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Cómo Rusia ha adquirido tecnología occidental en secreto para proteger sus submarinos nucleares, según una investigación

Una investigación realizada por distintas organizaciones y medios reunió registros financieros, documentos judiciales y declaraciones. Reportan que las operaciones se realizaron a través de una red secreta, en la que Rusia ocultó su participación mediante la intervención de empresas fachada.

Cómo Rusia ha adquirido tecnología occidental en secreto para proteger sus submarinos nucleares, según una investigación. Foto: archivo.

El proyecto de investigación Russian Secrets, en el cual participaron organizaciones como el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ, por sus siglas en inglés) y medios internacionales como el Washington Post, reportó que Rusia protege su flota de submarinos nucleares en el Ártico con un sistema de vigilancia submarina que fue construido con equipos de alta tecnología adquiridos a empresas de Estados Unidos y Europa.

La investigación cita una serie de registros financieros recientemente descubiertos, documentos judiciales y declaraciones de funcionarios de seguridad occidentales.

Sostiene que estas operaciones se realizaron a través de una red secreta de adquisiciones, en la que Rusia ocultó su participación mediante la intervención de empresas fachada.

De esta manera, obtuvo sistemas de sonar sensibles, un dron submarino con la capacidad para operar a profundidades de hasta 3.000 metros, antenas submarinas y una flota de barcos que se hacían pasar por buques comerciales o de investigación, mientras realizaban tareas de instalación para el ejército ruso.

Todos estos elementos, según la investigación, se posicionan en el marco de un proyecto para establecer una red de vigilancia invisible en el mar de Barents y otras aguas en las que operan los submarinos rusos que transportan misiles balísticos intercontinentales.

Estos últimos son una parte esencial del armamento que Rusia posee para impulsar su poder de disuasión nuclear y su capacidad de ofensiva en un potencial conflicto con Estados Unidos.

El sistema de vigilancia, el cual es conocido como Harmony, se basa en una estructura de sensores ubicados en el fondo marino, los cuales pueden detectar submarinos enemigos que entren en bastiones navales rusos.

En caso de un eventual conflicto, el sistema promete dificultar que la contraparte pueda detectar o potencialmente destruir los submarinos rusos, así como contribuir a que Rusia pueda realizar ataques nucleares desde posiciones específicas.

De acuerdo a la investigación, el país presidido por Vladimir Putin —el cual ha desarrollado una invasión a gran escala en Ucrania desde febrero de 2022— ha conseguido fortalecer su estrategia nuclear pese a las sanciones y los controles de exportación occidentales que se le han impuesto.

El exoficial naval estadounidense de alto rango y oficial de submarinos, Bryan Clark, quien actualmente se desempeña como director del Centro de Conceptos y Tecnología de Defensa del Instituto Hudson, comentó al Post que este sistema ha reforzado la capacidad de Rusia para que sus submarinos nucleares “entren y salgan de puerto sin ser detectados, acosados ni interceptados”.

“Este es el esfuerzo de Rusia por reducir la capacidad de Estados Unidos para entrar y vigilar las áreas alrededor de las bases submarinas y rastrear sus submarinos desde el punto de despliegue”, agregó.

Cómo Rusia ha adquirido tecnología occidental en secreto para proteger sus submarinos nucleares, según una investigación. Foto: archivo.

Cómo Rusia ha adquirido tecnología occidental para proteger sus submarinos nucleares

La investigación detalla que el principal actor que figuraba en la red de adquisiciones era Mostrello Commercial Ltd., empresa con sede en Chipre que funcionó como fachada para los intereses militares e industriales de Rusia, en relación con el sistema de vigilancia.

El rol de la compañía se reveló durante un juicio realizado este año en Alemania, contra un ciudadano ruso condenado por coordinar compras para la mencionada firma chipriota, lo que transgredió las leyes comerciales del país europeo.

Según declararon funcionarios estadounidenses, la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos (CIA, por sus siglas en inglés) había alertado a Alemania en 2021 sobre las adquisiciones de Rusia.

Después de que las autoridades alemanas allanaran las instalaciones asociadas a la red y detuvieran a un sospechoso clave en 2024, el Departamento del Tesoro estadounidense anunció sanciones contra Mostrello y otras empresas vinculadas al Kremlin y a las fuerzas rusas.

Cuando el Post consultó a la CIA sobre estas informaciones, la agencia de inteligencia declinó hacer comentarios.

El citado periódico también envió solicitudes de declaraciones a representantes de Mostrello. Estos tampoco respondieron.

La emisora pública de Países Bajos, KRO-NCRV, envió a un equipo de reporteros a la sede de Mostrello en Chipre a finales de septiembre.

Según relataron, cuando llegaron a las instalaciones encontraron una oficina que parecía haber sido abandonada de forma abrupta. Asimismo, no se encontraron con empleados.

La investigación periodística que revela cómo Rusia ha adquirido tecnología occidental para proteger sus submarinos nucleares fue coordinada por la emisora ​​pública alemana NDR y contó con el apoyo de medios y organizaciones de Estados Unidos, Europa y Asia.

Los cientos de documentos obtenidos por el ICIJ permitieron rastrear las transacciones de Mostrello a lo largo de una década, en los que se realizaron adquisiciones a compañías de Estados Unidos, Reino Unido, Noruega, Suecia, Italia y otros países miembros de la OTAN.

Varias de esas empresas declararon no haber violado deliberadamente ninguna ley ni restricción a la exportación. De la misma manera, dijeron haber recibido garantías de Mostrello de que las compras se realizaron con fines civiles o comerciales.

Sin embargo, según la investigación, en algunos casos los documentos reflejaban indicios de que había participación rusa.

En este sentido, se afirma que un contrato de 2015 que describe la venta de sistemas de sonar fabricados por la empresa EdgeTech, con sede en Estados Unidos, incluye páginas de términos en ruso y sugiere que Mostrello planeaba arrendar los equipos a una firma radicada en Moscú.

Al ser consultado sobre este punto, el director de ventas de la mencionada compañía, Doug McGowen, declaró que la empresa “siempre realiza una diligencia debida exhaustiva al trabajar” con sus clientes.

Afirmó que Mostrello “no figuraba en ninguna lista de partes rechazadas” en ese momento y que “no presentaba ninguna señal de alerta”.

Cómo Rusia ha adquirido tecnología occidental en secreto para proteger sus submarinos nucleares, según una investigación. Foto: archivo.

La investigación precisa que otras empresas occidentales dieron fin a sus ventas a Mostrello después de recibir advertencias explícitas por parte de los servicios de seguridad.

En 2024, la firma de defensa noruega Kongsberg Gruppen se preparaba para vender un “sistema de posicionamiento acústico de alta velocidad” a Mostrello. No obstante, el servicio de Seguridad Nacional de Noruega bloqueó la transacción.

Desde la compañía declinaron responder a preguntas detalladas sobre esa transacción frustrada y la venta previa de sistemas a Mostrello, las cuales se remontan a 2015, según la investigación.

Sin embargo, afirmaron que la empresa cumplía con la normativa aplicable.

Cuando el director del servicio de inteligencia de Noruega, el vicealmirante Nils Stensones, fue consultado sobre el sistema Harmony, declaró que Rusia ha impulsado esfuerzos para establecer “complejas redes de adquisición con empresas europeas legítimas como puntos de contacto”.

Agregó que esta modalidad “oculta partes de la cadena de suministro y al usuario final ruso”.

Aunque las agencias de inteligencia de Estados Unidos y sus aliados han monitoreado las medidas de Rusia para desarrollar este sistema de protección para submarinos nucleares, según la investigación, datos como la ubicación de sus conjuntos de sonares no se han revelado públicamente.

Aún así, el seguimiento de los buques adquiridos por Mostrello refleja que sus movimientos formaron una barrera semicircular desde Múrmansk, en el este de Rusia, hasta Nueva Zembla, y luego al norte, hasta la Tierra de Francisco José.

Este último es un archipiélago ruso ubicado en el océano Ártico.

Tanto la Flota del Norte de Rusia como sus principales bases y bastiones submarinos se encuentran tras este cordón.

Por lo tanto, los submarinos occidentales que crucen esa frontera enfrentan el riesgo de ser detectados por las fuerzas rusas, según la investigación.

Cuando los autores de la investigación consultaron a Rusia sobre estas informaciones, no recibieron respuestas a sus solicitudes de comentarios.

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