Columna de Soledad Alvear: ¿Qué pasó con el Acuerdo con la Unión Europea?

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El 11 de marzo de 1990, con la restauración de la democracia, nuestro país comenzó su proceso de reinserción internacional, superando el aislamiento del que había sido objeto a partir del golpe de estado de 1973. Chile se insertó rápidamente en el concierto internacional recuperando su prestigio como un país democrático, creíble y respetuoso del derecho internacional. Ello implicó un creciente dinamismo en las relaciones internacionales de nuestro país.

En el área comercial, Chile comenzó a negociar acuerdos de complementación económica con países de América Latina en el marco de la Aladi avanzando exitosamente en ese propósito. Asimismo, se embarcó tempranamente en abrir negociaciones comerciales con otras áreas del mundo como América del Norte, región en que acababa de negociarse el NAFTA y con la Unión Europea. Costó muchísimos años que estas negociaciones pudiesen avanzar.

En la región de América del Norte logramos suscribir un Acuerdo de Libre Comercio con Canadá, del cual este año se cumplen 25 años. Posteriormente nos correspondió llevar a cabo tres negociaciones comerciales simultáneas una con los Estados Unidos, Corea del Sur y con la Unión Europea. Fueron procesos muy difíciles en los que con el acuerdo de los más variados sectores pudimos culminar con éxito entre los años 2002 y 2004. La negociación de los mismos fue además participativa, contemplando un cuarto adjunto en que íbamos consultando con los representantes de los distintos sectores las distintas fórmulas que se iban explorando en el curso de la negociación.

En los años venideros Chile fue ampliando sus acuerdos con las más diversas regiones del mundo lo que nos lleva hoy a contar con una amplísima red de acuerdos comerciales que han beneficiado enormemente el desarrollo del país.

Particular importancia reviste el Acuerdo de Asociación con la Unión Europea, por ser un acuerdo integral que no contempla solo la dimensión de libre comercio, sino también la de asociación política y de cooperación. Mediante este tratado hemos estrechado vínculos con una región del mundo como es Europa, con la que tenemos amplias coincidencias en principios y valores como son la defensa y promoción de la democracia y de los derechos humanos.

Negociar ese acuerdo no fue para nada fácil dado que la Unión Europea privilegiaba entonces la negociación de este tipo de acuerdos entre bloques de países y Chile no era parte del Mercosur ni tenía intención de ingresar a él como miembro pleno. Tomó mucho tiempo que la Unión Europea aceptara negociar con un solo país: Chile, pero lo conseguimos.

Transcurridos ya casi 20 años de su suscripción, dicho Acuerdo debe ser actualizado y modernizado. Para dicho propósito se iniciaron hace varios años negociaciones entre Chile y la Unión Europea, las que el año pasado estaban en condiciones de cerrarse en forma exitosa.

Con el cambio de gobierno, las nuevas autoridades han planteado continuar con las negociaciones, lo que ha retrasado la firma de este importante acuerdo.

Creemos que es muy importante que las autoridades a cargo de estas negociaciones se desprendan de ciertos prejuicios que desarrollaron en su vida académica respecto de los acuerdos comerciales, y le den un impulso definitivo a las negociaciones con la Unión Europea.

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