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Pablo González, gerente general de ILC: “Creo que hemos tenido suficientes reformas”

El ejecutivo de la sociedad que controla Habitat, Consalud y Confuturo, entre otras empresas, tiene una mirada más optimista sobre lo que viene para el país, pero considera prioritario afrontar la hiperregulación. "Hay que encontrar los equilibrios para que el conjunto de regulaciones y exigencias no traben y no ahoguen", sentencia. Aun así, sugiere hacer algunos cambios a la reforma previsional y propone abordar una agenda de largo plazo por el envejecimiento de la población.

Pablo Vásquez R.

Los últimos cinco años no fueron fáciles para Inversiones La Construcción (ILC), el brazo de inversiones de la Cámara Chilena de la Construcción (CChC), a raíz de varios hitos que afectaron los cuatro sectores en que está presente la compañía, pensiones, salud, rentas vitalicias y banca, con empresas como AFP Habitat; RedSalud e isapre Consalud; Vida Cámara y Confuturo; y Banco Internacional.

En 2019 fue el estallido social; en 2020, la pandemia. Después llegaron los tres retiros de las AFP y uno de rentas vitalicias. Luego vino un proceso constituyente que puso en duda el rol del sector privado en salud y previsión. A continuación llegó la crisis de isapres. Y en paralelo, una gran reforma de pensiones.

“En ese periodo, que fue más turbulento, la compañía siguió avanzando. Nosotros tenemos un plan de largo plazo”, enfatiza el gerente general de ILC, Pablo González, al argumentar por qué su acción es la que más sube del Ipsa en 2025, con un alza del 131%. “Lo atribuyo a una suma de cosas. Obviamente más certidumbre regulatoria y política, pero sumado a eso, el mercado ve que el plan sigue adelante. Se ajusta, obviamente, a los momentos, tampoco somos ciegos, pero hay una mirada larga que trasciende vaivenes cortos”, afirma.

El contexto es más promisorio: una menor incertidumbre regulatoria, tras la reforma de pensiones y la ley corta de isapres, “redefinen el ancho de banda por donde se pueden mover estos sectores”, sostiene González, quien cree que hay que seguir haciendo reformas a las reformas. “Sobre todo en el lado de pensiones hay ajustes cortos que son superimportantes de hacer”, complementa.

Pablo Vásquez R.

El gerente general de ILC también hace un repaso por los 45 años que cumplió este 2025 la compañía, quince de los cuales lo han tenido como gerente general. “Cuando uno revisa los 45 años, esto es una historia de construcción. Acá hubo mandatos que originalmente tenían que ver con dar prestaciones y servicios a los trabajadores de la construcción. Rápidamente se extendió a la clase media. Hoy llegamos a uno de cada tres personas de más de 60 años en los distintos servicios que prestamos. Mirando hacia adelante, hay un tercer mandato, que tiene que ver con desarrollar servicios y un foco puesto en ese segmento”, afirma.

¿Cómo ve a Chile en este nuevo ciclo político?

El 2% de crecimiento potencial es algo estructural. Mover ese PIB potencial no es algo trivial, requiere cambios estructurales en educación, infraestructura, aumentar la productividad.

En el lado positivo, primero, hay un cobre que ayuda. Segundo, ya empezó un ciclo de tasas a la baja, tanto a nivel internacional como local. Y lo tercero, un ambiente más promercado y proinversión.

Cuando uno junta todos esos factores, claramente hay elementos para desmarcarse de ese 2% y aspirar, a lo mejor, hasta un 3%. Pero igualmente hay que construir para adelante. Hay que volver a revisar los temas de productividad y los planes de infraestructura. Hay cosas en que, por la suma de todos los factores que han ocurrido en los últimos cinco o seis años, nos hemos ido quedando atrás.

¿Cuáles deberían ser las medidas inmediatas del próximo gobierno?

Primero, es importante reforzar conceptos que estuvieron en duda en los últimos años. La importancia del crecimiento tuvo algún grado de duda. El modelo de colaboración público-privada en distintos ámbitos, en salud, en infraestructura, en concesiones, también tuvo algún grado de discusión. El libre comercio es otro tema (...) Yo sí creo que hay un tema que el gobierno tiene que tener en consideración, algo se comentó en la campaña, que es ver la película completa.

¿A qué se refiere?

Estoy pensando desde el punto de vista de las empresas medianas, pequeñas. Aquí hay cambios que son superrelevantes. Por ejemplo, las 40 horas y el alza de cotización de la reforma de pensiones. Estos cambios en conjunto suben los costos laborales del orden del 20% en poco tiempo, en un horizonte de cinco o seis años.

Pero además de eso, hay un fenómeno regulatorio que se ve aisladamente. Está la ley del delitos económicos, donde hubo que implementar modelos de prevención, que implica alto consumo de recursos y gasto. Está la ley de protección de datos, es un tremendo tema que las empresas están implementando, que requiere, en muchos casos, cambios de sistema, cambios en la forma de operar. Está el tema de la ciberseguridad.

Cuando uno pone todo esto en conjunto, si no hay una discusión o una reflexión responsable de cómo desregular o moderar las regulaciones, sobre todo para las empresas más medianas, es difícil.

Esto no pasa por poner en riesgo la solvencia del sistema. Tampoco pasa porque nos cuestionemos las regulaciones financieras, que en Chile son muy sólidas. Pasa por una reflexión de que, aisladamente, estas regulaciones son complicadas, requieren recursos, pero se pueden abordar. Pero cuando uno las mira como el todo, es muy complejo.

¿Dónde se ven esas complejidades en el todo?

Por ejemplo, lo laboral. No está a la vista que la productividad laboral en Chile no ha tenido un desempeño como quisiéramos. No están a la vista los sectores: el aumento de costo laboral es distinto al enfrentarlo en el sector de servicios bancarios que en el mundo prestador de salud; donde hay mínimos sanitarios, hay estándares y uno no puede aplicar tecnología y eficiencias en todo, porque hay cuestiones que son más estructurales.

Tampoco se tuvo a la vista el tamaño de empresas. Por ejemplo, en el mundo prestador de salud, nosotros tenemos más acceso y más recursos para incorporar tecnología, transformaciones operacionales, tenemos ejecutivos que son bien expertos en eficiencia operacional. Y cuando uno traslada esa misma realidad y la aplica a un prestador más chico, más mediano, es complicado, porque por escala no tiene acceso a los mismos recursos que nosotros.

Entonces, esta hiperregulación, cuando uno pone todo en conjunto, falta una mirada más completa de que son cosas que se van sumando y que al final te ponen en una posición que es complicada.

Hay un índice de la Ocde, de calidad regulatoria, que busca medir qué tanto favorecen o no el conjunto de regulaciones y políticas al crecimiento. En ese índice, Chile estuvo por sobre la Ocde hasta 2019. Hoy está un 25% por debajo. Eso habla de la suma de cosas.

¿Ve disposición del nuevo gobierno para atacar este aumento del costo laboral y las mayores regulaciones?

En los titulares, sí. Hay una mirada país. Estas son realidades país. El gobierno entrante llega con energía nueva, con un programa nuevo, con otras ideas, pero hay una realidad país que está todos los días en los diarios: están los permisos, está el tema de las regulaciones, el tema laboral. Tengo confianza en que esto va a ser un tema prioritario, que se va a poner sobre la agenda y se va a ir trabajando de manera de ir encontrando un punto de equilibrio.

No estoy diciendo que la ciberseguridad no sea importante, ni que la protección de datos no sea importante, en ningún caso, pero hay que encontrar los equilibrios para que el conjunto de regulaciones y exigencias no traben y no ahoguen (a las empresas). Porque en Chile está pasando eso.

¿Sobre su mirada de corto y mediano plazo su visión es más optimista o pesimista?

Es más optimista. Un gobierno entrante tiene espacios para poner estos temas sobre la mesa. También el tipo de debate que se dio en esta elección presidencial es completamente distinto al de cuatro años atrás.

En esta oportunidad no estuvimos discutiendo sobre refundar Chile o cambiar de sistema, que los privados no pudiesen tener un rol en proveer servicios que apoyan a la ciudadanía en asuntos esenciales como salud o previsión.

Habla de desregular, pero ¿cómo se logra? ¿Es dar más gradualidad para implementar la reforma de pensiones y 40 horas, o a qué se refiere?

Tiene que ver con gradualidad, tiene que ver con revisar elementos. Aquí debiera haber espacio para, llamémosle, un conjunto de leyes cortas que perfeccionen y que hagan más llevadero este tipo de regulación.

Ya se aprobó la reforma previsional y la ley corta de isapres. ¿Queda alguna reforma pendiente?

Creo que hemos tenido suficientes reformas. Poner el foco en crecimiento y seguridad; poner el foco en aprovechar las capacidades del sector privado para resolver problemas públicos; poner el foco en volver a retomar una agenda procomercio internacional, más del estilo que hubo en décadas pasadas, son cosas que no requieren de muchas reformas.

¿Se requieren más remozamientos que cambios estructurales?

En el ámbito legislativo sí. Hay cosas que sí son más de largo plazo, que requieren reformas y que hay que ver si en dos o cuatro años se pueden abordar o no. Por ejemplo, el tema del envejecimiento: no es novedad lo que está pasando en Chile, la pirámide poblacional se está invirtiendo rapidísimo, tenemos expectativas de vida de país desarrollado, el mercado laboral se va a envejecer. ¿Por qué no pensar en una agenda más larga y aplicar reformas como lo han hecho países desarrollados? Tener reglas de mercado laboral para personas mayores. Es una realidad país que estamos envejeciendo. Cuando uno mira Singapur, Dinamarca, Finlandia, ellos ya enfocaron esto, y se dieron cuenta que hay un espacio.

Lo otro es que los costos de salud de ese segmento son mucho mayores. En la misma lógica de cómo llegar a vivir más y vivir mejor, prevención, detección temprana, hay modelos superexitosos en el mundo y aplicarlos cambia completamente el costo de salud y la calidad de vida de las personas.

Las reformas recientes

¿El próximo ciclo político va a ser más tranquilo para sus industrias, sin incertezas jurídicas?

Por el lado de la incerteza jurídica, que estuvo más bien ligada a isapres, la ley corta que se aprobó en mayo, que lleva 15 meses implementada, hasta ahora ha cumplido el objetivo de darle estabilidad financiera al sistema. Todavía quedan cosas que se tienen que asentar, pero hasta ahora va bien.

Y por el lado de pensiones, creo que hay que revisar cosas. El tema del préstamo del 1,5%, que fue tema de campaña, si es que se empuja una ley corta, o reforma a la reforma, una pequeña reforma a lo que se aprobó en enero respecto al 1,5%, va en la dirección correcta, que se vaya a la cuenta individual y que las mejoras de PGU sean financiadas con gasto fiscal.

¿No es un riesgo reabrir ese debate?

En todas estas legislaciones que son profundas hay temas que dejan espacios de perfeccionamiento. Un segundo aspecto es el encaje. Con la regla actual, para administrar US$ 20.000 millones se requiere un encaje de US$ 200 millones.

En la reforma de enero se aprobó un cambio en las reglas del encaje, el requerimiento cae un 90%. Esto lleva a que un potencial nuevo actor, en dos años más, administre de un día para otro US$ 20.000 millones, con un capital de menos de US $10 millones. En la licitación también no está claro el requisito de track record que debe tener el nuevo entrante.

Esas cosas se deben mirar, porque dejan dando vueltas riesgos para el sistema que pueden ser superrelevantes.

¿Y cuál es el riesgo...?

Que entren actores sin experiencia, sin capital, a administrar una cantidad enorme de recursos. Eso es un riesgo para el sistema.

Ha aumentado el ingreso mínimo que se requiere para poder acceder a un plan de isapre y al sistema privado de salud. ¿Cómo se puede enfrentar eso?

Se habla mucho de la fuga que hubo del sistema de ispares a Fonasa y creo que la fuga tiene que ver mayoritariamente con un tema de precios. Primero, los planes están en UF. Producto de los retiros y de todas las anomalías que tuvimos en los años recientes, la inflación fue del 40% en los últimos seis años, en vez del 20% al que estábamos acostumbrados, con una inflación del 3% anual. Ahí hay un primer ajuste que es relevante. Y no tiene que ver con la isapre, tiene que ver con la estructura de cómo están hechos los planes. También hubo ajustes de valor base. Por lo tanto, la migración masiva tiene que ver mucho con precios, con valor.

¿Cómo uno vuelve a recuperar y reencantar? Por la misma vía. Tenemos que ser capaces de ofrecer planes competitivos, de generar una oferta de valor que vuelva a atraer a esos afiliados que se fueron a Fonasa: la principal razón de esa fuga tiene que ver con precios, con que el 7% de su remuneración no financia un plan.

El menor costo por licencias médicas ayuda, en el sentido de que permite técnicamente tarificar planes, podemos discutir cuánto de esa mejora en siniestralidad de licencia médica es estructural o no, pero que permita ser más competitivos y permita atraer más personas del mundo Fonasa. Es un desafío, la industria está bien abocada a eso y hay que ver ese desenlace.

Los negocios de ILC

Hoy el 30% de las utilidades de ILC viene de pensiones y el 30% de Confuturo. En cinco años, seguros y banca serán más relevantes que en pensiones...

La respuesta es sí, pero la forma de cómo se llega a eso es la diferencia de la explicación. Vemos en los próximos cinco años mayores tasas de crecimiento en nuestra actividad bancaria y en rentas vitalicias que en pensiones. Nuestra expectativa es que la torta se agranda, pero que hay sectores que crecen a tasas más rápidas.

Y salud es un fenómeno aparte. El gasto en salud como país crece sobre el 10% al año, todos los años. Eso también debería ser un foco de este gobierno.

Chile está gastando un 10,5% del PIB en salud. Hasta 2019 gastábamos menos que la Ocde como porcentaje del PIB. Con la pandemia en 2020, todos los países aumentaron el gasto en salud, después se viene reduciendo como porcentaje del PIB, pero Chile se quedó pegado. Chile hoy día gasta más que la Ocde, gasta más que Dinamarca, España, o Portugal. Ahí hay un desafío.

¿Por qué ocurrió aquello?

Entre 2014 y 2024, el gasto público en salud creció un 85% y la productividad cayó un 45%. Entonces, hay un problema de productividad.

Acá hay desafíos operacionales y hay desafíos en la salud primaria. Si es que un gobierno como este quiere trabajar de verdad las listas de espera, esto no es solamente abocarse al stock que hay, sino que es ver cómo el flujo mejora, y eso tiene mucho que ver con la salud primaria. Ahí se puede hacer mucho, pero no es solamente voluntarismo, aquí hay que meterse en diseño de procesos.

Entonces, a tu pregunta: salud es una historia distinta, porque con el envejecimiento de la población, con las nuevas tecnologías, con los nuevos tratamientos, el mundo de la salud crece a doble dígito, más allá de lo que pasa con Chile, y eso no es sostenible y tiene que ajustarse como país, pero creo que todavía el sector privado tiene muchísimo que decir y que aportar en la solución de problemas públicos de salud.

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