China avanza en Latinoamérica en inversiones, financiamiento y ahora con su moneda

Chinese Yuan

La compra de Enel Perú por parte de Southern Power Grid, el reciente viaje del presidente de Brasil a China y las negociaciones con Argentina y Brasil para la adopción del yuan como forma de pago a las importaciones provenientes de ese país, están reforzando la posición del gigante asiático en la región, mientras en Chile sus ojos están puestos en el litio.


China está realizando movimientos estratégicos en Latinoamérica. Primero aterrizaron sus empresas mineras y petroleras en busca de materia prima, tras ellas llegaron sus bancos a la caza de proyectos de infraestructura para financiar, especialmente en los países más complicados en términos de acceso al crédito. Más atrás empezaron a desembarcar sus empresas estatales y algunas privadas en sectores estratégicos como las telecomunicaciones y la energía. Hoy, ya se vislumbran acuerdos con Argentina y Brasil para la adopción del yuan como forma de pago a las importaciones provenientes de aquel país.

En tan solo 30 años, el gigante asiático ha ido avanzando hasta articular una verdadera red de enclaves estratégicos, principalmente en Brasil, Argentina y Perú, y donde Chile ha estado un poco más rezagado, pero no por eso ha sido menos importante.

La apuesta económica

Si bien, la inversión china en Latinoamérica partió a fines de los 90, comenzó a tomar fuerza entre 2004-2005, bajo la estrategia denominada Going Global, que impulsó a muchas empresas a salir al mundo, principalmente a África, América Latina y Sudeste asiático.

Entre los años 2000 y 2022, la inversión extranjera directa china en Latinoamérica y el Caribe (ALC), acumuló la no menospreciable suma de US$ 184.619 millones, distribuidos en 600 transacciones, según consigna el Monitor de la OFDI de China en América Latina y el Caribe 2023. A esto se debe sumar los montos dirigidos a obras de infraestructura -que no son considerados como inversión directa-, que en su gran mayoría van acompañadas de financiamiento, también chino.

La Inversión china está prácticamente en todo Latinoamérica. El primer lugar lo ocupa Brasil con US$ 67.467 millones, seguido de Perú con US$ 28.715 millones a 2022 (hay que sumar los US$ 2.900 millones de la compra de Enel Perú este año) y en tercer lugar México con US$ 20.839 millones. El cuarto lugar lo tiene Chile con US$ 20.345 millones.

Un análisis por país indica que los flujos de IED (Inversión extranjera directa) china en ALC, han tenido un cambio relevante. En el periodo 2000-2004 Brasil tenía el 76,86%, cifra que cayó a 40,93% en el periodo 2020-2022. “Argentina, Chile, Perú y México, han incrementado de forma significativa su participación”, explica Enrique Dussel, investigador de la Red ALC-China, que elabora anualmente el Monitor de la OFDI de China.

Los sectores de preferencia

El banco de datos del Monitor refleja que la inversión china también ha profundizado su diversificación desde una perspectiva sectorial, cayendo con los años la participación de las materias primas. Entre 2000-2004 este sector significaba el 81,39% mientras que en periodos más recientes 2020-2022 llegó al 41,28%.

“Si bien en la actualidad las materias primas continúan siendo el primer rubro de la inversión extranjera directa de china en la región, los servicios y actividades orientadas hacia los respectivos mercados domésticos se perfilan como el sector más dinámico y que quizá en el mediano plazo pudieran superar a las materias primas”, explica Enrique Dussel.

La diversificación se nota. Por ejemplo, en los últimos años la inversión se concentra cada vez más en Energía, cuya participación ha pasado del 10,3% (2005-2009) al 41,7% (2020-2022), con una creciente especialización hacia transacciones no-fósiles.

Algo similar pasa con el sector automotor y autopartes con el 12,3% de la inversión en el periodo 2020-2022.

En cuanto al origen de la inversión china que llega a Latinoamérica, entre los años 2000-2022 el 73,76% provino de empresas estatales, bajando a 70,76% en los últimos dos años.

Entre los años 2020-2022 el 49,09% de las operaciones en América latina la realizaron estas 5 empresas públicas: State Power Investment Corporation Limited (SPIC), State Grid Corporation of China (SGCC), Great Wall Montor Company (GWM), China National Offshore Oil Corporation (CNOOC) y Honbridge Holdings. Las dos primeras lo hacían con 6 transacciones con más del 29% de la inversión china.

Brasil estratégico

El lazo entre China y Brasil es fuerte, tanto en inversiones como en intercambio comercial. Un informe del Banco Central brasileño muestra que el yuan llegó a representar en diciembre del año pasado el 5,37 % de la cesta total de reservas de divisas, desplazando al euro (4,74%). Eso sí, el dólar sigue siendo la moneda con mayor participación en las inversiones de las reservas internacionales de Brasil, con el 80,42%.

Según consigna el diario Folha de Sao Paulo, en los próximos años el yuan ganará más relevancia tras el acuerdo para que el ICBC (Banco Industrial y Comercial de China) actúe como banco de compensación del yuan en Brasil, permitiendo a los empresarios de ambos países realizar transacciones comerciales sin tener que pasar por el dólar.

A este creciente intercambio comercial también se han sumado las inversiones. “Brasil representa alrededor de la mitad de las inversiones chinas en América del Sur”, señala el director de investigación del Consejo Empresarial Brasil-China, Tulio Cariello.

Explica que entre 2007 y 2021, el sector eléctrico atrajo el 40% de las inversiones con grandes proyectos de State Grid y China Three Gorges, mientras que el sector de petróleo obtuvo el 31% de las inversiones, con proyectos de estatales como China Nacional Offshore Oil Corporation Limited (CNOOC), China National Petroleum Corp (CNPC) y China Petrochemical Corporation (Sinopec). “Pero hay muchas inversiones también en áreas como manufacturas, tecnología de la información, agricultura, sector financiero, infraestructura. De hecho, las empresas chinas han hecho más de 200 proyectos en Brasil en los últimos 15 años. Algunas empresas que han tenido éxito en sus inversiones en Brasil son Chinese Foods Limited (COFCO), BYD, China Communications Construction Company Limited (CCCC), Bank of Communications Limited (BOCOM), Xuzhou Construction Machinery Group Co (XCMG), Sany, LongPing High-Tech, por nombrar las más relevantes”.

A esto se suman inversiones greenfield, en manufactura de autos chinos, en el sector servicio, transmisión y generación de electricidad (eólica, solar, hidroeléctrica) e infraestructura para sacar exportaciones como la soja.

Hoy Brasil es como un mercado de alta complejidad para China, está entre los principales 5 receptores a nivel mundial de inversión china, con una variedad y cantidad de inversión de todo tipo. Además, la mayor parte de las inversiones de estas empresas en el exterior está en Brasil, lo que transforma al país carioca en estratégico.

El caso argentino

Hoy China es uno de sus tres mayores socios comerciales y uno de los principales inversionistas de Argentina, con proyectos en prácticamente todas las regiones del país: litio y energía solar en Salta y Jujuy; minería en Sanjuan, Mendoza y Catamarca; investigación espacial en Neuquén; energía eólica en Neuquén y Chubut; comunicación satelital en Córdoba, tecnología en Tierra del Fuego; acueductos en Santa Cruz; rutas, ferrocarril, obras hídricas y de transporte eléctrico en Buenos Aires; energía nuclear en Río Negro y Buenos Aires; así como financiamiento para obras en Santa Fé, corrientes, Chaco y Entre Ríos.

Por esta razón, el gobierno argentino no dudó en -una vez más- recurrir a China ante su crisis económica y llegar a un acuerdo para reemplazará el dólar como moneda de intercambio comercial en las compras al país asiático, y así detener la disminución de sus reservas internacionales.

Para Argentina este acuerdo es un respiro, ya el 21% de las importaciones que realizó el año pasado provinieron de China, con compras que alcanzaron los US$ 17.502 millones. En el anuncio del acuerdo, el ministro de Economía argentino, Sergio Massa, señaló que permitirá a su país disponer del equivalente a US$ 5.000 millones como reservas de libre disponibilidad, así como ampliar hasta el 48% la participación del gigante asiático en las reservas internacionales del Banco Central argentino.

El lazo entre Argentina y China, se verá con esto más fortalecido. En el país trasandino las empresas chinas no sólo han invertido a través de compras y fusiones, en ese país se da un fuerte apalancamiento de bancos chinos estatales, que han permitido el desarrollo de infraestructura, de hecho se estima que a la fecha los recursos chinos en el país transandino superan los US$ 40 mil millones, de los cuales cerca de la mitad, US$ 18.204 millones, corresponden a Inversión extranjera directa.

En el último año el interés chino se ha acrecentado, principalmente por el litio. De hecho, Zijing Mining, Ganfeng Lithium, Tianqi y Gotion High Tech han puesto fichas en varios proyectos en la zona de Jujuy, Catamaca y Salta. El embajador de China en Argentina anunció hace unos meses que su país invertiría US$ 3.000 millones en 14 proyectos de litio.

Antes del denominado “oro blanco”, el petróleo generó un intenso interés de China Petroleum & Chemical Corporation (Sinopec) y China National Offshore Oil Corporation (CNOOC) que es la segunda petrolera, después de YPF.

También son los inversionistas y constructores de dos represas en Santa Cruz, proyectos que implican US$ 4.700 millones y a mediados del año pasado, se anunció la construcción de una planta de fertilizantes en Tierra del Fuego, inversión de US$ 1.250 millones, que permitirán además construir una central térmica y mejorar puertos en la provincia.

El avance energético en Perú y la región

En Perú, la presencia china se ha concentrado en el sector minero, que se lleva el 55% del total de su inversión (US$ 16.000 millones) y con una cartera de proyectos por desarrollar que sobrepasa los US$10.000 millones. Un dato importante: las empresas chinas son las únicas que explotan mineral de hierro en Perú.

Con el tiempo las inversiones se han ido diversificando. José Tam, Presidente de la Cámara de Comercio Peruano China (CAPECHI), explica que el sector minero, de hidrocarburos, eléctrico, financiero, servicios portuarios, tecnológico y telecomunicaciones, son los sectores donde se ha concentrado la inversión china. “De acuerdo con Song Yang, embajador de China en Perú, los flujos de capital provenientes de empresas chinas en el Perú superan a la fecha los US$ 30 mil millones. Perú se posiciona como el segundo principal receptor de capitales chinos, solo detrás de Brasil.

En el último mes el tema que ha dado que hablar es la compra del negocio de distribución de Enel por parte de China Southern Power Grid International, operación que deja a capitales estatales chinos con toda la distribución eléctrica de Lima, dado que China Yangtze Power International (CYPI), controlada por China Three Gorges Corporation es dueña de la central hidroeléctrica Chaglla.

Esto hizo reflotar las alertas sobre el avance chino en sectores estratégicos, no sólo en Perú, sino en toda Latinoamérica, ya que el país asiático a través de State Grid es dueña de Chilquinta Energía y CGE en Chile, así como de Transelec, mediante China Southern Power Grid International.

“El caso de Perú es casi calcado a lo que sucedió en Chile, los capitales chinos ya controlan el 60% del tendido eléctrico nacional y en Brasil también tienen un porcentaje importante, ya que en toda la parte sur y centro sur del país State Grid tiene un control enorme y en Sao Paulo es el principal controlador de la distribución. Ya es una tendencia, todas las empresas de distribución eléctrica han pisado fuerte en la región en los últimos 7 años y 8 años, principalmente State Grid”, señala Francisco Urdinez, académico del Instituto de Ciencia Política de la UC y Fellow del Wilson Center, que lidera el proyecto “Millenium Nucleus on the Impacts of China in LAC (ICLAC), cuyo objetivo es estudiar el impacto de China en la región a nivel nacional y subnacional.

Agrega que si bien Southern Power Grid, es más pequeña respecto a State Grid, hay todo un proceso de aprendizaje común de estas empresas chinas, de imitarse unas a otras y competir entre sí, de hecho, ambas empresas son hermanas y nacieron en 2002 de la reforma estatal del sistema eléctrico. “Creo que el gran paso que hizo Stade Grid en Chile, Brasil y Argentina, ha servido a empresas más pequeñas de China para animarse a entrar en el mercado. Además, si bien no son las mismas empresas, sí existe una cierta coordinación porque pertenecen en definitiva al estado chino y eso sí que puede ser visto como una fuente de vulnerabilidad”, asevera Urdinez.

La compra realizada recientemente en Perú abrió una nueva discusión en torno a si debiera haber un screening de inversiones, regulaciones que definan a algunos sectores económicos como estratégicos o de seguridad nacional y que de esa forma se pudiera impedir que hubiera este tipo de adquisiciones que generan monopolios, pero no ha pasado de la discusión.

El financiamiento

Además de las inversiones directas, China se ha posicionado en Latinoamérica fuertemente en sectores estratégicos, a través del financiamiento de infraestructura de obras públicas como represas, hidroeléctricas, vías de tren, puertos.

Esto ha sido más común en países con dificultades de acceso a crédito de organismos occidentales. Por ejemplo, Ecuador tomó mucha deuda con bancos chinos; Argentina también los hizo en el periodo del kirchnerismo, financiado el ramal del tren en Belgrano, San Martín, las represas en el sur en Santa Cruz.

En Venezuela, mucho crédito fue a desarrollar exploración petrolífera en el cinturón de Orinoco, “parte de ese dinero hoy no se sabe en qué se usó y es dinero que no se ha devuelto y Venezuela tiene una deuda importante con los bancos chinos, principalmente el Banco de Desarrollo de China”, agrega el Francisco Urdinez.

En Ecuador la empresa China International Water and Electric Corporation construyó el proyecto hidroeléctrico Toachi Pilatón.

En Colombia, la presencia china se ha posicionado principalmente en megaproyectos de infraestructura, más que en inversión directa. Empresas como PowerChina, China Harbour Engineering Company, Xi’an Metro Company, Hydro Global Investment y China Civil Engineering Construction Corporation junto con otras empresas y bancos chinos están construyendo algunos de los proyectos más importantes de Colombia, como el Metro de Bogotá, la Autopista al Mar 2, el Regiotram, entre otros.

Chile más tarde, pero con acelerador

La primera inversión china relevante en Chile fue el acuerdo firmado entre Minmetals y Codelco en 2006. Tras el vinieron años sin muchos movimientos. “A partir del año 2015 comenzó un aumento sostenido de la inversión China en Chile con la operación del China Construction Bank y el Bank of China y la autorización de Eximbank. En este contexto, se entiende que el incremento de la inversión China sea parte de la evolución natural de las relaciones económicas entre ambos países”, explica InvestChile.

En lo que se refiere a la cartera que maneja InvestChile, con proyectos en distintas fases de desarrollo, en 2022 China es el segundo país en importancia, en la inversión proyectada, con un monto de potencial de US$ 4.673 millones, principalmente en el área de energía e industria de alimentos. En 2021 presentó un monto de US$7.734 millones ubicándose en primer lugar por montos comprometidos.

En Chile, las inversiones chinas han apostado también al sector del salmón (Joyvio), pesca (China Agribusiness Developement Trust & Investment Corp) y Agoindustria. A este último rubo ingresaron Changyu Pioneer Wine a Indómita y Corp Aceites y Comestibles y Cereal a Viña Santa Andrea.

También lo hicieron al sector servicios con el joint venture de Hyatt Hotels con Mandarin Oriental y a telecomunicaciones a través de Huawei Chile (Data Center) y al sector tecnológico con Sinovac y su planta de vacunas en la RM y Centro I+D en Antofagasta.

Pero sin duda, las grandes inversiones están en el área minería con la presencia de Tianqi en SQM (US$ 4.300 millones) y energía con la compra de Chilquinta por parte de State Grid (US$ 5.230 millones), Transelec por Southern Power Grid International (US$ 1.300 millones); Pacific Hydro y nuevas centrales por parte de State Power Investment Overseas (US$ 757 millones); el joint venture de JA Solar con Soventix Chile (US$ 286 millones); la compra de Atiaia Energía por Three Gorges Corp (US$ 240 millones).

También se sumarán nuevas cifras cuando se materialicen proyectos que están en construcción como: Remodelación de la Ruta 5 Sur, tramo Talca Chillán que ejecuta China Railway Construction Corp (US$ 804 millones); Red Hospitalaria del Maule que realiza Railway Construction Corp (US$ 700 millones); Puerto San Vicente y Embalse Las Palmas que ejecuta China Harbour Engineering (US$ 262 millones), la fibra óptica austral de Huawei (US$ 100 millones), así como la instalación de la agencia de Eximbank.

Si bien Chile tuvo rezago en la recepción de la avalancha de inversión china, a partir de 2015 comenzó un aumento sostenido en su cartera de inversiones, la cual ahora en el marco de la nueva política nacional del litio, podría reactivarse aún más, dado el reconocido interés chino por tener una mayor presencia en ese sector.

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