Solo tres de los 10 proyectos económicos del gobierno son propios

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Pese a la acusación de sequía legislativa que hace la oposición, el ministro Gonzalo Blumel pasa gran parte de la semana en el Congreso, donde se ha reunido con todas las bancadas. Durante este tiempo detectó que para lograr acuerdos apuntará a la DC y al PR, sobre todo en proyectos más emblemáticos, como la reforma tributaria y de pensiones.


Lo más estructural y polémico está quedando para fin de año, ya que en los primeros 100 días el gobierno decidió no arriesgarse con reformas, sino que enviar proyectos que concitan mayor consenso.

De acuerdo al balance de la Secretaría General de la Presidencia, Segpres, se han activado 32 medidas legislativas, de las cuales 10, casi un tercio, están orientadas al ámbito económico. Claro que estas no necesariamente son 100% nuevas, sino que varias venían de una larga tramitación en el Congreso.

Solo tres temas han nacido completamente en La Moneda, como el proyecto de ley de proinversión, que tras un catastro de obstáculos administrativos para ejecutar obras más ágilmente, condensó un conjunto de medidas transversales a varios servicios para limar lomos de toro. El segundo es la Ley Corta de Pesca, que busca terminar con la perpetuidad en las cuotas, proponiendo una licitación para 20 años más. El tercero crea el Consejo Fiscal Autónomo, un asesor del ministro de

Hacienda a la hora de calcular y analizar los parámetros del balance estructural.

En resumen, dos pertenecen a la cartera de Economía y uno a Hacienda, y todos están en la primera etapa de exposición en las comisiones especializadas.

Las iniciativas más peliagudas, ejes del programa de Piñera, como las modificaciones al sistema tributario y la reforma a las pensiones, aún están en los escritorios de las autoridades responsables, siendo objeto de cruce de opiniones dentro del propio Ejecutivo.

Cabe indicar que dentro de las 32 iniciativas que el gobierno contempla como propias, hay tres que forman parte de un proceso previo de negociaciones comerciales con otros países y que en su fase final solicitan la venia del Congreso para ser ratificadas: modificación del TLC con China y los acuerdos con Argentina e Indonesia.

Heredados y reactivados

De los siete proyectos restantes, uno es de autoría del mismo Presidente en su primer período, como es el Estatuto Laboral para jóvenes estudiantes de la educación superior. Fue presentado en 2013, durmió cuatro años, y este año se reactivó. Está en primer trámite en la Comisión de Hacienda, tras ser aprobado por unanimidad en la Comisión de Trabajo, luego de que el gobierno aceptara las propuestas de la oposición.

Dos corresponden a mociones parlamentarias que el gobierno anterior fue acompañando con indicaciones y urgencias: el pronto pago a las pymes de un grupo transversal de senadores, y el de fármacos II, patrocinado por cuatro opositores y Manuel José Ossandón (RN).

Otras tres iniciativas que el Ejecutivo menciona fueron iniciativas de la expresidenta Bachelet: el que crea una sociedad anónima del Estado de "Intermediación Financiera", el que moderniza la Legislación Bancaria y el que crea el Ministerio de Ciencia y Tecnología, que hace poco fue despachado a ley.

Y el último que también está cumpliendo los últimos pasos (Tribunal Constitucional) para ser ley se puede calificar como de autoría transversal. Es que la eliminación de la entrega de bolsas plásticas por el comercio partió como mociones de parlamentarios para zonas específicas, después fue refundido en una idea del gobierno anterior para las comunas del borde costero, y finalmente fue unificada por esta administración para ampliar la prohibición a todo el país.

Cuando la oposición observa el balance de los 100 primeros días advierte una sequía legislativa señalando que "solo se han presentado 10 mensajes", de los cuales tres son económicos. "En igual período, la Presidenta Bachelet ingresó 23 mensajes a trámite legislativo. De más está decir que la envergadura y complejidad de las materias no tiene parangón: aporte familiar permanente de marzo; sustitución del sistema electoral binominal; reforma tributaria; creación de dos universidades estatales; estabilización del precio de los combustibles; protección de los derechos de los consumidores, por nombrar algunos", señala el coordinador legislativo de

Igualdad y exministro de la Segpres, Gabriel de la Fuente.

Mirado desde esa óptica, es cierto, no obstante hay dos elementos que diferencian este mandato del anterior: no se fijó meta de 100 días ni cuenta con mayoría parlamentaria para confiar en un paso más expedito de sus ideas.

"No tenía ningún sentido fijarse una meta de 100 días, fue una decisión deliberada. Una meta para la galería no significa ni gobernar bien ni tener buenas políticas o buenas reformas", recalcan altas fuentes de Palacio al recordar que una de las iniciativas emblemáticas de Bachelet enviada en los primeros tres meses, como la reforma tributaria, debió corregirse posteriormente, ventana que aún se mantiene abierta.

Estrategia apunta a la DC y al PR

Consciente de la inferioridad numérica en el Congreso, el ministro Segpres, Gonzalo Blumel, ha desplegado todo su carisma -dialogante, receptivo, lejos del estereotipo de derecha- en rondas de reuniones con todas las bancadas, tanto en la Cámara como en el Senado.

La evaluación después de estos encuentros, según sus cercanos, es que la oposición no solo está dividida, sino que tampoco tiene un rumbo identitario que defina qué materias y hasta qué punto están disponibles para apoyar. También, recalcan, el secretario de Estado ya cuenta con un perfil de cada cual y sabe que existe un bloque muy duro a los proyectos de Piñera conformado por los parlamentarios de los partidos Comunista y Socialista, mientras que las otras bancadas las considera más dispuestas a ayudar, más constructivas.

Sin embargo, esta apreciación, que puede ser más benigna para el gobierno en la Cámara de Diputados, se vuelve una muralla más rígida en el Senado, donde desde

La Moneda han visto un trabajo más coordinado de los tres partidos -DC, PPD y PS-, tendiente a configurar oposición-oposición.

Por lo mismo, saben que ese será el estamento más duro de enfrentar en el segundo semestre, cuando lleguen a Valparaíso con las reformas tributaria, a las pensiones, la salacuna universal y el cambio a la ley de las isapres.

"Para que salgan estos proyectos necesitamos un acuerdo, no tenemos ninguna opción de avanzar sin algunos votos de la oposición. No apuntamos a la mayoría, sino que creemos que el mejor camino es llegar a consensos con bancadas específicas, no vamos a ir a buscar voto por voto", remarcan altas fuentes de gobierno.

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