La dramática realidad de la delincuencia en Chile



Por Daniel Rebolledo, investigador del Programa Político y Sociedad Civil de Libertad y Desarrollo

Resulta tragicómico recordar las imágenes que asociábamos a la delincuencia hace no más de 10 años atrás. Porque si bien en Chile siempre han existido los delitos, estos han cambiado enormemente, haciendo que aquello que nos parecía alarmante hace una década, hoy nos parezca anecdótico. Si antes al salir a la calle uno se exponía a un asalto con cortapluma, hoy nos exponemos a una encerrona con pistolas; si antes las policías incautaban armas “hechizas”, hoy incautan armamento de guerra, y si antes el peligro era perder la billetera, hoy lo es perder la vida.

El escenario ha cambiado y tal como lo afirmó el subsecretario de Prevención del Delito, Eduardo Vergara, “desde el retorno a la democracia, Chile está viviendo el peor momento en materia de seguridad”. Una declaración que, lamentablemente, resulta ser cierta a la luz de los datos.

De esta forma, según los registros de Carabineros, durante el primer semestre de este año se alcanzaron las cifras más altas de homicidios, violaciones, robo de vehículos y robo violento de vehículos (conocidos coloquialmente como “portonazos” o “encerronas”) de al menos los últimos ocho años. Una realidad que, llevada a un promedio diario, se traduce en la realización de 2 homicidios, 8 violaciones, 35 “portonazos” o “encerronas” y 90 robos de vehículos al día durante los primeros seis meses del 2022.

Adicionalmente, la delincuencia, en general, se encuentra experimentando una fuerte alza luego de cuatro años en que la victimización, según los últimos resultados de la ENUSC, venía a la baja. En este sentido, al comparar el primer semestre de este año con el mismo periodo del 2021, podemos observar que los delitos de mayor connotación social han aumentado en un 52%. Dentro de ellos destacan los robos violentos de vehículos, que se han duplicado; los robos con violencia, que se han incrementado en un 71%, y los homicidios, que han hecho lo propio en un 50%.

Frente a este fenómeno, resulta preocupante, además, que la efectividad policial, indicador que ilustra la proporción de detenciones que se realizan en razón al número de delitos, haya disminuido por cuarto año consecutivo, alcanzando, durante este primer semestre solo un 14%. Esto último se traduce en que, según los registros de Carabineros, por cada 10 delitos que ocurren en el país, solo uno termina con alguien detenido. Esta realidad es aún más dramática en el caso de los robos de vehículos, donde solo un caso de cada 100 termina en detención, y el robo violento de vehículos, donde se logra una detención en solo tres de cada 100 casos.

Así, resulta comprensible que la ciudadanía señale, a través de las encuestas, que la seguridad pública debiese ser la primera prioridad del gobierno. Prioridad que, en vista de la dramática realidad que atraviesa el país, no puede seguir posponiéndose en virtud del plebiscito de septiembre, sino, por el contrario, necesita de acciones inmediatas por parte de las autoridades. Recordemos que fue el mismo presidente Gabriel Boric quien, en una reciente entrevista, dijo “la frase ‘esto es culpa del gobierno anterior’ no nos viene (…) hoy día el combate a la delincuencia es nuestra responsabilidad”.

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