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“Monsalve se volvió errático”: testigos de La Moneda relatan cómo el subsecretario vivió los días previos de la denuncia

En medio del sumario que lleva adelante Contraloría, funcionarios de gobierno que supieron de la situación entregaron antecedentes ante el fiscal instructor. Acá los testimonios de Ricardo Lillo e Ilse Sepúlveda, dos personas cercanas a la denunciante a quienes les confió su situación.

Contraloría realiza sumario administrativo por caso Monsalve. Raúl Zamora/Aton Chile. RAUL ZAMORA/ATON CHILE

Desde que Contraloría tomó el control del sumario administrativo derivado del caso del exsubsecretario Manuel Monsalve, formalizado por violación y abuso sexual, el fiscal instructor René Morales ha recabado una serie de antecedentes. Entre ellos, ha solicitado información a Carabineros, a la PDI y también ha tomado varias declaraciones.

Camila Arrey -amiga de la denunciante y una de las primeras personas que supieron de primera fuente lo que la mujer de 32 años ha relatado en el transcurso de la indagatoria- fue una de las testigos que comparecieron ante el profesional. A ella, con el correr de los días, también se sumaron otros funcionarios de gobierno, como Ricardo Lillo y la periodista Ilse Sepúlveda, quienes también rememoraron lo que su compañera les había transmitido.

La mañana del 13 de diciembre de 2024, Lillo, otrora asesor en el gabinete de Monsalve y militante PS, llegó hasta las dependencias de Teatinos 56. Él integraba el mismo equipo de trabajo que la denunciante, además de ser expareja de la mujer, según declaró el subsecretario en Fiscalía, y ratificó lo que la mujer había sostenido respecto al encuentro que sostuvo con la otrora autoridad el 1 de septiembre en el Costanera Center. Ella decía estar segura de que se trataba de una reunión de carácter laboral, mientras que la versión del médico fue que en dicho encuentro no se habló de trabajo.

“El viernes anterior a que esto ocurriera nos juntamos posalmuerzo, y estaba preocupada porque la habían citado a una reunión. Temía que la iban a despedir, porque sentía que estaba mal evaluada, y porque a Alejandro Aguín, mejor amigo del subsecretario, lo habían nombrado jefe de la división donde trabajaba ella antes. Ese día, cuando iba camino a almuerzo, me pidió un pantallazo de WhatsApp de la agenda del subsecretario. Siempre (la denunciante) pensó que el almuerzo era laboral”, relató Lillo.

“Pasó algo horrible”

De la misma forma, contó que luego de que la mujer saliera con Monsalve el 22 de septiembre la vio muy mal, “desbordada”. Al principio, eso sí, dijo que él no sabía con quién había sido la cena. “Me decía ‘pasó algo horrible’, ‘no te lo vas a creer’, ‘cuando desperté estaba al lado mío’, ‘no me acuerdo de nada’. Pero todo inconexo”, añadió.

“En algún momento, como a las 18.00, le pedí que volviéramos a conversar. Le dije que fuera al Servicio Médico legal, que tomara una pastilla del día después porque me dijo que el hombre no se había cuidado, y que necesitaba asistencia psicológica y médica. En ese momento escuchamos a Gustavo afuera de la capilla, a lo que la miró con sigilo, y me dice ‘él no fue, es más arriba’. Con eso asumí que se trataba de Monsalve. La abracé”, complementó.

Ricardo Lillo. MARIO TELLEZ / LA TERCERA MARIO TELLEZ

Al día siguiente de eso, el 25 de septiembre, según Lillo, la denunciante le relató con detalle lo ocurrido y a pesar de las recomendaciones que se le habían hecho, siguió yendo a la oficina. En ese proceso y considerando que debía reunirse con el entonces subsecretario, Lillo relató que el “hacía guardia” para que todo se desarrollara de manera normal.

“Él la llamaba a tener reuniones de uno a 1. Sé que en prensa dice que hubo dos reuniones, pero estoy casi seguro que fueron tres, dos de ellas entiendo que fueron estrictamente laborales. En la tercera reunión hablan del caso. Creo que esto fue el día de su cumpleaños, el 2 de octubre. Estas tres reuniones yo las vi. Yo me quedaba como haciendo la guardia. Ella iba al baño posreuniones y luego me acercaba para saber cómo estaba", sostuvo.

Mencionó, en el mismo sentido, que el día del cumpleaños de la mujer Monsalve habló con ella de lo ocurrido, instancia en que le habría pedido disculpas. “Ella le preguntó que por qué no la fue a dejar a la casa, que ella no hubiera querido estar en el hotel y que le interesaba saber qué había pasado en la noche, porque ella no hubiera consentido nada. Luego de eso, Monsalve se habría tomado las manos en la cara y habría pedido disculpas", comentó Lillo.

Monsalve “errático”

Para el fiscal instructor René Morales también era importante saber en palabras de Ricardo Lillo si notó cambios en la conducta de Monsalve una vez que habrían tenido lugar los hechos denunciados.

Y ante dicha consulta, Lillo fue tajante: “Sí. El haberme enterado antes sirvió para darme cuenta que Monsalve empezó a actuar más errático. Monsalve era alguien muy compuesto y que siempre sabía qué decir, pero desde el 25 actuaba como inseguro. El 25 fuimos a la reunión con Orrego y el jefe de la PDI, quien cuenta que gracias a las huellas dactilares habían encontrado a una persona acusada por dos hechos de violación. En ese momento Monsalve, quien siempre era muy compuesto, hizo unos movimientos de mano hacia la cabeza, luego las bajó, luego las volvió a subir, luego apuntó a una de las personas de la reunión, como señal de incomodidad. Él siempre era muy calculado en las reuniones, nunca se descolocaba en ellas, por eso me pareció raro".

“En la reunión siguiente, con la gente del Senda, en la que también entró (nombre de la denunciante), nos quedamos en el pasillo, ella detrás mío, esperando entrar a la reunión, y ahí salió Monsalve. Desde su oficina se nos acerca, para a un metro de distancia y nos pregunta si íbamos a entrar los dos a la reunión, a lo que le dije que sí. Y ahí él dice, ‘sí, está bien’, mientras se aleja. Luego se para, se gira, regresa unos pasos hacia nosotros, vuelve a detenerse, luego se vuelve a girar y entra a su oficina, y sigue diciendo ‘sí, está bien, está bien’, como repitiéndose a sí mismo. Ambas conductas eran muy inusuales en él”, aseguró.

Todo volvió a cambiar, eso sí, cuando la denunciante salió de funciones por encontrarse con licencia médica.

“Luego, el miércoles 9 de octubre, hubo un cambio. Previo a esa jornada Monsalve todos esos días andaba con un suéter, lo que era muy raro porqué él era del sur y solía resistir bien el frío. Sé que suena raro, pero era muy extraño. Llega el 9 de octubre y se notó que volvía a ser el Monsalve siempre seguro, como empoderado. (Nombre de la denunciante) ya estaba con licencia. Era volver a ver a Monsalve de antes. Que había habido un switch, que cambió”, aseguró Lillo.

SEBASTIAN CISTERNAS/ ATON CHILE

Adicionalmente, Lillo también mencionó que ese mismo miércoles 9 de octubre, a las 20.16 horas, lo llamó Gustavo Herrera. “Parte diciéndome que la llamada era confidencial, y me pregunta si sabía de (nombre de la denunciante). Le dije que no sabía. Él me dice ‘qué raro, porque ella no contesta el teléfono a nadie’. Ahí le dije ‘pero el subsecretario la llama harto, a él le va a contestar’. Él me respondió ‘pero qué te dije, esta llamada es confidencial´. Le dije ‘está con el papá’. Me respondió ‘ah! Qué bueno entonces, que está acompañada’“.

Las explicaciones por “amenazas”

A Ricardo Lillo no le pareció que la denunciante le comentara sobre su situación a Ilse Sepúlveda, periodista que había trabajado en el equipo de Monsalve y luego en la Coordinación Nacional de Ciberseguridad de la Subsecretaría del Interior.

Pero pese a la postura del funcionario, la denunciante sí le confió su situación a Sepúlveda. Se lo contó el día de su cumpleaños, el 2 de octubre, y mantuvieron conversaciones por varios días.

“Le dije que denunciara, pero no quería porque era el subsecretario, tenía miedo. Yo velé por su seguridad, le dije que si no quería denunciar, no siguiera yendo al trabajo. Ella quería hacer como que fuera normal, yo creo que fue por shock de la situación”, contó Sepúlveda en su declaración ante el fiscal instructor.

Lo que más ha llamado la atención respecto de Sepúlveda es que en medio de la investigación penal del Ministerio Público se conoció que ella le habría realizado “amenazas” a la mujer ante la posibilidad que denunciara. Sin embargo, en su comparecencia en el sumario pudo explicar mejor lo que había ocurrido.

“El día 11 de octubre volví a verla. Le llevé los datos de dónde denunciar en Carabineros, PDI y una fundación para víctima de delitos graves. En ese escenario, ella me dice que ahora sí creía que debía denunciar. Le dije ‘esto va a ser rudo, necesito que estés cubierta antes de hacerlo, acompañamiento de psiquiatra, psicólogo, y abogado’. Yo la veía a ella y al papá muy frágiles. Les dije ‘no pueden estar así si van a denunciar’. Le dije al papá que la cuidara, que estaba muy frágil. Y ahí quizás dije algo como ‘no quiero ni imaginar que puedan salir y les pueda pasar algo’, pero eso fue todo. Yo solo quise cuidarlos”, indicó.

Y también agregó: “Yo quería que se cuidara, porque el victimario era alguien de mucho poder. Yo temía que se pudieran tomar represalias en contra de ella. En los whatsapps de después de ese día seguimos hablando. Ella no desconfió de mí. Pero ella estaba con tanto medicamento, y tenía mucho miedo. Lo que quise hacer fue darle un baño de realidad, que no porque tuvieran la verdad de su lado iba a ser fácil, porque es algo difícil, es alguien poderoso y porque ella no había hecho una denuncia inmediata. Yo solo fui una amiga que quiso ayudar. Después de esto, y en relación con lo expuesto en la prensa, he recibido incluso amenazas de muerte".

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