El intenso lobby evangélico contra la ley de identidad de género

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Representantes de ese mundo han intensificado las gestiones para evitar la aprobación del proyecto que impulsa el Ejecutivo y se vota este miécoles en la Cámara.


"Los vamos a sacar, los vamos a sacar". Ese fue uno de los tantos gritos de protesta que se escucharon en las tribunas de la sala del Senado el martes de la semana pasada en Valparaíso, cuando la Cámara Alta despachaba el informe de la comisión mixta sobre el proyecto de identidad de género.

"Lo dijimos con mucha fuerza porque votar por alguien que después no solo no nos representa, sino que legisla proyectos que son perjudiciales es realmente frustrante. Y como tenemos el poder de ponerlos ahí, tenemos también el poder de sacarlos. Somos tres millones de evangélicos en el país", sostiene la vocera de Comisión Nacional Evangélica por la Familia y la Vida (Confamilia), Antaris Varela.

No era la primera vez que miembros de la Iglesia Evangélica advertían a los parlamentarios sobre las consecuencias de aprobar una norma que han calificado como "nefasta", "nociva" y "aberrante".

Incluso antes de que se conformara la comisión mixta que revisó el proyecto, Confamilia y otras organizaciones ligadas a esa Iglesia iniciaron un intenso lobby para evitar que se aprobara la iniciativa.

Las gestiones, que según comentan fuentes de la Iglesia Evangélica han sido lideradas, entre otros, por el obispo Hedito Espinoza, se intensificaron en los últimos días en la víspera del último trámite que debe sortear el proyecto que establece un procedimiento para que las personas transgénero puedan cambiar su sexo registral.

De hecho, previo a la votación en el Senado eran varios los parlamentarios que aseguraban que el destino de la iniciativa era incierto y, más allá de la inclusión de los menores de 14 -lo que finalmente quedó fuera de la norma-, temían que el proyecto completo no lograra el quórum requerido. "Ha sido muy difícil tener un debate desprovisto de amenazas", comentaba la senadora Adriana Muñoz (PPD) momentos antes de la votación.

Por esos días eran cientos los mails que tanto senadores de la oposición como de Chile Vamos recibieron con una amenaza clara: si aprobaban la iniciativa, los votos de la población evangélica no estarían para respaldarlos en el futuro.

"El 80% de Chile rechazaba esta nefasta ley que afecta y destruye la verdadera identidad dada por dios a cada individuo. Somos muchos los que no votaremos por ustedes si la aprueban", se lee en uno de los correos que fue difundido entre varios senadores. "La ideología de género es muy nociva, trae un daño terrible a los niños y también a los padres. Estaremos atentos a favor de quién estarán legislando", señalaba otro correo.

En la ex-Nueva Mayoría aseguran que uno de los parlamentarios que se vio más complicado con las advertencias de ese sector fue el senador Alejandro Navarro (PRO-PAIS), quien incluso había transmitido que no respaldaría en sala la indicación que él mismo había patrocinado en la mixta para incluir a menores de 14. Consultado por La Tercera, asegura que en varias oportunidades representantes evangélicos de su zona le pidieron votar en contra del proyecto. "La Iglesia Evangélica hizo un lobby fuerte, potente y permanente durante la tramitación del proyecto", dice.

Fueron varios los senadores que hicieron alusión a esas advertencias en sus intervenciones en la sala. "Ayer me tocó marchar con la Iglesia Evangélica por la libertad de culto, me tocó marchar porque yo creo en el derecho a la diversidad, al derecho de esta iglesia a no ser discriminada (…). Me parece que aquí hay una profunda contradicción", argumentó el senador Guido Girardi (PPD).

Rabindranath Quinteros (PS) -quien fue increpado en un tedeum en Osorno tras votar a favor del proyecto- asegura que le llama la atención "la falta de tolerancia y la virulencia de algunos evangélicos".

Rol de bancada evangélica

Desde que llegó al Congreso en marzo de este año que la diputada Francesca Muñoz -miembro de la denominada bancada cristiana de RN- ha intentado incidir en el debate de la ley. De hecho, pese a que no fue parte de la mixta, ingresó una serie de indicaciones para modificar la normativa.

"Se ha manifestado fuertemente la movilización de las Iglesias Evangélicas levantando su preocupación. Y eso yo lo destaco", dice Muñoz, que ha actuado como un canal entre esa comunidad y parlamentarios de distintos sectores.

Para el mundo evangélico la pelea aún no está perdida. Por lo mismo, ad portas de la votación de este miércoles en la Cámara, han intensificado las gestiones para evitar que se apruebe el proyecto. A través de grupos de de WhatsApp, organizaciones ligadas a esa Iglesia han instado, ahora a los diputados, a no abstenerse y votar en contra de la norma en la sala.

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