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La arremetida del FBI contra John Bolton, el exfuncionario que enojó a Trump

Bolton, quien se desempeñó como asesor de Seguridad Nacional durante el primer mandato de Trump, hoy es un acérrimo crítico del gobierno republicano. Según la prensa local, su caso se enmarca en una campaña de represalia del presidente contra sus detractores.

El Presidente Donald Trump y el asesor de Seguridad Nacional, John Bolton. Foto: Archivo

El viernes por la mañana, agentes del FBI allanaron la casa de Maryland y la oficina en Washington de John Bolton, el exasesor de Seguridad Nacional del presidente Donald Trump y un acérrimo crítico del mandatario republicano.

Las redadas son parte de una “investigación de seguridad nacional en busca de registros clasificados”, dijo a la cadena NBC News una persona familiarizada con el asunto.

La investigación examina múltiples casos de uso de documentos clasificados en filtraciones a medios de comunicación. La investigación comenzó durante el gobierno de Joe Biden, pero no profundizó antes de que el presidente demócrata dejara el cargo en enero.

Una persona cercana a Bolton dijo a NBC News que creen que las redadas son en respuesta a las frecuentes críticas de Bolton a la administración Trump, que incluyen su libro “The Room Where It Happened” (2020). “Es una represalia, pura y simple”, señaló esa fuente a NBC News.

El exasesor de Seguridad Nacional de EE.UU., John Bolton, durante su conferencia en la Universidad de Duke en Durham, Carolina del Norte, el 17 de febrero de 2020. Foto: Archivo JONATHAN DRAKE

Bolton se desempeñó como asesor de Seguridad Nacional de Trump desde abril de 2018 hasta septiembre de 2019.

Un funcionario del FBI declaró a NBC News el viernes: “El FBI está llevando a cabo una actividad autorizada por el tribunal en la zona. No existe ninguna amenaza para la seguridad pública”.

Se desconocía si Bolton se encontraba en casa en el momento del allanamiento. Una mujer que parecía ser su esposa se encontraba en la residencia. Bolton se presentó en la casa a mediatarde del viernes.

“Lo que Bolton tenga o no en su casa es casi irrelevante para lo que ocurre aquí: una administración abiertamente ilegal y un Partido Republicano que finge odiar al ‘Estado Profundo’ simplemente lo están expandiendo, reutilizándolo para castigar a los némesis personales de Trump. Los republicanos, por supuesto, trabajaron para proteger a Trump de cualquier responsabilidad en su gestión posterior a la presidencia después de que los federales allanaran Mar-a-Lago porque no dejaba de acumular documentos clasificados”, escribió la revista Rolling Stone.

“Lo más importante es que el FBI de Trump ha estado persiguiendo a Bolton por la misma razón que este gobierno inició, por orden explícita del presidente, una investigación criminal contra un hombre cuyo único delito parece ser su negativa a ayudar a Trump a robar unas elecciones. Lo molestó, así que ahora tiene que sufrir. En la nueva era autoritaria de Trump, esto aplica a muchos en la creciente lista de enemigos del gobierno federal, y no importa si eres un famoso belicista o un civil impotente”, añadió la publicación.

Aproximadamente media hora después de que comenzara la redada, Bolton tuiteó sobre Rusia y su guerra contra Ucrania, escribiendo que Trump seguirá presionando para que haya reuniones sobre el conflicto “porque Trump quiere un premio Nobel de la Paz, pero no veo que estas conversaciones hagan ningún progreso”.

El director del FBI, Kash Patel, tuiteó: “NADIE está por encima de la ley… Agentes del @FBI en misión” al mismo tiempo que sus agentes allanaban la casa de Bolton.

La fiscal general Pam Bondi retuiteó el tuit de Patel y escribió: “La seguridad de Estados Unidos no es negociable. Se buscará justicia. Siempre”.

Y el subdirector de Patel en el FBI, Dan Bongino, en su propia publicación en X escribió: “No se tolerará la corrupción pública”.

Trump dijo más tarde a los periodistas que no sabía nada sobre la redada, pero que esperaba que le informaran al respecto más tarde el viernes. El presidente también aseguró que no es “fan de John Bolton” y lo llamó “un canalla”.

La arremetida contra Bolton

Bolton se desempeñó como el tercer asesor de Seguridad Nacional de Trump, designado en 2018 después de que Trump despidiera a Herbert Raymond McMaster.

Bolton se desempeñó como asesor de Seguridad Nacional de Trump desde abril de 2018 hasta septiembre de 2019.

Los 17 meses de gestión de Bolton estuvieron plagados de enfrentamientos por países como Corea del Norte e Irán, y expresó su escepticismo sobre el acercamiento de Trump a Kim Jong-un y su cumbre con él. En cuanto a Irán, Bolton respaldó la decisión de Trump de retirarse del acuerdo nuclear iraní, pero se mostró a favor de un cambio de régimen y se sintió frustrado cuando Trump canceló un ataque militar planeado en 2019.

Esas divisiones finalmente llevaron a la salida de Bolton, y Trump anunció en las redes sociales en septiembre de 2019 que había aceptado la renuncia de su asesor de Seguridad Nacional.

Trump arremetió contra Bolton el 13 de agosto pasado después de que su exasesor lo criticara por aceptar organizar una reunión con el presidente ruso Vladimir Putin en Alaska para discutir cómo poner fin a la guerra de Rusia contra Ucrania.

“Unos medios muy injustos están trabajando en mi reunión con Putin. Citan constantemente a perdedores despedidos y a gente realmente ingenua como John Bolton, quien acaba de decir que, aunque la reunión sea en suelo estadounidense, ‘Putin ya ganó’”, escribió Trump en Truth Social ese día. “¿De qué se trata todo esto? Estamos ganando en TODO”.

El 17 de agosto, después de reunirse con Putin, Trump escribió: “Esta guerra puede terminar AHORA, pero gente estúpida como (el senador) Chris Murphy, John Bolton y otros lo hacen mucho más difícil”.

El Presidente Donald Trump en el Salón Oval. Foto: Archivo

Trump canceló el equipo de protección del Servicio Secreto asignado a Bolton tras su juramentación para su segundo mandato en la Casa Blanca, en enero de este año. Bolton había estado bajo protección del Servicio Secreto debido a los complots de Irán para asesinarlo.

Durante las elecciones de 2024, como informó anteriormente Rolling Stone, Trump bromeaba con sus aliados cercanos diciendo que no le importaría que asesinos iraníes eliminaran a Bolton, a quien el mandatario detesta mucho. “Eso es terrible, no debería decir eso”, decía Trump en privado, con una sonrisa en el rostro.

La revista señaló que el presidente y su equipo han querido procesar a Bolton desde el primer mandato de Trump en el Despacho Oval, argumentando que las memorias de Bolton de 2020, en las que critica a Trump, eran motivo suficiente. Según CNN, fuentes afirman que el registro de la casa de Bolton estaba relacionado con una investigación sobre si compartió información clasificada en ese libro.

Según fuentes con conocimiento directo del asunto, Trump y sus funcionarios este año han querido encontrar diversas formas de presionar a Bolton y otros enemigos de alto perfil, para convertirlos en un ejemplo, independientemente de que se presenten cargos criminales o se celebre un juicio.

El libro de Bolton de 2020, The Room Where It Happened, pintó un retrato sin adornos de Trump y su administración, constituyendo el relato en primera persona más vívido en aquel momento sobre cómo Trump se comportaba en el cargo. El libro de 577 páginas retrataba al republicano como un hombre extremadamente desinformado en política exterior, y Bolton escribió que el presidente “veía conspiraciones escondidas tras las piedras y permanecía asombrosamente desinformado sobre cómo dirigir la Casa Blanca, por no hablar del enorme gobierno federal”.

Bolton escribió que, mientras estaba en la Casa Blanca, Trump normalmente solo tenía dos reuniones informativas de inteligencia por semana y “en la mayoría de ellas hablaba más extensamente que los informantes, a menudo sobre asuntos completamente ajenos a los temas en cuestión”.

Trump respondió tachando a Bolton de “hombre acabado” y de “loco” belicista que habría llevado al país a la “Sexta Guerra Mundial”. Trump también afirmó entonces que el libro contenía “información altamente clasificada” y que Bolton “no contaba con la aprobación” para publicarlo.

La Casa Blanca trabajó furiosamente para bloquear el libro, pidiendo sin éxito a un tribunal federal una orden de restricción temporal de emergencia contra su publicación.

¿Quién será el siguiente?

“Trump se venga de John Bolton. ¿Quién será el siguiente?“, tituló The New York Times en su editorial del viernes. Según el periódico, la búsqueda de Bolton es un nuevo capítulo en la campaña de venganza de Trump contra sus críticos.

“La Casa Blanca y sus leales en el Departamento de Justicia y el FBI están enviando un mensaje claro: guarden silencio, o usaremos el poder extraordinario de las fuerzas del orden federales para amenazar su trabajo o su libertad y los colocaremos bajo una nube de sospecha duradera. Y están usando la temible autoridad punitiva del gobierno para llevar a cabo esta campaña”, escribió el Times.

Trump acusó al expresidente Barack Obama de “traición”, afirmando que su predecesor estuvo detrás del esfuerzo por revelar cómo Rusia ayudó a la campaña de 2016 del republicano. “Es culpable”, declaró Trump sobre Obama en julio, actuando como juez y jurado. Casi de inmediato, el Departamento de Justicia creó un grupo de trabajo para investigar la acusación. Jack Smith, el ex fiscal especial que presentó dos acusaciones federales contra Trump, está siendo investigado federalmente después de que el senador Tom Cotton, republicano por Arkansas, lo acusara de violar la Ley Hatch.

La Casa Blanca también está utilizando acusaciones de fraude hipotecario contra tres personas por las que Trump siente especial agravio. El FBI ha iniciado una investigación penal para determinar si Letitia James, fiscal general de Nueva York y demócrata, mintió en documentos hipotecarios.

El segundo objetivo es el senador Adam Schiff, demócrata de California y franco adversario de Trump, a quien el presidente ha acusado de un engaño similar en una solicitud de hipoteca; una investigación federal está en curso. La tercera es Lisa Cook, miembro de la junta directiva de la Reserva Federal (nombrada por el presidente Joe Biden), a quien Trump amenazó con despedir el viernes, alegando el motivo del engaño hipotecario.

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