Agua: ¿problema u oportunidad para Chile?

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El cambio climático está acentuando la relevancia del agua en Chile, lo que se expresa en las sequías, derretimiento más rápido de glaciares y precipitaciones en cotas más altas. El aumento de la población y el crecimiento de las industrias más importantes del país (agricultura y minería), suponen más demanda de agua.

Este desafío ha sido enfrentado por Chile con una perspectiva restrictiva. Se piensa que ante la evidencia de mayor escasez bien valdría adoptar un enfoque conservador. Así, en la reforma del Código de Aguas, la definición de los derechos se disputa con gran fuerza mientras otros sectores procuran establecer una jerarquía en el acceso al recurso.

Las indefiniciones y tardanzas sobre el agua han empujado al sector privado a buscar sus propias soluciones, expresadas en la construcción de una serie de plantas desaladoras, que son una vía costosa pero rápida para paliar la escasez en algunas zonas. Así y todo, la respuesta política ha sido crítica ante ellas, buscando forzar una consolidación de desaladoras e incluso intentando aplicarles regulaciones especiales.

Toda esta complejidad derivada de la visión restrictiva que entiende al agua como un problema es solo la mitad vacía del vaso. Existe incapacidad aún para generar una visión integral y de largo plazo sobre el recurso agua, que, de haberla, permitiría florecer a las oportunidades para que Chile se desarrolle de una manera más sustentable y acelerada.

Una adecuada visión -la mitad llena del vaso-, permitiría desplegar varias potencialidades del país. Por ejemplo, inversiones en infraestructura podrían aumentar la retención de agua en las altas cumbres, crucial para evitar aluviones y compensar de algún modo el acelerado derretimiento de glaciares.

Otro factor podría ser el de generar las condiciones para el funcionamiento de un mercado segmentado entre generación y distribución, a semejanza de lo que ha sido el mercado eléctrico.

Mientras el norte es evidentemente seco, el agua abunda en el sur. Esto ofrece condiciones obvias para que Chile trasvase agua desde sur al norte. No se ha puesto adecuadamente en perspectiva el enorme potencial que significaría aprovechar integralmente el territorio nacional, al disponer del agua que abunda en el sur en el perennemente soleado territorio nortino. Es claro que el agua es un desafío de gran escala y complejidad regulatoria y técnica. Pero la principal carencia hoy es la insuficiente visión para generar una política integral para aprovechar de manera plena el potencial geo-económico de Chile.

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