Carlos Mesa, vocero de la demanda marítima boliviana: "La fuerza de Bolivia está en someterse a la corte y acatar su fallo"

En la antesala de conocerse la sentencia de la Corte Internacional de Justicia de La Haya por el litigio sobre obligación de negociar, el exmandatario y portavoz de la demanda boliviana sostiene, además, que "Chile ha afirmado muchas veces que respeta las instituciones internacionales", por lo que la única opción para ambos países es acatar la sentencia del tribunal.


Ad portas de que se conozca el lunes 1 el fallo de la Corte Internacional de Justicia de La Haya, el vocero de la demanda boliviana, Carlos Mesa, llama a analizar el resultado de la sentencia desde una óptica distinta a la de ganadores y perdedores. Aunque el expresidente se declara optimista, asegura que los bolivianos están preparados para recibir el dictamen, incluso si es desfavorable para sus pretensiones. Para Mesa, Chile y Bolivia no tienen otro camino que acatar y ejecutar lo que digan los jueces de La Haya.

Previo a embarcarse rumbo a Estados Unidos, desde donde viajará a La Haya para asistir a la lectura del fallo, el exmandatario respondió por escrito esta entrevista en la que deja abierta la posibilidad de postular a la Presidencia de Bolivia en las elecciones de octubre de 2019, compitiendo contra Evo Morales.

Mañana se conocerá el fallo de La Haya en el litigio por obligación de negociar una salida soberana al mar. ¿Cree que los bolivianos están preparados de igual manera para recibir una sentencia que les sea favorable como también si les es adversa a su demanda?

Las autoridades bolivianas han dicho claramente que acatarán el fallo de la CIJ, cualquiera que este sea, en tanto se someten a su jurisdicción y, en consecuencia, al cumplimiento del veredicto. En ese contexto se debe entender que el pueblo boliviano está preparado para recibir el fallo independientemente de su contenido. Otra cosa es que la reacción de la opinión pública tome una u otra dirección en su opinión, que se expresará, sin duda, públicamente.

Las autoridades chilenas han señalado en reiteradas ocasiones que no está en juego ni un centímetro de soberanía y que la corte no puede obligar a Chile a negociar la transferencia de territorio a Bolivia, ¿qué responde usted a esas declaraciones?

Chile ha afirmado muchas veces que como país democrático que es, respeta las instituciones internacionales y, obviamente, la solidez de la seguridad jurídica internacional como base de la estabilidad de las relaciones entre estados. No hay institución que represente mejor esos valores que la CIJ. Me sorprendería que Chile transforme esa declaración de principios en una adaptación subjetiva a su gusto o disgusto por una decisión de ese calado y actúe en función de ese impulso y no en cumplimiento de los valores que defiende desde que retornó a la democracia.

A pesar del fallo categórico de la CIJ contrario a la Demanda Preliminar de Incompetencia por parte de Chile, sus autoridades continuaron en el juicio, es decir, aceptaron plenamente la jurisdicción de la CIJ. El fallo de esta institución es vinculante y de carácter obligatorio, no es optativo y discrecional. Si la CIJ establece que Chile tiene la obligación de negociar con Bolivia y que el tema de esa negociación es un acceso soberano al mar para Bolivia, eso es lo que Chile debe hacer, acatar y cumplir el fallo.

El canciller chileno, Roberto Ampuero, ha planteado que si la corte no le concede territorio soberano en la costa del Pacífico, será una derrota para Evo Morales. ¿Cuál es su opinión al respecto?

Me cuesta creer que el ministro de RR.EE. de Chile haya dicho lo que refleja su pregunta. El ministro Ampuero sabe muy bien que la demanda boliviana pide a la CIJ que falle indicando que Chile tiene la obligación de negociar con Bolivia para otorgarle un acceso soberano al mar. En ningún caso la CIJ fallará concediendo un acceso soberano a Bolivia en la costa del Pacífico. Fallará en torno a si Chile tiene o no la obligación de negociar para conceder ese acceso soberano, que es una cosa muy distinta.

Si la corte en su sentencia establece que no existe una obligación de negociar una salida soberana al mar y que Chile no ha incumplido esa obligación, pero insta a los dos países a retomar el diálogo, ¿puede ser eso considerado un triunfo de Bolivia?

Barajar hipótesis como la que usted plantea no es pertinente. Bolivia espera el fallo con confianza y serenidad. Espera, en ese contexto, un fallo favorable, que quiere decir que, dada la solidez de sus argumentos jurídicos y lo ya adelantado en el fallo ante la Demanda Preliminar de Incompetencia presentado por Chile, cree que se conocerá una decisión de la CIJ que establezca la obligación chilena de negociar con Bolivia.

A la hora de establecer ganadores y perdedores, ¿cuál es, a su juicio, el mínimo con el que Bolivia puede darse por ganador?

No es una lógica adecuada la simplificación de la ecuación en ganador-perdedor. La valoración que debe hacerse es la significación de un giro fundamental en el tratamiento del tema que comenzó ya con el fallo de septiembre de 2015. El fin de una bilateralidad sin intervención de terceros. El fin del encapsulamiento de un diferendo que permitía a Chile definir si quería o no iniciar diálogo y negociación, su continuidad o interrupción y, lo que es más importante, su desenlace. Hoy, la cuestión marítima boliviana dejó ese escenario, mucho más con la jurisdicción de la CIJ aceptada por ambos estados.

¿Y el mínimo que puede considerar Chile para darse como vencedor?

Eso no me corresponde valorarlo a mí, sino a las autoridades del gobierno de Chile.

En 2015, en el fallo de la excepción preliminar, la corte estableció que Bolivia no tiene un derecho preexistente a una salida al mar, y que en la eventualidad de que exista una obligación de negociar una salida soberana al mar, la corte tampoco puede predeterminar los resultados, ¿eso significa que aunque los dos países se sienten de buena fe en una mesa de negociaciones, esas conversaciones podrían no llegar a un acuerdo y terminar en un nuevo fracaso?

Su interpretación no es exacta. Tome nota de algo clave. La CIJ estableció lo fundamental: el verdadero objeto de la controversia no es el Tratado de 1904, sino si Chile, como producto de sus compromisos reiterados y sucesivos por prácticamente un siglo, tiene o no una obligación jurídicamente exigible referida a negociar con Bolivia para otorgarle a nuestro país una salida soberana al mar. Si el fallo indica que la tiene, deberá sentarse a negociar con nuestro país con ese objetivo. El fallo en todo su texto establecerá el 1 de octubre los alcances de esa obligación, en caso de pronunciarse en ese sentido.

Los fallos de la corte son inapelables, el tribunal solo acepta solicitudes de aclaración de la sentencia. Si el dictamen de la Corte de La Haya es desfavorable para Bolivia, ¿es el fin de la demanda marítima?

El fallo estará referido única y exclusivamente a un elemento específico, muy importante sin duda, pero muy concreto, la obligación o no de Chile de negociar con Bolivia de acuerdo a compromisos específicos y concretos hechos a Bolivia.

¿Bolivia desconocería un fallo desfavorable, recurriendo a otras instancias?

La fuerza de Bolivia está en su decisión de someterse a la CIJ y acatar su fallo.

Si el fallo es favorable para Bolivia, ¿qué señales debiera dar Chile?

La única posible, acatar el fallo, sentarse a negociar de buena fe y lograr en esa negociación, junto a Bolivia, la solución definitiva de la mediterraneidad de nuestros países en términos razonables y posibles para ambas naciones.

Si el fallo es contrario a la demanda boliviana, ¿qué señales o mensaje debiera dar el gobierno boliviano?

La única posible, acatar el fallo.

En Chile algunas autoridades, entre ellas el presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado, Ricardo Lagos Weber, han planteado que, independiente del resultado del fallo, Chile debe reiniciar el diálogo con Bolivia después de las elecciones presidenciales de 2019 y han calificado a Evo Morales de "interlocutor inválido", por sus críticas y descalificaciones hacia Chile. ¿Cuál es su opinión al respecto?

Chile y Bolivia deben asumir que el resultado del fallo debe ser encarado como tal, independientemente del gobierno que preside o presida circunstancialmente a cada país.

¿Cuál debiera ser el momento más oportuno para establecer una mesa de negociación?

Esa deberá ser una decisión tomada por los respectivos gobiernos una vez que se conozca el fallo. La lógica indica que si el veredicto es vinculante y de cumplimiento obligatorio, su ejecución debe darse inmediatamente.

¿Cómo califica el manejo que ha hecho el Presidente Morales de la relación con Chile y del litigio de La Haya por la demanda marítima?

En lo esencial, como una decisión correcta, con una voluntad política que asumía riesgos y oportunidades. Por esa razón apoyé su decisión desde mucho antes de ser invitado como portavoz de la demanda a nivel internacional.

¿Cree que el Presidente Morales ha usado el juicio ante La Haya para fortalecer su repostulación a la Presidencia?

No. Cuando Bolivia inició el juicio el año 2013 el Presidente estaba terminando su segundo mandato y su popularidad, como lo probó el resultado electoral de 2014, era muy alta. Es muy improbable que su capacidad de adivinación llegara al punto de saber en qué contexto político llegaría el fallo.

El Presidente Evo Morales ha hablado de que ondeará la bandera boliviana en la costa del Pacífico e, incluso, a través de las redes sociales ha escrito que Antofagasta volverá a ser boliviana. ¿Cree que Evo Morales ha generado expectativas excesivas en los bolivianos frente al fallo?

Los símbolos y las metáforas son eso, símbolos y metáforas. Los bolivianos entienden perfectamente los alcances de nuestra demanda y lo que se entiende por lograr un acceso soberano al mar.

El Presidente Evo Morales ha polarizado a los bolivianos con su insistencia en repostular a la Presidencia, desconociendo el resultado del referéndum del 21F. ¿Hay riesgo de que el fallo de La Haya pueda convertirse en un factor que influya en el proceso electoral de Bolivia?

Estoy convencido de que la gran mayoría del pueblo boliviano distingue política de Estado de política coyuntural y partidaria. Creo que discierne también perfectamente entre el reconocimiento a un eventual logro histórico y la convicción democrática que no acepta que se burle su voto expresado en las urnas. Convicción que exigirá al Presidente cumplir el mandato del soberano en el Referendo del 21F de 2016 que le dijo no a Evo Morales de ir a una ilegal cuarta candidatura a la Presidencia.

Según las últimas encuestas de intención de votos con miras a las elecciones presidenciales de 2019, usted aparece con un 27% de apoyo, en empate técnico con el Presidente Morales... ¿Va a ser candidato?

Esa es una respuesta que le daré a mi país.

Su rol como vocero de la demanda marítima le ha dado una enorme visibilidad en Bolivia. ¿Cree que esa misma popularidad es la causa de la ofensiva que ha realizado el oficialismo para tratar de sacarlo de juego con investigaciones políticas y judiciales en su contra?

El oficialismo trata de dañar mi imagen, porque es consciente de que, por diversas razones, una parte de la comunidad boliviana ve en mí una opción democrática significativa para las elecciones de 2019.

En 2004, durante su mandato, los bolivianos aprobaron un referéndum que prohíbe la venta de gas a Chile. ¿Cree que se debe mantener esta restricción o debieran estudiarse mecanismos para revaluar esa decisión?

Tal afirmación refleja un total desconocimiento del contenido del Referendo de 2004. Ni hubo una pregunta ni una respuesta en el sentido que usted plantea. La única pregunta vinculada al mar, la cuarta, decía textualmente: "¿Está usted de acuerdo con la política del Presidente Carlos Mesa de utilizar el gas como recurso estratégico para el logro de una salida soberana al océano Pacífico?".

¿Cuál debiera ser el camino para revertir esa medida?

Al no existir tal medida, no hay nada que revertir.

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