¿Por qué vuelven a aparecer los exes?




Micaela Solís (32) recibió un mensaje por WhatsApp de su ex pareja a mediados de mayo. Habían terminado hace exactamente tres años y en este tiempo, no se habían vuelto a ver. Solo se habían saludado de manera cordial por redes sociales para sus cumpleaños, pero este último año tampoco eso. Esta vez, él parecía querer saber si ella estaba pasando la cuarentena sola y si se había sentido bien. Comenzó la conversación diciéndole “la otra noche soñé contigo y te has vuelto a aparecer en mis pensamientos”. Micaela le respondió al día siguiente, porque estaba intrigada. Pero al poco rato, luego de dar paso a una conversación más extensa en la que se preguntaron por sus vidas, sus miedos y las proyecciones, recordó que hacia el final de la relación lo había pasado muy mal. Cuando terminaron, según relata, ella había estado triste durante mucho tiempo. “Confieso que cuando me empezó a pedir perdón por algunas cosas del pasado, el impulso fue el de abrir ese portal, pero luego se me vino una imagen a la cabeza y volví a mi centro. Siento que literalmente me desvié y supe, con herramientas, volver a mi camino. Si hubiésemos terminado en buenos términos, no habría un problema en retomar la conversación, pero esta es una persona que me hizo daño”.

El caso de Micaela no es el único. ¿Por qué, en tiempos de inestabilidad e incertidumbre, vuelve el pasado? Como explica la psicóloga y terapeuta familiar, Catalina Baeza, lo primero que hay que saber es que un contexto como el que estamos viviendo ahora es capaz de hacernos cambiar radicalmente de comportamiento y conducta. “La pandemia y el encierro generan una mayor sensación de soledad y, por sobre todo, mucho miedo. Miedo a la muerte y a quedarnos solos”. En ese escenario, según explica la especialista, nuestras acciones se modulan desde esas emociones y, en consecuencia, se abre paso a la nostalgia.

Pero la nostalgia es un sentimiento muy tramposo. “Nos puede hacer sentir que todo momento pasado fue mejor, y nos puede hacer olvidar de los momentos negativos. Es como si fragmentara la realidad. Nos genera una sensación positiva del pasado pero en clips, o por partes”, explica Baeza. “Y lograr que ese sentimiento no se apodere por completo, requiere de un esfuerzo mayor”.

La psicóloga de Corporación Humanas, Carolina Carrera, explica que en estos tiempos en los que la muerte se aparece como una posibilidad más cercana, todos hemos estado más sensibles y eso abre paso a la melancolía. “Tenemos miedo, hay más tiempo para reflexionar y surge la necesidad por tener ciertas certezas afectivas. En ese contexto, ante la dificultad de mirar hacia el futuro, la tendencia es la de mirar al pasado. Y ahí es posible pensar que no todo era tan malo y aparecen las preguntas propias de los momentos de crisis. Preguntas que en otros contextos no surgirían. Entonces qué tan real es la aparición si se da en respuesta al miedo”.

Es ahí que vuelven a aparecer los ex. Según Carrera, estos se podrían dividir en dos grupos: “Mi hipótesis es que hay dos tipos de hombres que se vuelven a meter en la vida de sus ex cuando se enfrentan a momentos de incertidumbre; por un lado están los que han rememorado y han podido ser reflexivos. Han mirado hacia atrás y han hecho un trabajo, y ahora quieren pedir disculpas o cerrar situaciones que quedaron abiertas o conversaciones que no tuvieron. Pero, por otro lado, están los que aparecen para decir que existen, que siguen estando ahí, sin intenciones concretas, como si se tratara solamente de ellos y de una necesidad por saciar sus egos”.

En este sentido, la terapeuta de parejas Daniela Werner explica que los hombres que hacen esto, muchas veces no han tomado conciencia de su responsabilidad en los actos y en el daño que pueden haber ocasionado o que pueden ocasionar al volver a aparecer. No se responsabilizaron de la relación. Por otro lado, según la especialista, también existen los hombres que tienen la legítima intención de volver y, quizás el grupo más amplio, aquellos que buscan apoyo emocional.

“Es importante matizar las perspectivas de género y no polarizar tanto en estos temas, pero aun así, a través de lo visto en mi experiencia, los hombres suelen establecer otro tipo de vínculo y muchas veces con una profundidad emocional distinta. En este sentido, sus parejas pasan a ser de sus grandes soportes, y cuando esa pareja no está es complejo para ellos lidiar con sus necesidades emocionales”, explica. “Las mujeres contamos con las amistades, madres y hermanas. No nos es tan ajeno expresar lo que nos pasa desde nuestra fragilidad. A los hombres les cuesta más y por ende sus necesidades de contención y validación pasan por la relación de pareja”.

Cuando los hombres se enfrentan a esas necesidades y las asumen, se les aparece un vacío, explica Werner. Y en estos momentos volver a la ex pareja y al espacio seguro con el que contaban, implica también volver a encontrar un sustento. “Más que un narcisismo, que también lo hay, muchos tienen necesidades emocionales profundas y no saben cómo encauzarlas. Por eso buscan a la ex”.

Según la especialista, lo importante es que exista claridad respecto a las intenciones, justamente para que el actuar de la persona buscada no sea únicamente una reacción a la búsqueda del otro, sino que una respuesta en base a lo que realmente se quiere. En este sentido, puede ser valioso hacerse preguntas tales como: ¿Qué busca cuando vuelve? ¿Qué quiero yo? ¿Puedo integrar quién fue esa persona en el pasado y quién está siendo ahora? ¿Estoy respondiendo porque quiero o porque apareció? “Todo es válido si se transparentan las necesidades de cada uno”, explica Werner.

También es importante establecer las circunstancias en las que el ex busca volver. “Es distinto que se aparezca desde un lugar egocéntrico y autocentrado, y que llegue a invadir sin dimensionar el daño que le causó al otro, a que haya sido una relación sana que terminó en buenos términos. En ese caso, puede ser comprensible. El tema es cómo terminaron y cuál es la finalidad de volver”.

Catalina Baeza concuerda, y agrega que en todos los casos existe el miedo a quedarse solos o a perder al otro. “Parece simple, pero en realidad es complejo, por eso vemos tantas relaciones elásticas, que van y vuelven sin poder soltar del todo. Y en estos tiempos, esto se acentúa; confundimos la nostalgia con el amor y en muchos casos no es realmente un querer volver, sino que aferrarse a lo ya conocido”.

Así fue el caso de Micaela Solís, quien cuenta que la motivación inicial en sus actos fue justamente la de entablar una conversación en un terreno que conocía. “Hay algo de eso que me hizo sentir segura e incluso pudo haber eliminado todos los malos ratos que pasamos juntos. Porque es fácil cuando todo a tu alrededor pareciera estar endeble querer agarrarse a lo que ya creemos conocer. No hacerlo requiere de un esfuerzo o de una señal de alerta”.

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