En la Casa del Escritor despidieron al poeta Floridor Pérez

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"Estamos hablando de un poeta anclado profundamente en la chilenidad. Si los especialistas quisieran buscar nuestra identidad , la encuentran en la poesía de Floridor Pérez", dice Roberto Rivera, presidente de la SECH.


Perteneciente a la generación literaria de 1960, Floridor Pérez dedicó su vida no solo a escribir, sino que también a educar hasta el fin de sus días. "Tuvo la enseñanza como norte permanente. El año pasado estuvimos yendo a colegios a hacer talleres y él, estando enfermo, igual llegaba. Tenía una vocación de esas que ya no se encuentran", recuerda la escritora Pía Barros.

Fallecido a los 81 años tras una descompensación y posterior paro cardiaco, Floridor Pérez sufría de un cáncer al estómago. El poeta y educador fue despedido ayer en la Casa del Escritor, sede de la Sociedad de Escritores de Chile (SECH), y luego en sus funerales en el Parque del Recuerdo.

Nacido en 1937 en la comuna de Cochamó, Región de Los Ríos, Floridor Pérez ejerció por años como maestro de castellano. A comienzos de los 70 llegó a Santiago y asumió como asesor de la editorial Quimantú. Años más tarde, desde 1988, dirigió el Taller de Poesía de la Fundación Pablo Neruda.

Entre sus publicaciones, una de sus obras más reconocidas es Cartas de Prisionero (1984), una selección de poemas que Pérez escribió mientras estuvo detenido en la isla Quiriquina tras el golpe de Estado. También fue un recopilador de la tradición chilena. "Estamos hablando de un poeta anclado profundamente en la chilenidad. Si los especialistas quisieran buscar nuestra identidad , la encuentran en la poesía de Floridor Pérez", dice Roberto Rivera, presidente de la SECH.

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