Alberto Barrera Tyszka, escritor venezolano y biógrafo de Hugo Chávez: "Maduro usa la pobreza como método de sometimiento político"

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Policías colombianos controlan el ingreso de inmigrantes venezolanos a través del puente internacional Simón Bolívar, en Cúcuta, en enero.

En entrevista con La Tercera, Barrera se refiere al masivo éxodo venezolano. "El gobierno ha elegido, de manera racional y estratégica, ignorar la realidad", afirma. Además, califica de "desastre" las nuevas medidas económicas.


Coautor -junto a su esposa, la periodista Cristina Marcano- de Hugo Chávez sin uniforme (2005), una de las biografías más completas que se ha publicado del fallecido Presidente venezolano, además de ganador del XI Premio Tusquets de Novela por su libro Patria o muerte (2015), el escritor venezolano Alberto Barrera Tyszka (1960) es hoy colaborador regular de The New York Times en Español.

Fue precisamente en ese diario donde Barrera escribió hace un par de semanas una crítica columna sobre el masivo éxodo que azota a su país. Bajo el título "Los náufragos de la revolución", afirma que los millones de migrantes venezolanos "no están a la deriva por decisión propia". "Fueron expulsados. Arrojados al mapa continental por un gobierno inescrupuloso que prefiere trasladar la crisis a sus vecinos antes que asumir sus responsabilidades", denuncia. En esta entrevista con La Tercera, Barrera aborda ese drama y reitera sus cuestionamientos al régimen de Nicolás Maduro.

En su columna en The New York Times usted afirma que el flujo migratorio venezolano ha alcanzado tal dimensión "que ya no se trata solo de un asunto de solidaridad sino de capacidad". ¿Cómo evalúa las medidas adoptadas por los países vecinos?

En la Declaración de Quito, justamente, 11 gobiernos acaban de acordar aceptar el tránsito de venezolanos, aunque tengan sus documentos vencidos. Creo que es otra muestra del esfuerzo impresionante de muchos países de la región por ser solidarios con la emergencia que viven los venezolanos. Pero eso no elimina el otro problema. Es una solidaridad con consecuencias. El flujo es enorme y, sin duda, dependiendo de los casos, puede afectar de distinta manera a cada país.

Usted advierte sobre el riesgo del "surgimiento de la intolerancia y de la xenofobia". ¿Los migrantes venezolanos están considerando estos riesgos o la desesperación por salir del país es mayor?

No creo que los venezolanos que emigren ponderen eso, o si lo hacen, no le dan el peso suficiente para detenerlos. Quien está dispuesto a caminar miles de kilómetros y cruzar el páramo para emigrar, está dispuesto a enfrentar la xenofobia. Lo otro que hay que tomar en cuenta es que los venezolanos son nuevos en esto, no tenemos gran experiencia, ni aprendizajes, ni tradición. Nos estamos estrenando como inmigrantes de la peor manera.

¿Cómo se explica que Maduro no reaccione ante un fenómeno tan evidente, como es el éxodo de 2,3 millones de venezolanos, según estimaciones de la ONU?

Desde hace mucho, el gobierno de Maduro ha elegido, de manera racional, estratégica, ignorar la realidad. O descalificarla. Decretar que no es una realidad sino una ficción enemiga. Si revisas la retórica oficial de estos años, verás que se repite constantemente una palabra: "inducida". La versión oficial se sostiene de esa palabra para argumentar que la inflación es inducida, la escasez es inducida, la crisis sanitaria es inducida... y por supuesto que con la migración pasa lo mismo: o no existe o, si existe, es inducida.

¿Cree que los países de la región o la OEA pueden hacer más ante la situación en Venezuela? ¿Considera que EE.UU. ha evadido una respuesta más categórica contra el régimen de Maduro?

Yo creo que toda la región, y sus organismos, han entendido que no se puede atacar este problema de manera aislada. Por eso se dan todos estos movimientos: la iniciativa de Quito, la reunión de la OEA, Estados Unidos acaba de ofrecer eliminar las sanciones si "Maduro cambia"... Ahora los países empiezan a comprender -en vivo y en directo- las dificultades que ha tenido la oposición política en Venezuela durante tantos años: ¿cómo se puede negociar con un gobierno que no tiene palabra, que funciona como una secta, que está dispuesto a todo menos a ceder poder?

A pesar del cambio de moneda en Venezuela, el temor a una mayor escasez se ha profundizado. ¿El pueblo chavista está dando signos de cansancio frente a la crisis? ¿Cómo es el ánimo en las FF.AA.?

Las medidas económicas de Maduro son un desastre. La inflación sigue aumentando, la escasez continúa. Nada indica que la situación va a mejorar... Pero esto no produce necesariamente más protestas. La gente está agotada, desesperada, y el gobierno ya tiene sus mecanismos, a través del Carnet de la Patria, de control. Maduro usa la pobreza como método de sometimiento político. Yo me temo que los militares venezolanos no son una fuerza institucional, aparte del gobierno. Ellos son el gobierno.

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