Transparencia en la política



SEÑOR DIRECTOR

Uno de los temas en discusión dentro de la Convención Constitucional es la propuesta de homologar el rol de los movimientos políticos al de los partidos, norma que fue rechazada en el Pleno y que volverá a discusión en comisión. La figura es compleja en diversos aspectos, como una mayor atomización y las dificultades de gobernabilidad que esto plantea, pero también desde la confianza ciudadana e integridad.

A partir de las recomendaciones de la Comisión Engel, en 2016 se dictó una nueva normativa de partidos políticos que eleva los estándares de transparencia y rendición de cuentas, así como de su control externo por el Servel. A pesar de ello, la confianza ciudadana no se ha visto fortalecida.

De acuerdo al Índice de Transparencia de Partidos Políticos que nuestra institución realiza de manera periódica, el año pasado estos promediaron un 4,9 (de 1 a 7) en los 34 indicadores medidos -una baja respecto al 5,4 del 2019- y con evaluaciones deficientes en aspectos tan claves como publicación de códigos de ética o conducta; procedimientos de prevención contra el lavado de activos, cohecho y financiamiento del terrorismo; línea y procedimiento de denuncia; entre otros. Y si comparamos partidos tradicionales con nuevos, los últimos tienen un peor desempeño.

Claramente, queda mucho por avanzar. Por esto, es clave que cualquier tipo de avance en esta materia considere normativas que promuevan la transparencia, rendición de cuentas y control. No vaya a ser que, por querer oxigenar nuestra institucionalidad política, creemos un agujero por el cual se cuelen -nuevamente- intereses indebidos.

María Jaraquemada H.

Directora ejecutiva

Chile Transparente

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