La refundación de Chile

SEÑOR DIRECTOR
La Convención Constitucional ha decidido imponernos la “refundación de Chile”. Esta intención fue explicitada en sus primeras sesiones y se ha materializado en las votaciones del Pleno. Ahora bien, el núcleo de la refundación de Chile no es otro que la consagración de la plurinacionalidad, con la que se destruye la nación chilena, entendida como una unidad que acoge la más variada diversidad.
La plurinacionalidad rompe con una identidad centenaria. Incluso antes de la Independencia, Chile fue percibido, especialmente por los criollos que lo habitaban, como una unidad singular. Con la Independencia, el sentido de nación, de patria se diría entonces, se acentuó, adquiriendo voluntad la construcción de futuro desde el espacio público. La nación fue siempre diversa, con agricultores y mineros, con gente de la montaña y del mar, del campo y de la ciudad, con elites locales urbanas y rurales, con una multiplicidad de sectores populares y medios; también desde sus inicios la nación incorporó en su imaginario y en su simbología, a los mapuches; y acogió tempranamente a inmigrantes de diversas culturas, quienes se arraigaron, integraron y prosperaron en ella. La nación, una y diversa, construyó un Estado que a su vez recogió su pluralidad. El reconocido historiador Mario Góngora planteaba lo contrario, que el Estado fue primero, que la nación fue creada en la dinámica de las guerras del siglo XIX. Vale la pena discutirlo, sobre todo ahora. Pero es posible que nos quede muy poco tiempo para debatir, ya que con la imposición del delito de negacionismo en la Constitución, se censurará cualquier discrepancia con la Nueva Historia Oficial, según la cual no existe una nación chilena, sino un abigarrado conjunto de territorios plurinacionales.
La refundación de Chile no es otra cosa que la destrucción de la nación. No es casualidad que en tiempos de la instalación de la Convención hubo quienes se negaron a hablar de República de Chile, no por el término república que fue lo que se objetó, sino por Chile como una nación en común. No nos olvidemos que en la instalación de la Convención, el alboroto de grupos de convencionales vociferantes impidió que se cantara la Canción Nacional; tampoco se izó la bandera de Chile. Esa es la refundación en curso.
Sofía Correa Sutil
Historiadora
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