
Elisa Loncon y su opción senatorial: “Quiero ser una contribución: ni en mi historia personal ni en la Convención he cerrado las puertas al diálogo”
La expresidenta de la Convención acusa que ha habido una campaña de mentiras en su contra, comparable, dice, con la que sufre Evelyn Matthei. Sobre su apuesta por llegar a la Cámara Alta, argumenta que "soy una persona conocida en la región, en Chile y en el mundo, y valorada también por lo que he hecho”.
Los últimos meses de funcionamiento de la Convención Constitucional, como también la campaña del Apruebo, fueron momentos complejos para Elisa Loncon, quien presidió el órgano en su primera etapa. Sin embargo, ese recuerdo no la desentusiasma y hoy está dispuesta a volver a la primera línea política. En esta ocasión, su plan es postular al Senado en representación de La Araucanía y en un cupo del Frente Amplio (FA).
En esta entrevista reflexiona sobre su experiencia a la cabeza del órgano constituyente y explica sus razones para postular a la Cámara Alta.
Ha hecho ver que está dispuesta a una carrera senatorial. ¿Por qué?
Esto es para la Novena Región, en que hay muchos problemas que resolver, una pobreza supergrande. Yo soy de la región y estoy en condiciones de poder participar en avanzar en soluciones. Por otro lado, la región tiene una base histórica de pueblos originarios y estamos en condiciones de ser parte de la toma de decisión al interior del Parlamento. Se necesita que los pueblos originarios participen, sobre todo las mujeres. Hay que ser perseverante en temas de política y buscar el tiempo adecuado para avanzar.
El FA está abierto a que usted compita a través de un cupo de ellos. ¿Le interesa ese partido particularmente?
Yo estoy agradecida del FA, he tenido buenas relaciones con ellos desde la Convención. La verdad es que mi condición de independiente, que yo he conversado con ellos, la respetan. Estoy esperando la posibilidad de que esto se concrete, sobre todo porque ya tengo una relación de mucho tiempo con Ericka Ñanco y Luis Penchuleo. Como somos de la región, nos conocemos.
Entonces, ¿su idea es competir a través del FA y no en otro partido?
Por el momento es donde se me están abriendo las puertas. De todas maneras, mi nombre está a disposición dentro de esta lista única. Y también está a disposición para apoyar la candidatura presidencial de Jeannette Jara.
Los últimos meses de la Convención, la campaña del Apruebo, fueron momentos complejos para usted. ¿Por qué se atreve a volver a la política?
Yo he estado siempre con un pie en la academia y un pie en la política. Tengo una larga historia vinculada a los movimientos sociales, al trabajo artístico-cultural y académico. Hay una historia mía de búsqueda para instalar dentro de la política estatal demandas que son importantes en materia de pueblos indígenas.
¿Lo rudo que fue el proceso constituyente no le hizo pensar que ya no quería tener ese nivel de exposición?
Es que la vida no ha sido fácil para mí, para personas que han sido subalternizadas socialmente, como los pueblos indígenas. Nuestras voces son postergadas, otros hablan por nosotros. Pero los líderes indígenas buscamos la verdad, esta es una lucha por la verdad. En el proceso constituyente estuvo ese contraste: nuestra lucha frente a una campaña terrible de bots, mentiras y desinformación que buscaron dañarme. Y no era cierto que yo no tenía mis grados académicos, que tenía un sueldo vitalicio, que armaba escándalo en hoteles.
Incluso después del plebiscito de 2022 continuó en la palestra. En la derecha cuestionaron su año sabático...
Imagínese, si lo hicieron con Matthei, que es de su propio grupo, se instalaron esa cantidad de ejército de bots con ella, o sea, conmigo lo hicieron el doble y triple. Esa es una política que daña a todo el proceso democrático.
Un par de diputados logró que la Contraloría solicitara a la USACH abrir un proceso disciplinario.
Sí, lo lograron. Son muchos los académicos que solicitan su año sabático y que lo viven dentro del espacio académico. En este caso, yo tenía agenda de difusión de los trabajos que había hecho en lenguas y en filosofía mapuche. Ellos trataron de dañar ese espacio y no lo lograron, porque se demostró con creces mi currículum y el proceso disciplinario interno en la universidad.
Si eventualmente llega el Congreso, ¿no teme que situaciones así vuelvan a ocurrir?
Yo no estoy sola. Somos el pueblo grande, más allá de las mentiras y de esos bots que pretenden acallar las voces, hacer asesinatos políticos. Nosotros venimos de una historia donde siempre nos han tratado de callar; sin embargo, eso no es posible, no se puede detener la historia con los bots.
En el FA han hecho autocríticas sobre el proceso constituyente. ¿Usted hace alguna?
Las razones del rechazo fueron multifactoriales. Una de las grandes fue la desinformación. A mí siempre me pidieron autocrítica. Claro, podríamos haber hecho cuestiones de forma mejor. No todos tuvieron el haberse situado en ese espacio como las autoridades que la sociedad chilena espera que sean. Y no podíamos estar haciendo la norma y el trabajo territorial al mismo tiempo. Si hubiese existido un trabajo territorial, tal vez hubiera habido mayor fuerza de la propuesta en el territorio.
¿Y en cuanto al contenido? Incluso en la izquierda reconocen que se abusó de ser mayoría.
Yo busqué la conversación con la derecha en la Convención. Ellos entraron con la intención de rechazar el proceso constituyente a priori, nunca creyeron que era necesario cambiar la Constitución. Una de las cosas que se dijo es que la propuesta fue rechazada por el tema de la plurinacionalidad, que no tenía un arma que iba a destruir el país, que iba a dividir el país. Nunca se dijo eso, porque fue objeto de las mentiras.
¿La plurinacionalidad podría tener alguna oportunidad en el Senado si eventualmente es electa?
Hay una crisis de representación del pueblo mapuche en las decisiones de la política. En este momento, mi trabajo por el Senado lo quiero impulsar en la línea de necesidades inmediatas. Lo que tú me estás planteando es una política de largo plazo. Y en el corto plazo es muy importante avanzar en políticas para la juventud.
De ser electa, ¿haría las cosas de forma distinta de como fueron en la Convención? La Cámara Alta es un lugar de acuerdos amplios.
Yo quiero ser una contribución: ni en mi historia personal, académica o dentro de la Convención yo he cerrado las puertas al diálogo.
El texto de la Convención incluía una propuesta para eliminar el Senado. ¿No es paradójico que hoy apueste por llegar allí?
Esa propuesta fue rechazada. Yo no voy a trabajar sobre eso que fue rechazado.
¿Ve una oportunidad en el electorado de centroizquierda que deja vacante Jaime Quintana (PPD)?
Por supuesto que sí. Yo soy una persona de la región, soy una persona conocida en la región, en Chile y en el mundo, y valorada también por lo que he hecho.
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