SEÑOR DIRECTOR:

Esta semana TECHO-Chile informó que existen 1.290 campamentos a nivel nacional, datos que nos llaman a reflexionar sobre la precariedad en estos asentamientos y a sugerir cursos de acción.

Según el catastro, 113 mil familias residen en lugares sin viviendas de calidad, ausencia de servicios, vulnerabilidad e inseguridad. Las cifras revelan focos de riesgos e insalubridad. Por ejemplo, el 30% de los campamentos se surte de agua a través de camiones; el 63,1% está “colgado” a la red eléctrica y solo 14,5% tiene acceso a alcantarillado.

Más del 70% de las familias declara vivir en campamentos como resultado del alza de precio en los arriendos, lo que obliga a revisar mecanismos para regular el valor del suelo urbano y su funcionamiento como mercado de activos. Una buena oportunidad se asocia al fortalecimiento del banco de suelos y los arriendos protegidos como parte del Plan de Emergencia Habitacional.

Al mismo tiempo, el gobierno se comprometió a levantar 260 mil viviendas en cuatro años para enfrentar esta crisis habitacional y social, tarea que debe contar con una fuerte colaboración público-privada.

Montserrat Delpino

Académica de la U. de Concepción

Miembro del comité de infraestructura y ciudad del Consejo de Políticas de Infraestructura