Por qué tener un celular antes de los 12 años puede tener riesgos para la salud, según un reciente estudio
Mientras Chile avanza hacia una nueva ley que restringirá el uso de celulares en las salas de clases, un reciente estudio citado por The New York Times aporta datos sobre la relación entre infancia, tecnología y salud.

En medio de la discusión legislativa en Chile sobre el uso de celulares en colegios –ley que será promulgada y que prohibirá estos dispositivos en las salas de clases– surge nueva evidencia científica que debate sobre la relación entre tecnología y bienestar infantil.
Ahora, un reciente estudio citado por The New York Times profundiza en un aspecto clave: ¿Cuáles son las diferencias entre recibir un celular antes y después de los 12 años?

Qué reveló el estudio
La investigación, publicada en la revista Pediatrics, analizó datos de más de 10.500 niños que participaron en el Estudio del Desarrollo Cognitivo del Cerebro Adolescente, considerado el mayor seguimiento a largo plazo sobre desarrollo cerebral infantil realizado en EE.UU.
Según el artículo de The New York Times, los resultados fueron claros: los niños que tenían un teléfono inteligente a los 12 años mostraron un mayor riesgo de depresión, obesidad y falta de sueño en comparación con quienes aún no lo tenían.
El análisis también observó que mientras más pequeños eran los menores al recibir el dispositivo, mayores eran los problemas asociados, especialmente en obesidad y calidad del sueño.
Los investigadores revisaron un subgrupo de niños que no tenían teléfono a los 12 años: un año después, quienes sí recibieron un celular mostraron peores indicadores de salud mental y de sueño que aquellos que seguían sin dispositivo.
“Cuando le das un teléfono a tu hijo, debes pensar en ello como algo importante para su salud y comportarte en consecuencia”, dijo al medio estadounidense el Dr. Ran Barzilay, autor principal del estudio y psiquiatra infantil del Hospital de Niños de Filadelfia.
Añadió que la adolescencia es una etapa altamente sensible, donde incluso pequeños cambios en hábitos fundamentales pueden tener efectos duraderos.

Una advertencia, no una condena
El estudio no establece una relación causal directa entre recibir un celular y desarrollar problemas de salud.
Los hallazgos muestran una asociación, pero investigadores citados por el medio neoyorquino recordaron que es extremadamente difícil demostrar causalidad en este tipo de temas.
Sin embargo, la literatura previa sugiere posibles explicaciones: menos actividad física, menos interacción social y menos horas de sueño cuando la conectividad constante entra en la vida diaria de un niño.
Jacqueline Nesi, profesora adjunta de psiquiatría en la Universidad de Brown, dijo al periódico que no se puede afirmar que el teléfono por sí solo cause daño, pero indicó que los resultados pueden “animar” a los padres a retrasar la entrega del dispositivo cuando sea posible.
La edad importa
La edad promedio en que los niños del estudio tenían su primer teléfono era 11 años, y hoy prácticamente todos los adolescentes estadounidenses tienen acceso a uno, según datos del Pew Research Center.
Para el Dr. Barzilay, este no es un llamado a culpar a los padres, sino a comprender mejor el contexto: “Un niño de 12 años es muy diferente a uno de 16. No es como un adulto de 42 años que de 46”, sostuvo.
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