Las últimas semanas han sido, quizás, las más movidas para nosotros: tuvimos la feria, de la cual ya hemos hablado bastante, y la semana pasada nuestro número aniversario. En él tratamos de contarles las temáticas que para nosotros como revista son importantes, porque eso es fundamental para que nos entiendan. ¿Qué viene ahora? ¿Podremos seguir sorprendiéndolos pasados los dos eventos más importantes que tenemos en el año? Yo creo que sí, la escala seguramente será distinta, pero eso también nos gusta. Hablar de manera más cercana y directa es en lo que queremos focalizarnos ahora.

Para este número quisimos mostrarles una casa en Sudáfrica, un resumen de decoración y arquitectura internacional, que nos refresca. Estamos lejos y a veces cuesta estar al día con lo último en tendencias, en nombres y en las cosas que están pasando en otras latitudes. Europa y Estados Unidos se están preparando para entrar full al verano y con él, al letargo del calor y las vacaciones; todo lo cultural disminuye en las grandes ciudades y se traslada a los destinos de veraneo. Espero poder contarles un poco de eso en los próximos números, cuando seamos nosotros quienes estemos preparándonos para las vacaciones de verano.

Estoy escribiendo este editorial en el aeropuerto de NY, esperando un vuelo a Londres, con un poco de tiempo para pensar en lo que estas dos megaciudades tienen, aquello que las hace únicas. Resumirlo en unas líneas es imposible, pero lo que sí me queda claro es que es un buen momento para estar en Chile, haciendo cosas. NY aún no logra ‘levantar’ después de la crisis y eso se nota al recorrerla. Lugares vacíos, menos turismo, menos sofisticación, todo más ‘normal y seguro’, menos jugado. No como fue hasta hace algunos años, se nota en las muestras que están en los museos, en las vitrinas, en la gente que uno ve en las calles. Lo jugado de NY dio paso a lo bonito, a lo esperable, caminar por Bleecker St. hacia el High Line Park, el parque de moda construido en los restos de una antigua línea de trenes elevada, es como estar en un set de Sex and the City, todo lindo, sí, pero esperable. Mi esperanza es que Londres me sorprenda un poco más, siempre lo hace.