Oro blanco en la cocina


Jengibre, ajo, merquén, pimentón, romero, cebolla y pimienta son sólo algunos de los condimentos que pueden darle a la sal un sabor especial y distinto. Pero la verdad es que cualquier ingrediente es perfecto para aromatizar y saborizar. Sólo es necesario un poco de imaginación. El proceso es muy rápido y no necesitan más que dos ingredientes. Acá algunas exquisitas opciones para sorprender en la mesa.
Sal de ajo: Cortar láminas delgadas de ajo y colocar sobre una fuente con sal gruesa. Esperar que el ajo se seque totalmente y mezclar, rompiendo las láminas e integrándolas a la sal, la que, a su vez, ya habrá extraído su sabor. Ideal para carnes y guisos.
Sal de pimentón páprika: Ideal para añadir, además de sabor, un poco de color a la preparación. El pimentón páprika es pimiento rojo dulce, de sabor suave. Al mezclarlo con la sal, ésta tomará parte de su sabor y color, dándoles un toque distinto y novedoso a los platos.
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