En su aniversario 60, el Festival estrenó cambios en distintos niveles; desde una dupla de animadores más cercana que la norma hasta una vistosa escenografía en la Quinta Vergara. Pero una innovación ha sido resistida por el público: la inédita división en dos áreas de la galería del recinto, cuyo sector inferior fue rebautizado como tribuna numerada.

Ya en la primera jornada de Viña 2019 la audiencia mostró incomodidad frente a esta nueva disposición de la Quinta, con una galería que se llenó rápidamente obligando a los asistentes de esa zona a amontonarse en las escaleras laterales del recinto. La tribuna numerada, en tanto -cuyas entradas son más caras- lucía asientos vacíos, lo que provocó la molestia de quienes quedaron apretados en el sector alto.

Pero la noche del martes, esas quejas desde la emblemática galería se manifestaron en reclamos contra los animadores del Festival, acusaciones de sobreventa de entradas y de falta de condiciones de seguridad en el sector, e incluso gritos contra la alcaldesa de Viña del Mar ("Virginia, escucha, devuelve la galucha").

Consultado, Martín Cárcamo señala que "ésta es una conversación que hay que tener y evaluar posterior a estos seis días de Festival. La gente se manifestó y uno debe escuchar cuando las personas hablan estos temas".

En la misma línea, Alfredo Alonso, director de entretenimiento de Bizarro, la productora a cargo del espectáculo, llama a "esperar a que terminen las seis noches. Pasó algo puntual ayer (martes) y se generaliza todo muy rápido". Y aunque reconoce que los reclamos desde la galería "nos mantienen atentos, esperemos que lo singular no se transforme en lo general".