Si hay algo que caracteriza al cineasta danés Lars Von Trier, es que es un absoluto provocador. Movido entre los extremos del término, desde la provocación facilona y de mal gusto, es capaz de remecer las conciencias del espectador con una fuerza visual y sentido dramático como pocos cineastas contemporáneos.

Tal como él mismo lo dice en el documental Tranceformer: A Portrait of Lars von Trier, "La provocación es una manera de hacer pensar a la gente. Les permite la posibilidad de que ellos realicen su propia interpretación".  Ahora su especial discurso que mezcla esteticismo y moral, se pone a prueba con su esperado nuevo trabajo, Antichrist.

Al menos las imágenes del trailer que comenzó a circular por internet dan cuenta de su conocimiento en la construcción de atmósferas inquietantes, tal como ya lo había hecho en uno de sus tempranos filmes, Epidemic, y en la serie de televisión de culto, El reino.

En Antichrist, el director danés se sumerge en lo que sucede luego que la tragedia visita a un matrimonio (Willem Dafoe y Charlotte Gainsbourg), donde  deciden tomarse unos días de descanso en una casa en el campo. El uso de un paisaje agreste y toques de terror sobrenatural se aprecian en el corto promocional, donde pocos ecos quedan de su tan manida estética Dogma, donde instaló brevemente un hiperrrealismo documental que cautivó a centenares de cineastas en todo el mundo.

Como corresponde a un cineasta tan talentoso como mañoso, Von Trier ha dotado de gran misterio a la preparación de Anticristo, dejando apenas alguna información que ha sido el comidillo de internet. Ha trascendido que la premisa del filme gira en torno a la pregunta de qué pasaría si en vez de Dios el mundo hubiera sido creado por el diablo. Y algo de eso se puede vislumbrar en sus primeras y enigmáticas imágenes.

Rodada en Alemania con un presupuesto de once millones de dólares, Von Trier pretende estrenar Antichrist en el próximo Festival de Cine de Cannes, donde acumula varios premios, como la Palma de Oro por Bailarina en la oscuridad, dos Premios del Jurado por Contra viento y marea y Europa, y el Gran Premio Técnico por El elemento del crimen.