Rápido y más rápido

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¿Cuán rápido nos podemos mover o transmitir información?  Buena parte de los esfuerzos del ser humano a lo largo de su historia han estado enfocados en disminuir el tiempo de viaje.  Pero, ¿existirá un límite a la velocidad a la que algo se puede mover entre dos puntos? Una idea de la física moderna nos lleva a pensar que existen maneras de desplazarse más rápidamente de lo que uno pudiera creer posible. Los agujeros de gusano, un resultado teórico de la Relatividad General, nos invitan a repensar lo que significa viajar. También conocidos como puentes de Einstein-Rosen, estos son pasadizos o atajos en la continuidad del espacio y el tiempo que permiten unir dos lugares lejanos del universo, de forma tal que a un observador afuera del agujero le parece ver que, lo que pasó por ahí, lo hace más rápido. Incluso pudiendo ser más rápido que la velocidad de la luz.

¿Qué tan rápido podemos movernos o mandar un mensaje? Hoy, un vehículo promedio puede alcanzar fácilmente los 150 km/h, mientras que los satélites que permiten el funcionamiento del GPS orbitan la Tierra a una velocidad de unos 14.000 km/h. Por otro lado, la información digital se puede intercambiar casi a la velocidad de la luz, a través de internet o de ondas electromagnéticas.

Sin embargo, en todos estos ejemplos, lo que viaja -ya sea en un bit o un pedido de comida a domicilio- debe moverse en el espacio en cierta cantidad de tiempo. Esto se cumple para todas las cantidades físicas, incluida la luz. Y si sabemos que la velocidad de la luz es un límite insuperable e inviolable, determinado por las leyes de la física, entonces ¿hemos alcanzado la máxima velocidad posible de transmisión? ¿Sería posible movernos más rápido sin violar ninguna de las leyes de la naturaleza? Es aquí donde cobra importancia la teoría de los agujeros de gusano de Einstein, entes que fueron predichos por el Premio Nobel de Física y cuyo nombre se debe a que tuercen el espacio y el tiempo de formas que recuerdan a puentes entre dos puntos lejanos en el universo. En otras palabras, estos agujeros son como portales que unen dos puntos muy lejanos del cosmos, permitiendo hacer un viaje mucho más rápido entre esos lugares, que de otra forma estarían inconmensurablemente separados. Por ejemplo, si una nave quisiera viajar hacia Proxima Centauri deberá recorrer por el espacio unos 4 años luz.  Esto es, más de 37 millones de millones de kilómetros. Pero, si tuviera a disposición un agujero de gusano de 1 kilómetro, esa sería la distancia que debería recorrer. Aún no sabemos cómo crear estos agujeros, pero como estas teorías no violan ninguna ley de la naturaleza, podrían existir. Si ello se comprobara, estos objetos físicos nos permitirían viajar o enviar información muy rápido, incluso más rápido que la velocidad de la luz. Sólo el desarrollo futuro de la ciencia lo dirá, y si llega a ser así, tal vez podamos viajar incluso más rápido que la luz.

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