
Signo de los tiempos

Uno de los coordinadores del equipo económico de Jeannette Jara afirma -a modo de confesión- que la candidata se considera “socialdemócrata” y no cree en una sociedad sin clases sociales. De ser cierto, la pregunta obvia es qué hace la candidata militando desde hace cuarenta años en un partido marxista-leninista, en el cual desde siempre la expresión “socialdemócrata” se usa como un insulto. ¿Jeannette Jara ha estado toda su vida equivocada de partido? ¿No entiende la incoherencia que implica su supuesta confesión? ¿El PC decidió llevar de candidata presidencial a una persona que no comparte su ideario político?
Los comunistas chilenos nunca han dejado de demandar la “nacionalización” del cobre; un planteamiento histórico que toca fibras muy profundas. Pues bien, luego de acusar a José Antonio Kast de difamarla al decir que tenía esa propuesta en su programa, la candidata tuvo que reconocer que era cierto, pero lo adjudicó a un “error” de su equipo. ¿Jeannette Jara no leyó su propia propuesta, un documento de apenas siete páginas? ¿O el PC ya no cree en la nacionalización de los recursos naturales que ha defendido históricamente?
Su primer equipo planteó que uno de los ejes de su programa económico era el fortalecimiento de la demanda interna. Ello dio lugar a una controversia y la candidata tuvo que salir a decir que eso también era un error. Jara insiste en el fin de las AFP, pero su equipo dice que en un eventual gobierno no habrá cambios a la reforma de pensiones ya aprobada. Y que tampoco se podrá llegar a un sueldo vital de 750 mil pesos. Como guinda de la torta, su vocero económico reconoce que el legado del actual gobierno en materia de desempleo es “un desastre”.
En fin, la pregunta inevitable en este cuadro es hasta dónde se puede llegar para maquillar una campaña presidencial. ¿Al PC no le importa que su candidata tire por la borda convicciones históricas y se defina socialdemócrata? ¿La nacionalización del cobre, que tanto defendieron en el proceso constituyente, ya es parte del pasado? ¿Finalmente los comunistas renunciaron a eliminar las AFP? ¿O todo esto es un simple baile de máscaras; un vil engaño para cerrar flancos y atenuar críticas?
De algún modo, la candidata oficialista ilustra de manera muy pedagógica en qué consiste hoy la política. No hay principios, no hay contenidos ni convicciones. Si es necesario esconder en el clóset la identidad y las ideas de su propio partido, se hace. Todo vale para ganar, no hay límites de ninguna naturaleza. No tiene nada de raro, entonces, que Jeannette Jara ni se sonroje al decir que es socialdemócrata y que está en contra de la nacionalización del cobre. Tampoco que su encargado económico diga que no habrá una nueva reforma previsional, que no se llegará al sueldo mínimo propuesto y que el resultado del actual gobierno en materia de desempleo es un desastre. Es un signo de los tiempos, casi un tributo a la nueva normalidad.
Por Max Colodro, filósofo y analista político.
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