"Fade to Black" o el día en que un robo definió el sonido de Metallica

metallica 1984

Apesadumbrado por el hurto de sus equipos, el vocalista del grupo, James Hetfield escribió la canción incluida en Ride the Lightning, en que explora ciertos elementos narrativos y musicales que forjaron la identidad musical y lírica que el grupo mantuvo hasta fines de los 80'.


Cuando Kirk Hammett atendió el teléfono esa mañana en el Hotel y escuchó el mensaje al otro lado de la línea, se quedó tan helado como la nevada que azotaba a Nueva Jersey, la ciudad en que se encontraba Metallica en plena gira. Les habían robado todo. Durante la noche, unos sujetos se llevaron la furgoneta en que los roadies del grupo guardaban el equipo que la banda usaba en sus conciertos. Solo salvaron las guitarras y el bajo porque los músicos las tenían con ellos para resguardarlas del frío.

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"El saqueo, hecho con nocturnidad, dejaba a Ulrich sin su batería, a Hammett sin su cabezal Marshall, y a Hetfield sin su altavoz y sin un cabezal Marshall modificado a su gusto que adoraba. También habían robado una maleta con libros sobre teoría musical y sobre las especificaciones técnicas de la música en directo", detalla la biografía Nacer, Crecer, Metallica, Morir (2018, Malpaso), de Ian Winwood y Paul Brannigan.

Abatidos, lejos de casa y con un tour a Europa cancelado a causa del robo, los músicos buscaron algo qué hacer. Es 1984 y la agrupación preparaba el material para su segundo álbum, el que se publicó tiempo después bajo el nombre de Ride the Ligthning. No viajaron en ese minuto al viejo mundo, pero James Hetfield realizó un periplo hacia su interior. Tomó un lápiz y en la soledad del cuarto de Hotel comenzó a escribir una letra que lo llevó hacia un rumbo distinto a lo que acostumbraba a componer por entonces.

En "Fade to Black", el vocalista asume la voz de un hablante que expresa la amargura de una vida sin esperanza y que vislumbra el suicidio como salida final. "La historia se desgrana desde la perspectiva de una primera persona: 'I have lost the will to live, simply nothing more to give' [He perdido las ganas de vivir, y no tengo nada que dar]. A medida que la letra amplía su horizonte metafórico, uno puede apreciar un temprano ejemplo del subestimado oído poético del cantante, con frases como 'growing darkness [is] taking dawn' [la oscuridad creciente cubre el amanecer] y 'I was me, but now he's gone' [yo fui yo, pero ya se ha ido]", explican Winwood y Brannigan.

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"Hetfield estaba adentrándose en nuevos territorios", añaden los biógrafos. "Y más palabras con destino a ese segundo disco de Metallica, aún sin nombre, completaban un camino parecido: desde la bravuconería juvenil desparramada por la hoja con las letras de Kill 'Em All, hasta escenarios en los que el narrador se veía atrapado en circunstancias fuera de su control".

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Metallica en 1984. De izquierda a derecha: Cliff Burton, Lars Ulrich, James Hetfield y Kirk Hammett.[/caption]

Una narración diferente

Fogueados por la experiencia de vivir en condiciones penosas durante la gira promocional de su álbum debut, Kill 'Em All, en el verano del 83', el grupo se convenció que debían trabajar duro para alcanzar el éxito. Al sumar minutos en la carretera fueron creciendo como músicos, en especial el vocalista. "El cambio más impresionante se había producido en James Hetfield, que había asumido su rol de líder con una autoridad que desmentía todos sus grandes titubeos. Con Dave Mustaine fuera, Hetfield empezó a emerger desde la timidez monosilábica que le había servido de caparazón. Además, había progresado enormemente con la guitarra rítmica y empezaba a ser capaz de crear riffs estupendos al primer golpe de muñeca", detalla el texto biográfico.

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Paso a paso, el cuarteto se consolidaba como una sólida unidad musical: Kirk Hammett convencía como sustituto del expulsado Dave Mustaine, Cliff Burton hacía gala de su asombroso talento como bajista y Lars Ulrich empujaba a la agrupación a seguir una dura rutina de ensayos en pos de mejorar. Todo estaba dispuesto para el salto.

En ese marco, el cantante comenzó a ensayar en sus canciones una narración diferente en que el hablante se enfrenta a situaciones que escapan de su control. "Hetfield había dado otro paso más allá al revelar esos sentimientos de fracaso y futilidad. El narrador no se rendía por la acción de fuerzas exteriores, sino por los propios fantasmas que recorrían su mente ", explican los autores citados.

En el caso de "Fade to Black", todo comenzó con la sensación de impotencia ante el hecho de perder su equipo. "'¡Era mi amplificador Marshall favorito!', decía Hetfield, para explicar cómo el robo de un altavoz y un cabezal pudo convertirse en el catalizador de una canción sobre el suicidio", se detalla en el texto mencionado. Eso si, aclaran los biógrafos que al californiano jamás se le pasó por la cabeza atentar contra su vida. Solo recurrió a la vieja técnica narrativa de exagerar las sensaciones que vive el protagonista, a fin de hacer más intensa la tensión dramática. El músico aprendía. Y rápido.

Esas lecciones, rápidamente se colaron a parte del material que estaban trabajando. Si bien, ya tenían listas "Fight Fire with Fire", "Creeping Death" y "The Call of Ktulu", otras canciones como "Ride the Lightning" -que trata nada menos que de un reo a punto de resoplar su último estertor en la silla eléctrica- mostraban una cara distinta en el mensaje de la banda. "Esas sensaciones de vulnerabilidad e impotencia eran reflejos de temores genuinos de Hetfield" analizan Winwood y Brannigan. "Todas las canciones que usaban ese punto de vista le concedían a la banda un grado de autenticidad inexistente en sus primeras referencias", agregan.

Un disco duro y suave

A primera escucha, queda claro que "Fade to Black" era distinta a las composiciones incluidas en el disco debut. Partía como una balada y luego iba sumando tensión hasta explotar en el final como pieza heavy. No era causal. Era parte de la mejoría que el conjunto plasmó en Ride the Lightning. "Es el disco que muestra el primer cambio y evolución en la carrera de Metallica", explica a Culto el Director de Radio Futuro, Rainiero Guerrero. "En 1983 lanzaron el Kill 'Em All, un álbum que definió los parámetros del Thrash metal, sobre todo la velocidad y la intensidad. Pero en este disco, juegan con las intensidades. Es lento, es rápido, es duro, es suave", agrega.

Guerrero resalta la búsqueda de la banda por desarrollar estructuras musicales. "Aparece la creatividad de Cliff Burton como músico completo. Suenan las guitarras acústicas por primera vez en la carrera del grupo, aparecen las composiciones instrumentales mucho más definidas y empiezan a surgir parámetros en la música. En temas como 'Fade to Black' o 'Fight Fire with Fire' tienen patrones que después se repiten. 'Welcome Home (Sanitarium)' del disco Master of Puppets es muy parecida a 'Fade to Black', son temas de secciones. Entonces se complejiza el trabajo del grupo", comenta.

El secreto, cuentan los cercanos, estaba en los diferentes intereses musicales de los integrantes del cuarteto. Así por ejemplo lo relata el tour manager Gem Howard, quien acompañó al cuarteto cuando lograron, finalmente, viajar a Europa en el invierno boreal de 1984 para grabar el álbum en Copenhague, Dinamarca. "Ellos iban pillando cosas de aquí y de allá, y así es como progresaron. Escuchaban cosas de lo más diferentes, y luego hallaban el modo de incorporar todo eso en su música. Y así se distinguían de las otras bandas y les sacaban mucha ventaja".

"Todo el mundo parecía sorprendido por el hecho de que la habíamos hecho. Los sorprendió a todos, menos a nosotros mismos", contó Lars Ulrich a Loudersound, al comentar años después el tejemaneje de las sesiones del segundo LP "Puedes notar que el New Wave Of British Heavy Metal inspiró el primer disco. Pero si retrocedes más allá de eso, llegarás a 'Child In Time' de Deep Purple y 'Beyond The Realms Of Death' de Judas Priest, incluso 'Stairway To Heaven', esas grandes canciones épicas. Ese tipo de canción siempre estuvo en segundo plano para nosotros: sabíamos en nuestros corazones que era parte del sonido de Metallica, pero simplemente no teníamos la habilidad o la delicadeza para enfrentarlo en Kill 'Em All. Cuando Cliff y Kirk llegaron a bordo, sentimos que teníamos la capacidad de seguir ese camino", añadió.

Para Rainiero Guerrero, ese camino se desarrolló en los trabajos posteriores de la agrupación. "Ride the Lightning es el anticipo de lo que vendrá después en Master of Puppets, que es su gran obra, pero este álbum pega en el palo. Las canciones comienzan a tener una estructura. Eso se repite hasta ...And Justice for All. Ahí tienes tres discos en que los temas tienen partes, un desarrollo distinto. Esa es una marca registrada de la banda, que después se deja de lado en el Álbum Negro, que tiene canciones directas de tres minutos, cuatro minutos, radiales. Que a su vez, se repiten en Load y Re-Load. Vuelven a tomar esta estructura de canciones más complejas en Death Magnetic y Hardwired... to Self-Destruct. Pero en Ride the Lightning se definieron los elementos fundamentales de una canción de Metallica".

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