Columna de Juvenal Olmos: La última proeza

Generación Dorada | Chile vs Argentina 2015


El debate sobre la jubilación de la generación dorada se adelantó demasiado. Todavía no saboreábamos el bicampeonato de América y muchos ya hablaban de recambio. Ni hablar después de la eliminación para Rusia 2018, cuando ya se daba por muerta a esta Selección. Así es el fútbol, de extremos. Los hinchas tienen esa ventaja sobre los que hemos trabajado dentro de este deporte. Y está bien.

Hace pocos días visité a Martín Lasarte en Juan Pinto Durán. Hablamos y coincidimos en este tema. Muchos creen que los jugadores son reemplazables en un mismo nivel, lo que no es verdad. Se pueden reemplazar nombres, sí, pero nunca la calidad de una estrella. La renovación existe, pero no la de un superclase. Nadie, ni el mejor técnico, puede planificar que un jugador joven, por bueno que sea, termine triunfando en los clubes más importantes de Europa, como pasó con Alexis, Vidal, Bravo o Medel.

Una vez Nelson Tapia me pidió llevar a Pinto Durán a un muchacho de 15 años. Me dijo que era extraordinario. Lo recibimos en la cena, nos saludó uno por uno a todos. Era Alexis Sánchez. Lo vi, tan niño, tan flaquito, no me imaginé al jugadorazo que triunfó en el Barcelona o el Arsenal. ¿Hay recambio para esta selección bicampeona? Sí, aunque no hay que acelerarla. Además, el recambio en Chile siempre será más lento que en Argentina, Uruguay o Brasil.

Repaso la actual nómina y me centro en dos caras. Jean Beausejour y Clemente Montes, el que va de salida y el que viene de entrada. Fue muy astuto Lasarte, en ese sentido. Es normal que el más viejo se acerque de manera natural al joven. Estoy seguro de que Bose lo hará con Clemente, que debe ser vivaracho para aprender de la experiencia.

Como sea, para mí esta generación tiene un último cartucho en la recámara. Lasarte también lo cree. Es difícil que jugadores de esta envergadura se retiren sin una última gran proeza, un gran partido. Un triunfo en Argentina, la clasificación al Mundial, algo memorable. Solo les faltaba podar los egos que en un momento crecieron de manera desmedida, porque los límites los pusieron los propios jugadores y no el entrenador. Solo después de eso se irán tranquilos. Y será la hora de que otros tomen la responsabilidad.

*Juvenal Olmos, Exseleccionador nacional.

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