Por Isadora SolisLorenza Bas: la artista chilena detrás del corto que llegó al London Fashion Week
En la categoría digital del London Fashion Week, cada diseñador podía elegir libremente cómo mostrar su colección: desde un desfile grabado hasta una pieza audiovisual experimental. Lorenza Bas optó por lo segundo. Inspirada en la migración, la memoria familiar y la poesía de Gabriela Mistral, creó Desvelada, un cortometraje que se transformó en su primera carta de presentación internacional y en una manera de llevar la moda hacia lo narrativo. Hoy, instalada en Madrid, busca consolidar su taller y explorar nuevas formas de arte que nutran su proceso creativo.

La noticia llegó en un momento de transición. Lorenza Bas estaba cerrando su taller en Santiago y mudándose a Madrid, sintiéndose entre dos mundos, sin pertenecer del todo a ninguno. En medio de cajas, retazos y despedidas, recibió un correo inesperado: el British Fashion Council la había seleccionado para participar en el London Fashion Week. “Era como si todo se hubiera alineado: estaba cambiando de país y, de pronto, me confirman que voy a mostrar mi trabajo en una de las plataformas de moda más importantes del mundo”, recuerda.
Lo primero que pensó, sin embargo, fue: “se equivocaron”. El síndrome de la impostora se asomó de inmediato. Pero no había error: su nombre estaba en la lista de los veinte diseñadores elegidos para mostrar sus propuestas en formato digital, un espacio reservado y codiciado en la semana de la moda londinense.
El British Fashion Council, organismo que define el calendario oficial de la semana de la moda londinense, ofrece cada temporada cupos limitados para los diseñadores. En la modalidad presencial, los requisitos son estrictos: tener la marca registrada en Reino Unido y facturar en libras, algo inalcanzable para Lorenza en ese momento. Pero en la categoría digital las reglas son distintas: cada creador puede decidir libremente cómo mostrar su colección, desde un desfile grabado hasta una pieza audiovisual experimental.
Lorenza eligió lo segundo. Así nació Desvelada, un cortometraje dirigido por Andrés Finat y producido en Madrid, que se convirtió en su primera carta de presentación internacional.

Desvelada: memoria, migración y transformación
El lunes 22 de septiembre, en plena London Fashion Week, Lorenza estrenó su colección S26 Desvelada a través del cortometraje incluido en la plataforma oficial Digital Schedule y con un Pop-Up en la Embajada de Chile en Londres. Dos espacios complementarios que permitieron habitar la colección de maneras distintas: primero como relato íntimo en pantalla, luego como experiencia colectiva en un showroom.
El punto de partida de la colección fue su propia decisión de migrar. En ese tránsito volvió a la historia de sus abuelos —catalanes, franceses, alemanes—, revisó archivos familiares y redescubrió la colección de cajas de fósforos de su abuelo Lorenzo, quien estudió diseño textil en Francia. “Me puse a investigar, a mirar vestidos antiguos, fotografías, y a leer poesía chilena. Ahí encontré el poema Desvelada de Gabriela Mistral, que habla de migración, de extrañar, de la imposibilidad de dormir. Era exactamente lo que yo sentía. De ahí salió el nombre de la colección”, explica.

Con esta inspiración decidió elegir un formato que le permitiera llevar la moda a algo más narrativo. Filmado en un solo plano secuencia en el departamento madrileño donde había llegado hace pocas semanas, el cortometraje cuenta la historia de dos hermanas como metáfora de los vínculos y la herencia. La producción fue un desafío logístico —se hicieron solo seis tomas completas— y, a la vez, un gesto colectivo: amigos colaboraron con locaciones, murales, catering y asistencia técnica.
“Tenía miedo de que fuese demasiado narrativo, que la moda se perdiera entre tanta historia. Pero era lo que quería: mostrar un relato más que solo ropa. Siento que la moda está pidiendo eso”, reflexiona Lorenza.
La sustentabilidad también fue clave. Con el cierre de su taller en Chile, Lorenza decidió no comprar un solo metro de tela nuevo. En su lugar, reutilizó retazos acumulados, los clasificó por tonos y los convirtió en rollos que dieron vida a prendas únicas. Un vestido, incluso, está confeccionado con botones heredados de su abuela. “Es 100% sustentable. Y más que eso, es profundamente personal”, dice.

Luego de la presentación de su cortometraje, con el apoyo de ProChile, se realizó el Pop-Up en Londres. El evento integró la proyección del cortometraje junto con una instalación en formato showroom, transformándose en un espacio vivo de encuentro, reflexión y celebración. Los asistentes pudieron experimentar de cerca las prendas, cada una portadora de una narrativa de memoria, sostenibilidad y transformación. “Fue muy emocionante. Sentí que se unían todos los elementos que han marcado este proceso: mi historia personal, mi familia, el cambio y la necesidad de crear de manera consciente”, cuenta.
Una artista integral
Hoy Lorenza vive en Madrid, donde busca instalar un nuevo taller y establecerse como artista integral. La mudanza no fue fácil: dejó atrás su taller en Santiago y se instaló en una ciudad nueva, con un ritmo diferente y nuevos desafíos. “Ha sido súper estresante y mucho más difícil de lo que pensé. Es como un aterrizaje forzoso, pero necesario. Madrid es mi base ahora, y desde aquí quiero seguir creando”, cuenta.
Su enfoque no es el de una diseñadora de moda convencional, se considera más una artista de indumentaria. “Nunca he estado muy ligada a las tendencias. Lo mío es lo narrativo, lo conceptual, lo que cuenta una historia”, dice. Por eso, cada proyecto que desarrolla parte de una idea que conecta con algo más amplio, más abstracto y con una identidad muy fuerte, fusionándose muy bien con la sustentabilidad. “Me interesa trabajar con retazos, con telas con historia. Para mí, vender una prenda es como vender una obra de arte: única, hecha con conciencia y con narrativa”, explica.

En esta nueva etapa, además de la moda, Lorenza está abierta a incursionar en el arte de otra manera, tanto para nutrir su propio diseño como para aprender y experimentar en otras áreas. Está explorando galerías, concept stores y espacios culturales donde pueda combinar su visión artística con la producción de indumentaria. “Quiero desarrollar proyectos más artísticos, no solo con textiles, también con pintura, cerámica, video. Me veo como una artista integral, más que como una diseñadora de moda”, dice.
Aunque la próxima meta es presentar una cápsula pequeña en París en febrero, Lorenza prefiere mirar más allá del calendario. “Ha sido un año intenso, con muchos cambios, pero quiero tomarme las cosas con calma. La idea es crear desde un lugar más sereno, consolidar mi taller, experimentar, seguir aprendiendo. Lo que viene no es sólo moda; es un camino de exploración personal y artística que me permite conectar mi historia con la creación que quiero mostrar al mundo”, concluye.

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