La Fed se alista para presentar un nuevo enfoque para su objetivo de inflación

Se trata de una medida que se estaba estudiando previo a la pandemia, la cual genera más incentivos para que los cambios se oficialicen con prontitud.


Durante décadas la Reserva Federal (Fed) se ha preocupado de que una caída importante de la tasa de desempleo no conduzca a niveles indeseables de inflación, lo que explica que se trabaje desde hace muchos años con una meta de inflación autoimpuesta, la cual figura en 2% desde 2012. Sin embargo, los temores se han ido desvaneciendo ante los resultados observados previo a la pandemia, cuando el pleno empleo ni siquiera estuvo cerca de conducir a un descontrol de los precios.

Si bien el coronavirus cambia el escenario económico en muchos sentidos, desde la Reserva Federal han dejado claro que la reflexión en torno a la meta de inflación sigue en pie y todo parece indicar que pronto habrá una oficialización al respecto.

Fue el mismo presidente de la institución, Jerome Powell, quien en su última conferencia de prensa advirtió sobre las modificaciones que están por venir. “Los cambios que haremos realmente están codificando la forma en que ya estamos actuando con nuestras políticas”, indicó a fines de julio.

De acuerdo con los trascendidos en la prensa estadounidense y la información que manejan analistas del mercado, las autoridades del Banco Central estadounidense estarían dispuestos a que la inflación suba por encima de la meta de 2%, nivel que se buscaría en el promedio a largo plazo. De esta manera, se flexibilizará la política que llamaba a endurecer la política monetaria, en anticipación de una esperada alza en el índice del consumidor.

Opinión de consenso

Precisamente en esa línea, Robert Kaplan, presidente de la Fed de Dallas, dijo la semana pasada que le “gustaría ver que la inflación se eleve moderadamente por encima del 2% como consecuencia de períodos en los que hemos estado funcionando constantemente por debajo”.

En el marco de una videoconferencia, el funcionario detalló que se sentiría cómodo con una inflación de alrededor de 2,25% o 2,75%. Se trata de una opinión que también han compartido públicamente sus pares. Patrick Harker de Filadelfia dijo que lo “ideal” sería que la inflación sobrepase un poco la meta autoimpuesta, mientras que Charles Evans de Chicago ha indicado en diferentes ocasiones que estaría tranquilo con una inflación de 2,5%.

Avanzar en la oficialización de este nuevo enfoque resulta particularmente pertinente para el contexto de crisis actual. Con el coronavirus la tasa de desempleo se encuentra en 10,2%, por lo tanto, sin una presión para evitar que suba la inflación, la Reserva Federal contará con más espacio para desplegar estímulos en la economía.

Denny Heck, congresista demócrata de Washington e integrante del Comité de Servicios Financieros, aseguró recientemente que cambios bajo consideración “serían muy significativos porque conmemorarían el compromiso de trabajar hacia un mercado laboral más ajustado cuando las circunstancias económicas lo permitan”.

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