El adiós de “Chichito”, el PDI que murió baleado en Ercilla

El policía, de 34 años, trabajaba en el control de fronteras norte en Iquique y era del Equipo de Reacción Táctica.


El subinspector de la PDI Luis Morales Balcázar viajó junto con otros 20 compañeros de la Brigada Antinarcóticos y Contra el Crimen Organizado (Brianco) de Iquique rumbo a La Araucanía. Al llegar a Angol acamparon en el estadio Alberto Larraguibel. Ahí se juntaron con el resto de los otros 830 detectives que el jueves participaron de un inédito procedimiento en la comunidad de Temucuicui, en Ercilla. En medio de una compleja redada, preparada con meses de anticipación, fue impactado de bala en su cuello y falleció durante la tarde del jueves.

Morales, conocido en la PDI como “Chichito”, tenía 34 años, era de Santiago, pero desde 2015 que estaba en Iquique, su primera destinación policial. Formaba parte de la PDI hace casi 12 años. Era soltero, no tenía hijos y todos sus compañeros calzan en una sola cosa: amaba su trabajo.

El policía formaba parte del Equipo de Reacción Táctica, una de las unidades más especializadas de la PDI. Allá trabajaba siempre en terreno, sobre todo en el Equipo de Frontera Norte (Efron). El jefe de ese equipo, Valentín Candia, era muy cercano a Morales y a ambos le tocó viajar a Temucuicui. “Nosotros pasamos más tiempo en equipo que con la familia, somos como hermanos. Nos desplegamos de acuerdo a los requerimientos de las distintas unidades investigativas y cumplimos una función táctica de prestar seguridad a los colegas en sus distintas diligencias”, cuenta Candia, quien fue su jefe durante cuatro años.

Candia añade que Morales trabajaba con “mucha emoción” en el día a día y que más allá de los riesgos propios de su labor, “se tomaba su trabajo con mucho gusto”.

“Todos como equipo estábamos muy ansiosos y con ganas de participar del operativo. Cada vez que nos solicitan la participación todos salimos con mucho ánimo y él sobre todo siempre salía con arengas, con palmetazos y tirando el ánimo hacia arriba”, dice el jefe de Efron, quien agrega que era conocido por ser siempre correcto, por tirar bromas en los momentos oportunos y se destacaba por la seriedad de su trabajo.

Su jefe en la Brianco Iquique, el subprefecto Guillermo Gálvez, lo conoce desde 2018 y relata que “a nuestro equipo le duele mucho, es una pena muy grande” y lo recuerda como un detective amable y de fácil acceso: “En estos tres años jamás tuve un problema con él, era una persona apasionada con su trabajo, le encantaba, siempre estaba dispuesto, a la hora que fuera, en el trabajo que fuera, nunca con una mala cara”.

Gálvez cuenta que lo seguirán recordando en la unidad. “Va a permanecer su foto acompañándonos en nuestro altar de mártires y cada día será nombrado en la lista del personal, como lo hacemos cada mañana con los caídos que tenemos de la unidad. Siempre estará presente, yo creo que él nos va a estar acompañando y nos va a cuidar desde donde esté”, dice el subprefecto.

La PDI durante estos días le rendirá honores y el director general de la policía civil, Héctor Espinosa, decretó luto institucional e inició los trámites administrativos para un ascenso póstumo. Morales es el mártir número 56 de la PDI.

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