El futuro de las pedagogías

gratuidad, lucro, colegios, profesor


Por Carolina Flores, decana Facultad de Educación, U. Alberto Hurtado

Durante el mes de febrero fuimos testigos de cómo personalidades con cargos de responsabilidad política se atrevieron a descalificar a toda la profesión docente por su supuesta flojera. Unas semanas después, las facultades de Educación nos enfrentamos al escenario más complejo de la historia en lo que respecta a las postulaciones a las carreras de Pedagogía. Los datos del Mineduc revelan que, en la admisión 2021, estas carreras contaron con un 34% menos de postulantes y con un 27% menos de seleccionados en relación a 2020, solo confirmando lo que Elige Educar ya ha advertido: el futuro nos enfrentará a un importante déficit de docentes en el país, con todas las complejidades que eso implica.

Para ser un buen docente se deben conjugar una serie de requisitos: tener habilidades y conocimientos adquiridos en la formación inicial, formarse de manera continua, pertenecer a una comunidad de aprendizaje que cuente con un liderazgo sólido y distribuido. Pero no es solo eso. Un buen docente requiere de mucha resiliencia, creatividad, iniciativa, paciencia, confianza en sus propias capacidades y en las de los otros. Un buen docente necesita de un ambiente de cooperación para fomentar un proceso efectivo de enseñanza-aprendizaje. Las señales de falta de confianza en la profesión docente que surgen de las declaraciones de las que fuimos testigos en febrero, la falta de diálogo en la toma de decisiones, y en el reduccionismo de la discusión pública respecto a la vuelta a clases en pandemia, claramente no le hacen un favor al futuro de la profesión.

Como sociedad debemos seguir enalteciendo la tarea de enseñar para que todos nuestros jóvenes con ganas y capacidades de cambiar el mundo se atrevan y tomen el desafío tremendo de ser docentes. Esta intención se ha plasmado de manera importante en las barreras de entrada que impone la ley de carrera docente, que, si bien no han sido fáciles de implementar, intentan ensalzar la profesión al poner un piso mínimo de puntaje en las pruebas de selección universitaria para postular a pedagogía. El programa de habilitación de pedagogías, implementado en 2021, busca alternativas de modo de atraer jóvenes con talento que, en general por falta de mejores oportunidades educativas, no han podido superar las barreras de entrada que impone la ley. Este programa, aun en implementación, puede aumentar el contingente de futuros docentes y de paso –tal como el recién fallecido profesor Francisco Javier Gil, tanto nos insistió– ampliar las oportunidades de acceso a aquellos jóvenes con talento y alta probabilidad de éxito en la educación superior. Hoy más que nunca necesitamos atraer a los y las mejores, que puedan aportar en el desarrollo de las nuevas generaciones que cambiarán el mundo, que se sientan orgullosos de su profesión y que sientan el respeto de la sociedad.

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