Alza histórica: familias en campamentos aumentaron casi un 74% desde 2019 tras la pandemia y estallido social

Según un catastro realizado por Techo-Chile y Fundación Vivienda, si se analizan las regiones por separado, destacan especialmente las regiones de Arica y Parinacota, con un aumento de 243,25% en la cantidad de familias; Metropolitana, con un aumento del 224,55% en la cantidad de familias y un 53,33% en la cantidad de campamentos; La Araucanía, con un aumento del 315,38% en la cantidad de familias y un 128,57% en el número de campamentos; y Valparaíso, que es la región de Chile con el mayor número de familias viviendo en estos asentamientos.


Como una situación alarmante calificaron desde la fundación Techo-Chile los resultados que arrojó el Catastro Nacional de Campamentos 2020-2021 que fueron revelados hoy junto a la Fundación Vivienda, en el que se levantaron datos entre octubre de 2019 y febrero de 2021. De acuerdo al informe, las preocupantes cifras dejan en evidencia la profunda crisis habitacional instalada en el país.

Pese a que los catastros realizados en la última década muestran un aumento sostenido de campamentos desde el 2011, la última medición revela que tras el estallido social y la pandemia, se produjo una subida explosiva en la cantidad de familias que viven en estos asentamientos. De hecho, se registró un alza histórica.

Y es que el informe indica que existe un total de 81.643 familias que habitan en 969 campamentos en el país, siendo éste el dato más alto desde el año 1996. Si los números se comparan al catastro presentado por el Ministerio de Vivienda y Urbanismo en 2019, el aumento es del 73,52% en el número de familias y de un 20,32 en el número de campamentos.

En cuanto al acceso a servicios básicos y a soluciones sanitarias en los campamentos del país, la investigación reveló que el agua potable sigue siendo el principal problema y que sólo un 6,72% pueden acceder al agua de manera formal.

El catastro reveló, igualmente, que hay un total de 25 mil familias migrantes viviendo en campamentos -el 57% de ellas en la RM- lo cual representa un 30% total. Esta cifra se mantuvo en relación al catastro del Minvu de 2019, lo que indica que la cantidad de familias migrantes ha aumentado en igual proporción que las familias chilenas respecto a la última medición.

Si se analizan las regiones por separado, destacan especialmente las regiones de Arica y Parinacota, con un aumento de 243,25% en la cantidad de familias; Metropolitana, con un aumento del 224,55% en la cantidad de familias y un 53,33% en la cantidad de campamentos; La Araucanía, con un aumento del 315,38% en la cantidad de familias y un 128,57% en el número de campamentos; y Valparaíso, que es la región de Chile con el mayor número de familias viviendo en estos asentamientos.

Para el director ejecutivo de la entidad, Sebastián Bowen, los campamentos son sólo un síntoma de una enfermedad extendida en las ciudades, que es la falta de acceso a la vivienda.

“Esa enfermedad es la realidad visible y las cerca de 82 mil familias viviendo en ellos es una cifra que nos duele y estremece, pero también hay una realidad invisible, que son más de 500-600 mil familias las que hoy necesitan una vivienda en nuestro país, que viven allegadas o hacinadas y muchísimas más si consideramos las que están bajo arriendos informales o abusivos. Y si no damos frente a esa problemática, el problema de fondo no podrá ser resuelto”, señaló.

Según explica Pía Palacios, directora del Centro de Estudios Socioterritoriales (CES) de Techo-Chile y Fundación Vivienda, “el 50% de las familias que llegan a vivir a campamentos son familias que declaran, fundamentalmente, razones de índole económica o laboral, ya sea porque perdieron su trabajo, bajaron sus ingresos o subió el precio de su arriendo”.

“Eso lo ven nuestros equipos en el terreno todos los días y es una problemática que se mueve con fuerza y rapidez”, agregó.

Déficit Cero

Junto con presentar los resultados del catastro, Techo-Chile planteó un modelo de respuesta a la falta de acceso a la vivienda en el país, a través del que se logre conseguir un déficit habitacional cero en 5 a 6 años. “Las familias más vulnerables necesitan oportunidades reales y cambios en las formas en que pensamos las soluciones. Hoy no podemos seguir construyendo ideas convencionales, debemos ir más allá de lo que hemos hecho hasta ahora. Debemos atacar la raíz del problema estructural del déficit habitacional”, indicó Bowen.

“Creemos que en nuestro país tenemos hoy en día los recursos, las ideas y las capacidades para responder a esta problemática. Es justo, debemos y podemos trabajar por un nuevo techo para Chile y mover a todo el país por el Déficit Cero”, finalizó.

Para aportar, desde el organismo llamaron a hacerlo a través del sitio web www.techo.org/chile/dona, donde se puede encontrar una serie de opciones para contribuir al programa de vivienda de emergencia o a otros programas en marcha con las comunidades, o sumándose como voluntario en www.techo.org/chile/voluntariado.

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