Mayores de 80 años tienen la tasa de suicidio más alta del país
Cifra llega a 17,7 por cada 100 mil habitantes, seguido por el grupo de 70 a 79 años, con 15,4, lejos del promedio nacional, de 10,2. Expertos critican ausencia de políticas de prevención enfocadas en adultos mayores.
Para Jorge Olivares Castro, de 84 años, el suicidio fue la salida a la desesperanza en que se encontraba. Así lo consideró para él y para su esposa, Elsa Ayala Castro, de 89 años, con la cual llevaban 55 años de matrimonio, cuando el sábado 21 de julio, en la comuna de Conchalí, le disparó en la sien izquierda. Luego se suicidó.
En julio, en Huasco, un hombre de 73 años se suicidó ahorcándose. Y en noviembre de 2017, un adulto mayor se quitó la vida con cianuro en San Joaquín.
Los casos de suicidio en adultos mayores son muchos. Entre los años 2010 y 2015, un total de 935 mayores de 70 años se suicidó en el país, según datos de las últimas Estadísticas Vitales 2015 del Instituto Nacional de Estadísticas (INE).
Todos esos datos dejan al descubierto una realidad no siempre reconocida: los mayores de 80 años tienen la tasa más alta de suicidios del país, con 17,7 suicidios por cada 100 mil habitantes, seguido por las personas de entre 70 y 79 años, que tienen una tasa de 15,4. El promedio nacional, es de 10,2, según un estudio realizado por Ana Paula Vieira, académica de Gerontología de la U. Católica y presidenta de la Fundación Míranos, que aborda esta temática.
El trabajo, realizado a partir de datos de defunciones del Ministerio de Salud y el Instituto Nacional de Estadísticas entre los años 2002 y 2015, muestra que para el año 2015 en el grupo de 20 a 39 años la tasa de suicidio llegó a 12,5, mientras que para los mayores de 60 años la tasa fue de 14 (ver infografía).
Mediáticamente, el suicidio adolescente y juvenil tiende a tener mayor atención. Pero las cifras hablan de otra cosa, dice Vieira. "Creo que no se ha realizado ninguna acción concreta de prevención en personas mayores, todo está enfocado en suicidio en jóvenes", resalta.
Existe una normalización del fenómeno del suicidio de los adultos mayores y se asume como comprensible que quieran morir, indica Daniela González, psicogeriatra. Pero toda persona que comete suicidio no está bien, aclara, no es un fenómeno normal, independiente de la edad. "No es normal que uno quisiera morirse teniendo más años. Pero cuando empieza a haber dificultades como son las enfermedades terminales irreversibles, que generan una imposibilidad de abordarse económicamente, lo que se genera al final de cuentas es un tema de desesperanza enorme, y se instala el tema del suicidio como una salida honrosa", dice González.
En estos casos, cuando se decide un suicidio, lo que se busca es acabar con su sufrimiento, explica Vieira. "A veces no quieren morir, sino terminar con su sufrimiento, con el tema de la desesperanza, la falta de camino o que no encuentra los recursos para lidiar con lo que está pasando en su vida".
José Miguel Aravena, director de la Sociedad de Geriatría y Gerontología de Chile, explica que los principales factores que predisponen al suicidio en adultos mayores son la soledad, depresión, morbilidad y dependencia.
"Todo adulto mayor en abandono es un potencial riesgo, sobre todo cuando hay enfermedades crónicas, que son un factor de riesgo suicida a cualquier edad; si se agregan problemas económicos y vejez se aumenta el riesgo suicida", advierte Claudio Martínez, director del Centro de Estudios en Psicología Clínica y Psicoterapia de la U. Diego Portales.
Soledad y depresión
Lamentablemente, advierte Aravena, es un tema que socialmente carece de la relevancia que merece. "Existe un bache muy grande en la pesquisa de salud mental en adultos mayores, casi el 50% de los medicamentos que se recetan para depresión son inapropiados para adultos mayores", ejemplifica. Y los estudios muestran que la población con diagnóstico psiquiátrico presenta un riesgo de suicidio entre seis y 20 veces mayor que la población general.
Situaciones como la demencia y depresión son frecuentes en ese grupo. Por eso, dice Aravena, el Plan Nacional de Salud Mental debiera incluir medidas enfocados en ellos. "Se necesita acompañamiento mucho más directo, establecer visitas domiciliarias. Si llegan a la consulta con síntomas de soledad, son sujetos que no se puede dejar sin seguimiento".
La razón está en que a las personas mayores no se les da mucha atención, indica Martínez, pese al envejecimiento cada vez mayor de la población. "Ha habido preocupación por un aspecto económico como las pensiones, pero la salud mental se aborda menos, existe un abordaje muy general y poca investigación sobre el suicidio en adulto mayor".
El fenómeno del suicidio es multifactorial. Es complejo tratar de evitarlo, porque existen muchos factores, "pero mejorar la red de apoyo social de los adultos mayores es uno de los factores que se ha demostrado es determinante en el tema depresivo", dice González.
Socialmente, la negativa percepción sobre vejez no es favorable. Por eso, algo importante es el cambio necesario en la visión que se tiene para la vejez, advierte Vieira. "Es una etapa del ciclo vital, tiene pérdidas, pero también hay muchas ganancias".
Y si bien los recursos personales son importantes en cómo lidiar en la vejez, no ayuda, por ejemplo, dice Vieira, "que el símbolo del adulto mayor en el Metro de Santiago sea una persona con bastón, que es mostrarlos como enfermos, y lo más peligroso de eso es cuando la propia persona lo toma como verdad para sí, el propio adulto mayor puede enfermarse por eso".
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