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ONU pide “reforma integral” de los métodos policiales tras cruenta operación en Río de Janeiro que se saldó con al menos 120 muertos

"Brasil necesita acabar con el ciclo de brutalidad extrema y garantizar que las operaciones de seguridad pública estén en sintonía con los patrones internacionales sobre el uso de la fuerza”, dijo el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Volker Türk.

Decenas de cadáveres son llevados por vecinos a la plaza São Lucas, en Penha, al norte de Río de Janeiro, tras la Operación Contención. Foto: Tomaz Silva /Agência Brasil

La oficina de la ONU para los Derechos Humanos reclamó este miércoles una “reforma integral y eficaz” de los métodos de la Policía brasileña tras el cruento operativo de este martes contra la organización criminal Comando Vermelho en dos barrios de favelas en la zona norte de Río de Janeiro, que dejó al menos 120 muertos.

El Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Volker Türk, señaló que si bien es consciente de los desafíos de lidiar con este tipo de organizaciones, las numerosas muertes -“que afectan de manera desproporcionada a personas negras”- suscita preguntas sobre cómo se llevan a cabo esas operaciones.

“Durante décadas, la alta letalidad asociada a la labor policial en Brasil se ha normalizado (...) Brasil necesita acabar con el ciclo de brutalidad extrema y garantizar que las operaciones de seguridad pública estén en sintonía con los patrones internacionales sobre el uso de la fuerza”, señaló en un comunicado.

Decenas de cadáveres son llevados por vecinos a la plaza São Lucas, en Penha, norte de Río de Janeiro, después de una operación policial. Foto: Eusébio Gomes/TV Brasil

Türk explicó que esa reforma pasa por una estrategia basada en el respeto de los Derechos Humanos. “Cualquier uso de la fuerza potencialmente letal deber estar en línea con los principios de legalidad, necesidad, proporcionalidad y no discriminación”, apuntó el alto comisionado.

“La fuerza letal solo debe ser utilizada cuando sea estrictamente necesaria para proteger vidas o evitar daños graves”, indicó el funcionario de Naciones Unidas, quien también apuntó hacia la necesidad de las autoridades brasileñas de abordar el “racismo sistémico” que sufren en el país las personas negras.

Según cifras de Naciones Unidas, las muertes de personas negras a manos de la Policía en Brasil “no solo generalizadas, sino que también se cometen de manera sistemática” y estima que unas 5.000 mueren cada año por la violencia policial, principalmente jóvenes negros que viven en áreas empobrecidas.

“Las reformas son urgentes y necesarias para evitar que se repita. Estas violaciones no pueden quedar impunes”, subrayó Türk.

Sube número de decesos

La declaración de Türk se conoció el mismo día que la Defensoría Pública de Río de Janeiro confirmó la muerte de 132 personas como consecuencia de la operación policial a gran escala en los barrios de Penha y Alemão, que tenía como objetivo a Comando Vermelho, una de las principales organizaciones criminales de Brasil. El gobierno de Río de Janeiro, cambio, situó la cifra de fallecidos en 121, según el portal G1 de Globo.

Se trata ya de la operación policial más letal de la historia del estado de Río de Janeiro y a pesar de que se produjo en contextos diferentes, también superó a la masacre cometida en la cárcel de Carandiru, en Sao Paulo, en 1992, símbolo de la violencia policial, que se cobró la vida de 111 reclusos.

Decenas de cadáveres son llevados por vecinos a la plaza São Lucas, en Penha, al norte de Río de Janeiro. Foto: Tomaz Silva /Agência Brasil

Los vecinos del barrio de Penha, en la zona norte de Río de Janeiro, estuvieron a lo largo de este miércoles encontrando decenas de cadáveres, al menos 72 hasta el momento, horas después de un operativo, celebrado y calificado de “histórico” por el gobernador del estado, Cláudio Castro.

Los cuerpos sin vida fueron acumulados en la Plaza São Lucas, una de las más destacadas del estado fluminense, cercana al lugar de los hechos, a quienes los vecinos desvistieron para facilitar a los familiares su reconocimiento.

En un primer momento, Castro confirmó este miércoles 58 fallecidos, una cifra ligeramente inferior a la facilitada el martes, además de la muerte de cuatro policías durante el operativo y fijó el recuento en los cadáveres que han ido apareciendo a su eventual ingreso en instituciones médicas oficiales.

“En 36 de favela, después de varias operaciones, nunca he visto nada parecido. Es algo nuevo, de una brutalidad y violencia de un nivel desconocido”, dijo el activista Raull Santiago, en declaraciones al portal G1, para referirse a la hilera de cadáveres expuestos en las calles de la ciudad.

Penha y Alemão fueron escenario este martes de un mega operativo a gran escala en el que intervinieron alrededor de 2.500 agentes contra un grupo criminal que domina más de la mitad de las áreas controladas por la delincuencia en la región metropolitana de Río de Janeiro y está presente en una veintena de estados.

El objetivo de la operación era decenas de detenciones, entre ellas la de uno de principales sus líderes, Thiago do Nascimento Mendes, alias “Belao do Qutungo”, que finalmente fue uno de los 80 arrestados en esta sangrienta operación.

El operativo además se saldó con la incautación de una treintena de fusiles de guerra y otras armas de menor calibre. La Policía informó que fue recibida con bombas lanzadas por drones.

Lula “horrorizado”

A la espera de que el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, ofreciera una primera valoración pública, el ministro de Justicia, Ricardo Lewandowski, aseguró que el mandatario se encuentra “horrorizado” por lo ocurrido, después de salir de la reunión del gobierno, que se celebró en el Palacio de la Alvorada.

Lewandowski ofreció una conferencia de prensa acompañado del director de la Policía Federal, Andrei Rodrigues, quien confirmó que recibieron informes de las fuerzas de seguridad de Río de Janeiro sobre esta operación, en la que decidieron no participar al considerar que “no era razonable”.

Residentes protestan contra las ejecuciones en la comunidad de Vila da Penha. Foto: Tânia Rêgo/Agência Brasil

“Hubo contactos a nivel operacional sobre que se produciría una gran operación (...) entendimos que no era nuestra manera de actuar. No tendríamos ninguna autorización legal para participar”, explicó Rodrigues, quien remarcó que nunca hubo una comunicación formal sobre este operativo.

Lewandowski confirmó que en la reunión no se abordó la posibilidad de que el presidente Lula decrete la conocida como garantía de ley y orden (GLO), una figura legal que dispone el jefe de Estado para desplegar a las Fuerzas Armadas en situaciones excepcionales en las que las fuerzas policiales no sean suficientes.

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