Arturo Clément, presidente de SalmonChile, estima que la Ley Lafkenche tenía un buen objetivo, pero que finalmente se generó un impacto para la actividad económica. Ante esto, Clément pide un cambio en la normativa.

“Su objetivo per se no era malo, el de entregar ciertos derechos a comunidades que tenían cierto arraigo en el mar. Pero esto se ha desvirtuado completamente, porque es una ley mal diseñada, que a todo esto fue aprobada por unanimidad en el Congreso. Aquí nadie se puede lavar las manos”, dijo en entrevista con radio Infnita.

Clément planteó que, “en sus orígenes era algo parecido a lo que son hoy día las zonas de manejo de la pesca artesanal. Pero el tema se desvirtuó y esto se transformó en un uso inadecuado y en una invasión del mar de todos los chilenos. Esa es la verdad. Y esto ha sido también aprovechado por grupos activistas extranjeros que animan a comunidades, inventan comunidades, para hacer estas solicitudes”.

En esa línea, Clément estimó que la Ley Lafkenche puede ser “probablemente una de las peores políticas públicas que han salido en nuestro país”.

Sobre los efectos de la medida, el presidente de la asociación gremial estimó que los tiempos para calificar un espacio costero marino de pueblos originarios (ECMPO), tras la solicitud de estos, son excesivos.

“Su implementación ha sido pésima, porque se demoran años, en promedio más de siete años, y uno de los puntos más conflictivos de esta ley es que, cuando ellos (los pueblos originarios) ingresan una solicitud, cualquier cosa sobre esa superficie queda absolutamente suspendida”, explicó.

Ante este contexto, el dirigente gremial estimó que, “en el fondo se expropia el mar para pocas familias y también ha sido desvirtuada, porque las superficies de mar que se piden son realmente demenciales”.

Una discusión que se puso sobre la mesa luego de que el expresidente Eduaro Frei, en el marco de la Cumbre Empresarial Chile-Japón, en la expo Osaka, pidió “matar la ley Lafkenche”.

Sin embargo, el dirigente gremial optó por la opción de modificar la ley, “para que vuelva a cierto a ciertos niveles de racionalidad”.

“La política tiene que hacerse cargo de estas cosas y que, además, esta ley no solo afecta a la salmonicultura, afecta enormemente a la pesca artesanal y puede afectar a las desalinizadoras en el norte. O sea, el efecto es múltiple, no es solo un problema de salmonero, es un efecto multisectores”, agregó.