Más terreno, menos debates y el primer flanco: la primera semana de Kast de cara al balotaje
El abanderado del Partido Republicano ha buscado adoptar una imagen más “popular”, por lo que ha mantenido su foco en desplegarse en distintas regiones. Lo anterior, en todo caso, no ha disipado el ruido por la vinculación del diputado de su partido, Cristián Araya, a la denominada trama bielorrusa.

Con delantal, rodeado de gente, vendiendo tomates y entregando mil pesos de vuelto a una persona en la feria Santa María en la Región de Arica. Esa es la imagen que compartió, este jueves, el abanderado del Partido Republicano, José Antonio Kast, por su cuenta de Instagram.
Y es que la escena es parte del diseño de campaña de cara a la segunda vuelta, donde se busca proyectar a un “José Antonio Kast más popular”. Episodios como ese hubo varios durante esta semana, en la que si bien hacen un buen balance en su equipo, reconocen que se vio empañada por la vinculación del diputado Cristián Araya a la trama bielorrusa.
El comando comenzó a planificar la puesta en escena tres semanas antes de los comicios del 16-N y entre esos ajustes, se le pidió al exconvencional constituyente, Martín Arrau, que asumiera la jefatura de la carrera a La Moneda.
Así, se encargó de afinar con antelación la gira que Kast llevó a cabo esta semana en tres regiones: La Araucanía, Los Lagos y Arica. Los detalles más finos se ultimaron el mismo domingo de la elección, en una reunión que se extendió hasta la madrugada.

Bajo ese mismo relato, la agenda tras el triunfo no solo contempló el despliegue en terreno, sino que todo su equipo se volcó a amarrar los apoyos de las otras fuerzas de derecha: Jorge Quiroz sostuvo reuniones con el equipo económico de Evelyn Matthei; Carmen Soza, jefa programática, se reunió con su par del comando de la exalcaldesa, Juan Luis Ossa; y el timonel de republicanos, Arturo Squella, se reunió con los tres partidos de Chile Vamos y el Partido Nacional Libertario. A lo anterior, también se sumaron encuentros con los gobernadores y alcaldes del sector.
Por lo mismo, el balance fue positivo. A diferencia de su campaña de 2021, el republicano logró amarrar rápidamente los respaldos, evitando tener ese flanco.
Sin embargo, ese buen diagnóstico se vio nublado por la vinculación de Araya con la trama bielorrusa. Según información de Ciper, el parlamentario y hermano de una de las asesoras más cercanas y jefa de gabinete de Kast, Carolina Araya, habría recibido $1,7 millones por parte del conservador de Puente Alto, Sergio Yáber, quien es investigado por lavado de dinero en el caso del consorcio bielorruso.
Por este tema, el comando tuvo que salir a responder en varias ocasiones y abrió el primer flanco relevante en la campaña para la segunda vuelta, donde el abanderado se medirá con la candidata del oficialismo y la DC, Jeannette Jara.
En el sector miran con atención cómo Kast enfrentará el asunto, ya que -advierten- si se transforma en un caso de corrupción la vara debe ser más alta.
El candidato abordó la polémica el jueves en Arica. Ahí si bien recalcó que “aquí no hacemos defensas corporativas”, cuestionó los antecedentes que apuntan al parlamentario. “Llama la atención: lo dije el primer día que comencé la campaña, que iban a ser 90 días de difamaciones, de mentiras”, señaló.
Cristián Valenzuela, el principal asesor de José Antonio Kast, se encargó del control de daños: sostuvo una conversación con Araya y le pidió todos los antecedentes del caso. Además, se les entregó una bajada comunicacional a los principales dirigentes de la colectividad para que estuvieran alineados.

El esfuerzo inmediato, repiten en el entorno del candidato, es lograr mantener el foco en el programa y el trabajo en terreno. Para eso activaron a los voceros habituales para enfrentar episodios complejos: Squella; la secretaria general, Ruth Hurtado; y algunos parlamentarios.
Hasta ahora, además del propio Kast, quienes han respondido públicamente son Squella, Hurtado y la vocera del comando, Mara Sedini. La línea comunicacional apunta a cuestionar la solidez de los antecedentes y, al mismo tiempo, dejar abierta la puerta a sanciones internas si surgen nuevos datos.
A la presión por contener el caso Araya, se sumó la negativa de Kast a participar en algunos debates, como el que organizó Mega, lo que abrió una discusión en el sector respecto de los costos de ceder espacios de exposición en la recta final. “Nosotros vamos a elegir a qué programas vamos y a cuáles no”, dijo Kast el miércoles, mientras que ayer recalcó que “voy a estar en aquellos donde nos hayan invitado a los dos y hayamos concordado los dos asistir”.
A juicio del comando, se trata de una controversia artificial, pues la propia Jara se ausentó de debates gremiales durante la primera vuelta. Además, agregan, que nunca confirmaron la asistencia.
Sin embargo, la carta oficialista lo ha emplazado a asistir a todos los debates, en un contexto en el que, hasta ahora, el republicano solo ha garantizado su participación en Archi y Anatel.
También sigue abierta la disyuntiva sobre si concurrirá al streaming de Franco Parisi, Bad Boys, cuyo electorado es considerado clave para ambos comandos, tras haberse posicionado como la tercera mayoría en la primera vuelta. Hasta ahora, Kast solo ha señalado que está en evaluación.

Ayer, apenas aterrizó desde Arica, Kast apareció en Franklin en compañía del alcalde de Santiago, Mario Desbordes (RN). El candidato no tuvo la mejor recepción: fue abucheado, aunque también recibió muestras de respaldo. Un riesgo -afirman en su equipo- que estaba dentro de los cálculos.
Es parte de la nueva veta “más popular” que quiere mostrar Kast en segunda vuelta y que se da luego de la polémica que se abrió por el uso del podio blindado con un vidrio para realizar puntos de prensa, lo que atribuyeron a motivos de seguridad. Sin embargo, fue cuestionado por Jara, quien apeló a que ella no necesita de ese tipo de medidas.
De todas formas, en el comando de Kast recalcan que proyectar un perfil “más popular” no tiene que ver con esa controversia, sino que estaba pensado de antes como parte del diseño.
La próxima semana será similar a esta: despliegue en regiones, actividades en terreno y entrevistas en medios de comunicación. Las dos últimas semanas de la contienda electoral, en tanto, serán de debates y de cierres masivos de campaña en regiones.
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