El diario italiano "Corriere della Sera" publicó una conversación telefónica entre el capitán del Costa Concordia, Francesco Schettino, de 52 años, y la Capitanía de Puerto, donde se demuestra que el oficial abandonó el barco y ocultó también el motivo del naufragio.

El diálogo ocurre cerca de las 21.54 horas locales, cuando el barco ya había encallado frente a las costas de la isla del Giglio. En la conversación, el capitán aseguraba que todo estaba bien y que se había tratado de un problema técnico. La Capitanía preguntó a Schettino a las 00.32 horas locales (20.32 hora chilena) cuántas personas quedaban a bordo, y aunque la nave estaba aun llena el comandante respondió que solo unas 200 o 300.

Esta respuesta generó sospechas de la Capitanía que le preguntó si aún estaba a bordo, y Schettino confesó que lo había abandonado, y que el barco se estaba inclinando. "¿Pero cómo qué ha abandonado la nave?", preguntaron desde la Capitanía. En ese momento, el capitán se retractó y dijo que seguía abordo del crucero, pero no le creyeron.

"Vuelva inmediatamente a bordo, suba por la escalera de seguridad y coordine la evacuación. Debe decirnos cuánta gente hay todavía allí: niños, mujeres, pasajeros, el número exacto de cada categoría", añadieron. "Comandante, es una orden, ahora mando yo. Antes ha declarado que ha abandonado el barco, vuelva a la proa y coordine el rescate porque ya hay muertos", le exigieron desde la Capitanía.

Schettino que ya se encontraba en tierra firme y que nunca regresó a la nave, según los investigadores, preguntó cuántos cadáveres había. "Es usted quien me tiene que decir cuántos. ¡Qué quiere hacer! ¿Irse a casa?. Vuelva inmediatamente arriba y nos diga lo que hay qué hacer, cuántas personas quedan y lo que necesitan", ordenaron desde la Capitanía.

Si bien Schettino aseguró que volvería al crucero, los testigos e investigadores aseguran que nunca volvió y que lo vieron tomar un taxi hacia un hotel.