Austen Ivereigh, biógrafo del Papa Francisco: "La resistencia al Papa incluye varios cardenales y grupos muy ricos y potentes de EE.UU."

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Para el periodista británico, que alista un nuevo libro donde aborda la resistencia al actual Pontífice, asegura que la corte en torno al Papa emérito es fuente de división en el Vaticano. Y sobre Chile, asegura: "Uno de los factores de la crisis en la Iglesia fue la deformación realizada por Sodano".


Austen Ivereigh conoce bien al actual papado. No solo publicó en 2014 el Gran Reformador - considerado una de las más exhaustivas biografías del Papa- sino que además ha cubierto de cerca los años de Francisco en el Vaticano para varios medios especializados. Y en los últimos tres años trabajó, no sin cierta dificultad, en una nueva obra cuyo nombre es revelador: "Wounded Shepherd, Pope Francis and His Struggle to Convert the Catholic Church" (Pastor herido, el Papa Francisco y su lucha por convertir a la Iglesia Católica). Un trabajo donde profundiza en la resistencia que enfrenta Jorge Mario Bergoglio desde su llegada al papado en marzo de 2013, tras la sorpresiva renuncia de Benedicto XVI.

De paso por Chile, donde dio una charla en la Universidad Católica y participará en un retiro con la comunidad jesuita local, el también fundador de Voces Católicas conversó con La Tercera sobre el momento actual del Papa, la crisis de los abusos y la abierta oposición de sectores tradicionalistas que lo acusan de hereje. Un diálogo donde no eludió la situación de la Iglesia chilena. "Lo que la Iglesia ha llegado a entender es que el poder y la influencia si no van ligados a una humildad pueden producir mucha corrupción", asegura. Y agrega: "Uno de los factores más importantes de la crisis de la Iglesia chilena fue la deformación hecha por Sodano en la época de Karadima y Pinochet, eso es indudable".

Usted aborda en su libro la oposición que enfrenta el Papa Francisco en la Iglesia. ¿Ha crecido ese movimiento de resistencia?

En términos de número no sé si ha crecido, pero sigue siendo muy vociferante y potente en el sentido que involucra a varios cardenales y organismos muy ricos y potentes en Estados Unidos. Ellos vieron la crisis del año pasado como una oportunidad. En Chile vieron que el Papa estaba débil, entonces se aprovecharon de eso con una ferocidad insólita. Pero los que lo atacaron, liderados por (Carlo Maria) Viganò son los mismos que han rechazado la exhortación apostólica Amoris laetitia. Lo que dicen algunas personas cercanas al Papa es que ese grupo está muy bien organizado y ha decidido lanzar cada mes un misil, algo que trate de desacreditarlo. Estas tácticas son muy típicas de Estados Unidos, de las técnicas que usaron los conservadores contra Obama.

El cardenal Gerhard L. Müller, exprefecto para la Doctrina de la Fe, ha sido una voz muy crítica al Papa. ¿Qué rol juega en este grupo?

El cardenal Müller se ha convertido en el líder, en la figura principal de la oposición. La táctica de él es hacer creer que existe confusión en la Iglesia y que solo él la puede resolver. Está tratando de recuperar el papel que creía debía haber tenido bajo Francisco, y Francisco no le permitió ejercer. Ahora que está libre, está pretendiendo ser el perro guardián de la doctrina. Pero es al final un oficial de la Curia emérito, es decir, no tiene ninguna posición en la Iglesia.

¿Este clima de enfrentamiento es inédito en la Iglesia Católica?

Acusaciones de herejía nunca han faltado, lo que sí es inédito es que un exoficial de la Curia ataque tan abiertamente a un Papa. Yo creo que la ferocidad de las críticas y la forma descarada en que las hacen es novedoso. Parece que algunos católicos conservadores han olvidado que el católico tradicional respeta el magisterio papal.

¿Por qué cree que está sucediendo esto?

La oposición feroz comienza con el sínodo (en 2014). A través del sínodo, el Papa creó un espacio y dio la posibilidad de un cambio. Lo que se creó fue un mecanismo de discernimiento que establecía que si al final había un consenso, el Papa lo respetaría. Eso les causó furia a algunos que se creían dueños de la doctrina de la Iglesia. Desde entonces se sienten impotentes y furiosos.

¿Ven en riesgo ciertos privilegios?

Más bien, la religión te da ciertos privilegios o poder, la idea de que tienes la verdad. Y cuando te quitan eso, te enfureces.

Algunos hablan de una división entre el Papa Francisco y el Papa emérito. ¿Existe esa división?

Yo veo un Papa emérito siempre muy leal a Francisco. Son mucho más cercanos de lo que la gente cree. Pero también veo una corte en torno al Papa emérito muy ligada a la resistencia al Papa que está haciendo mucho daño, porque están manipulando la figura del Papa emérito. Hay que encontrar una forma de controlar a su corte, que es en este momento fuente de escándalo y de división.

Como el gran historiador de Francisco, ¿qué significa el viaje a Chile para este papado?

El Papa ha tenido que aprender mucho en este camino y Chile fue sin duda clave. Yo lo describo así en el libro, antes de Chile vio la cuestión en términos de una serie de políticas que eran necesarias. Pero yo creo que Chile le enseñó que donde hay una corrupción muy grande, esas políticas son insuficientes y lo único que va a sacar a una institución de eso es un shock muy grande. En el caso de él, fue el shock de Iquique y la tempestad de críticas que recibió, pero fue sobre todo el informe Scicluna el que hizo sacar todo.

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