CPTPP: es bueno para Chile

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Esta columna fue escrita junto a  Paulina Nazal, Álvaro Jana y Alejandro Jara, exdirectores de la Direcon.-

Una preocupante campaña de desinformación ha rodeado la discusión en torno al Tratado Integral y Progresista de Asociación Transpacífico (CPTPP). Que impedirá una eventual reforma al sistema previsional; que no se podrá aumentar el sueldo mínimo; que allana el camino para que las empresas puedan demandar al Estado; que aumentará el precio de los medicamentos; que privatizará las semillas en favor de los transgénicos. Estos son solo algunos de los reparos que hemos escuchado durante la tramitación parlamentaria de uno de los tratados más importantes que Chile haya firmado.

Lo cierto es que el CPTPP entró en vigor el pasado 30 de diciembre, siendo ratificado por siete países, entre ellos, nuestros socios comerciales como Canadá y Nueva Zelanda, ejemplos de políticas laborales, equidad de género, acceso a medicamentos, integración de pueblos originarios; o Vietnam que, gracias al CPTPP, asume importantes compromisos en materia de protección del medio ambiente y de los derechos laborales.

Para Chile, restarse de este tratado es desconocer el compromiso país con la integración y la apertura económica, principios que han orientado nuestra exitosa política comercial durante los últimos 30 años. No es coincidencia que el 57% del PIB se explique por nuestro comercio exterior. Como tampoco lo es que hoy Chile sea reconocido como un proveedor de bienes y servicios de clase mundial: no somos solo vinos y salmón; somos cerezas, arándanos, mejillones; además de confiables proveedores de servicios, con cada vez mayor reconocimiento internacional de nuestras industrias creativas.

Urge que las ventajas del CPTPP puedan ser aprovechadas por nuestros exportadores: más de 3.000 nuevas oportunidades de liberalización arancelaria, especialmente para productos del sector agrícola, forestal y pesquero, lácteos y carnes, que ingresarán con arancel cero a mercados como Japón, Vietnam o Canadá. La acumulación de origen permitirá aumentar los productos "Hecho en Chile", sumado a más oportunidades para las Pymes y nuevos mercados para los exportadores de servicios.

Chile, como país pequeño y dependiente del comercio exterior, necesita de reglas claras y actualizadas, sobre todo en el contexto internacional actual. Por lo tanto, rechazar el CPTPP es renunciar a dicha certeza, pero también a oportunidades y beneficios. Es dar ventajas a países que hoy compiten con Chile. Es perder nuevas oportunidades en el desafío de incorporar más mujeres emprendedoras y Pymes al comercio internacional.

Rechazar el TPP11 nos hará retroceder en la exitosa política comercial que ha impactado positivamente a nuestro país en materia de crecimiento y empleo. Una política que ha sido un eje central en el trabajo de Direcon durante las últimas décadas. Creemos decididamente que el CPTPP es bueno para Chile. Llamamos a nuestros parlamentarios a aprobarlo.

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