencia también ha permitido enfrentar la situación. “Hay tres vacunas contra el dengue”, señala la especialista Vivian Luchsinger, aunque aclara que no todas son de uso masivo. La primera, desarrollada hace más tiempo, ha ido quedando en desuso porque solo puede aplicarse en personas que ya tuvieron dengue previamente. “Esto la hace poco práctica, porque antes de vacunar habría que hacer un estudio para confirmar si la persona ya estuvo infectada”, precisa.

Una segunda vacuna, más reciente, se utiliza actualmente en varios países, pero también con indicaciones acotadas. La mayor expectativa, sin embargo, está puesta en la vacuna desarrollada por el Instituto Butantan en Brasil. “Genera mucha esperanza porque se aplica en una sola dosis, a diferencia de las otras”, comenta Luchsinger. Si bien su efectividad sigue evaluándose en la práctica, los estudios muestran resultados alentadores, aunque con algunas limitaciones.

Existen vacunas contra el dengue que ya se utilizan en algunos países, y una de las más prometedoras es la desarrollada por el Instituto Butantan de Brasil, que se aplica en una sola dosis y podría ampliar su uso a nivel internacional en los próximos años.

El escenario es distinto en el caso del chikungunya. “Existe una vacuna, pero los resultados no fueron tan buenos”, advierte la viróloga. Aunque fue aprobada en Europa y Estados Unidos, en este último país su uso fue suspendido por efectos adversos, por lo que su aplicación sigue siendo muy limitada.

El investigador Rodrigo De Oliveira también valora la importancia de la industria brasileña en materia de vacunación. “Este año se lanzó una vacuna contra el dengue en Brasil, y eso es un avance tremendo, porque el dengue es la enfermedad más común transmitida por este mosquito”, señala. La vacuna ya fue aprobada, se produce a gran escala y está siendo aplicada en poblaciones vulnerables, como adultos mayores. “En poco tiempo, esa utilización probablemente se va a ampliar a nivel internacional”, proyecta.

Desde la entomología, De Oliveira refuerza la idea de que, aunque Chile no presenta hoy condiciones favorables para una expansión masiva del Aedes aegypti, la prevención sigue siendo clave. Sin embargo, advierte que esto no elimina la necesidad de tomar medidas básicas, especialmente en las zonas donde el mosquito ya ha sido detectado.

Entre las recomendaciones, destaca la eliminación periódica de agua estancada, la revisión de reservorios al aire libre y el uso de repelentes eficaces. “Eso no es común en Chile. En los países tropicales es una práctica habitual, como ponerse bloqueador solar”, comenta. A su juicio, incorporar el uso de repelentes podría ser una práctica preventiva relevante en ciertas zonas del país donde la enfermedad ha aparecido.

Recomendaciones para quienes viajan en vacaciones

Si su destino de vacaciones es algún país del continente con alerta por presencia del mosquito Aedes aegypti, es importante revisar las recomendaciones entregadas por el Ministerio de Salud para evitar el contagio de enfermedades como dengue, zika o chikungunya:

  • Consultar con un profesional de la salud antes de viajar.
  • Protegerse de las picaduras de mosquitos mediante el uso de repelentes de insectos durante el día.
  • Usar ropa, preferiblemente de colores claros, que cubra la mayor parte del cuerpo posible, especialmente en las horas de mayor circulación del insecto, que es en las primeras horas de la mañana y en el atardecer.
  • Tener sexo seguro y usar preservativo.
  • Elegir un alojamiento protegido, donde las ventanas y las puertas generalmente se mantengan cerradas para evitar que los mosquitos entren a las habitaciones. Ideal, que se cuente con aire acondicionado.
  • La OPS/OMS recomienda a las embarazadas evitar viajes innecesarios a las zonas donde se han reportado casos de virus zika.
Quienes viajen en vacaciones a países con circulación de Aedes aegypti deben extremar las medidas de autocuidado, como el uso de repelente durante el día, ropa que cubra la piel y la elección de alojamientos protegidos para reducir el riesgo de contagio. DRAGOMIR YANKOVIC/ATON CHILE
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