
Informe alerta que el gobierno incumplirá otra vez la meta fiscal este año, con un déficit estructural de 2,5% del PIB
Según un análisis de la Universidad San Sebastián, liderado por la exdirectora de Presupuestos, Cristina Torres, al considerar las tasas de ejecución históricas “los ingresos fiscales en 2025 podrían ser inferiores a lo esperado por el Ejecutivo en más de US$2.500 millones, comprometiendo un déficit estructural cercano al 2,5% del PIB", muy superior al -1,8% del PIB proyectado por Hacienda.

El escenario fiscal para lo que resta del año es complejo. Pese a que el gobierno todavía dice confiar en que se cumplirán sus mejores estimaciones y, con ello, la meta fiscal comprometida de un déficit estructural de 1,6% del PIB, el camino para lograrlo se ve muy cuesta arriba. De hecho, el propio Ejecutivo ya ha planteado un escenario alternativo, con una última proyección de -1,8% del PIB.
Pero incluso ese pronóstico oficial está siendo puesto en duda por el grueso de los analistas. En esa línea se pronuncia un reciente informe de la académica de la Universidad San Sebastián (USS) y exdirectora de Presupuestos, Cristina Torres, junto a la investigadora del programa fiscal, Margarita Vial.
En su análisis lo primero de lo cual dan cuenta es que, en la última actualización de proyecciones presentada por el Ministerio de Hacienda en el Informe de Finanzas Públicas del segundo trimestre de 2025, el Ejecutivo informó que espera un resultado de déficit estructural de -1,8% del PIB para 2025. “Esto implica un nuevo incumplimiento respecto de la meta de -1,6% del PIB fijada para el año, cuya actualización se encuentra en trámite, desde el -1,1% del PIB, que fue meta la considerada en el diseño de la Ley de Presupuestos para 2025”, plantean.
En tal contexto, sostienen que el desafío de cumplimiento de la nueva meta de -1,6% de PIB parece quedar obsoleto, cuando se tiene que la mejor estimación del Ministerio de Hacienda supera el nuevo objetivo en 0,2 puntos porcentuales para 2025.
Pero enfatizan que el reto es mayor cuando se observa el desempeño de la ejecución presupuestaria acumulada a julio, ya que se observa un rezago de los ingresos respecto de lo esperado para el año. “Al igual que en 2024, la situación financiera sugiere un gran desafío de recaudación para los próximos meses, poniendo en riesgo nuevamente el cumplimiento de la meta”, puntualizan.
Las razones
A julio los ingresos fiscales totalizan $42.546.935 millones, lo que representa un crecimiento de 6,3% real respecto del mismo período del año anterior. Dado eso, el informe señala que para cumplir con su proyección, el Ejecutivo proyecta un crecimiento anual de los ingresos fiscales de 8,4% respecto del 2024, lo que significa una recaudación total de $76.149.913 millones.
Para lograrlo, los ingresos entre agosto y diciembre deben crecer 11,2%, lo que aumenta a 15,2% al descontar de la base los ingresos transitorios recaudados para financiar la reconstrucción de Valparaíso y que significó ingresos por US$1.000 millones hasta el 31 de diciembre de 2024.
Esa meta fijada por el Ejecutivo sería muy difícil de cumplir. Según este análisis, al considerar las tasas de ejecución históricas, “los ingresos fiscales en 2025 podrían ser inferiores a lo esperado por el Ejecutivo en más de US$2.500 millones, comprometiendo un déficit estructural cercano al 2,5% del PIB”.
Esto, porque afirma que “cuando se revisa el avance de la ejecución de los ingresos sobre el total anual, se observa que, para el 2025, los ingresos percibidos hasta julio corresponden al 55,9% de la proyección anual, lo que representa una tasa de avance inferior al 57,8% promedio de los ingresos acumulados a julio sobre los ingresos totales anuales para el período 2016-2024”.
Cristina Torres explica que por una parte existe “un gran desafío de recaudación para los próximos meses, lo que supone nuevamente una base sobrestimada. A ello se debe sumar que las medidas correctivas diseñadas producto del desvío de la meta en 2024 no han logrado materializarse y estas están siendo consideradas dentro de las estimaciones. No hubo un criterio conservador a este respecto”.

Acotar el gasto
Si por el lado de los ingresos existen fuertes dudas de que se logre el panorama estimado por el gobierno, por el lado del gasto público el panorama tampoco se ve fácil. Hasta julio, el gasto del gobierno central total acumula un crecimiento de 3,3% respecto de igual lapso del año anterior, alcanzando una ejecución total que asciende a $47.275.786 millones. En el séptimo mes creció un 6,7% versus el mismo mes de 2024, principalmente explicado por el gasto corriente del Estado que varió un 6,7% y que constituye el 87% de la variación mensual.
“Para dar cumplimiento a la estimación del Ministerio de Hacienda, el gasto del período agosto – diciembre debe crecer sólo 0,8% respecto del mismo período del año anterior”, advierten desde la USS.
Para Torres, “los últimos tres meses del año son decisivos. El Ejecutivo tiene el desafío de materializar las acciones correctivas y esto evidencia aún más fuerte la necesidad de un ajuste de gasto en el próximo erario. Lo importante es reconocer el estado actual de cara a la presentación del Presupuesto (2026) y no repetir la historia del año pasado, donde hubo que ajustar en el debate legislativo”.
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