Smiljan Radic: "Los arquitectos somos un pelo de la cola de lo que está pasando"

SMILJAN RADIC
SMILJAN RADIC. FOTOS: LUCAS ALVARADO / LA TERCERA

El Teatro Regional del Biobío es una de las 24 obras que Smiljan Radic aborda en su primer libro monográfico, Obra Gruesa, publicado por ediciones Puro Chile.


Cuando se inauguró el Teatro Regional del Biobío en marzo de 2018, el edificio de aspecto translúcido convocó tantas críticas como comentarios de admiración. La obra de 30 metros de altura, ubicada en la ribera norte del río, parecía invasiva y tosca para algunos; en cambio, medios como la revista estadounidense Architectural Record la consideraron un proyecto destacable a nivel mundial.

Para Smiljan Radic (1965), el arquitecto de la UC que diseñó el proyecto, es una de sus obras favoritas. "Creo que ha estado bien curado y ha traído una cierta alegría y capacidad de generar acción en ese lugar que me parece importante", dice. "Por eso su escala, porque tiene que combatir ese estado de abandono y desolación que hubo en ese lugar hasta antes del teatro", añade.

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Libro Radic

Libro

Obra gruesa

de Smiljan Radic publicado por Puro Chile.[/caption]

El Teatro Regional del Biobío es una de las 24 obras que Smiljan Radic aborda en su primer libro monográfico, Obra Gruesa, publicado por ediciones Puro Chile y cogestionado por Fundación Antenna. "La obra gruesa tiene que ver con la parte primaria de una edificación, o sea, la parte estructural de todo esto. Las obras escogidas son una selección que me permite decir que esta es la estructura de un recorrido que he hecho hasta el día de hoy. A través de cada una de estas obras uno podría explicar otros proyectos que he hecho también", dice el autor minutos antes de presentar su libro en el Centro Cultural El Tranque. El Restaurante Mestizo, la sala Chile antes de Chile del Museo Precolombino, el Centro de Creación y Residencia Nave y la Serpentine Gallery en Londres son otros de los proyectos que Radic destaca. Así también se encuentran algunos refugios que ha diseñado, como la casa para el Poema del Ángulo Recto, ubicada en la localidad de Vilches.

De esta selección de 24 obras, ¿cuáles considera sus proyectos mejor logrados?

Está el Teatro Regional del Biobío, que me gusta mucho, y está la Serpentine Gallery en Londres, que también me gusta mucho. Son dos proyectos que son importantes por el hecho de ser edificios públicos y de magnitud en cuanto a la crítica que hay en torno a ellos, a la manera como se aborda la ciudad. Son edificios que me han abierto puertas para otro tipos de proyectos.

Además de la reciente entrega de un hotel en España y otros compromisos privados en los que trabaja, lo más urgente en su agenda es la entrega del pabellón de Chile para la próxima Expo Dubái 2020, proyecto que realiza junto a Paula Velasco y Cecilia Puga. Con esta última y otros arquitectos, como Alejandro Aravena y Mathias Klotz, Smiljan Radic es vinculado a la llamada "generación dorada de la arquitectura chilena".

¿Cómo ha visto el trabajo desarrollado por esta generación? ¿Hay algo que los caracteriza?

Siempre lo he visto disperso, lo cual es bueno, porque en vez de cerrar un camino, abre miles de posibilidades, lo que para un país es muy bueno. En vez de cerrarse en un estilismo, se abre a una serie de condicionantes de todo tipo que marcan la trayectoria de cada uno. Ahora que han pasado un poco los años se ve más disperso todavía, lo cual creo que es mejor. Tengo poco contacto con las generaciones nuevas, no sé realmente qué está pasando, pero supongo que seguirá este sentido de dispersión. Yo no estoy en la academia, entonces tampoco tengo esa relación, no porque no quiera, sino porque no se han dado las cosas.

¿Le gustaría compartir su trabajo arquitectónico con la academia?

Es demasiado trabajo, hay que ser buen profesor y no creo serlo. Para ser buen profesor necesitaría trabajar mucho y no tengo tiempo. Es un tema de honradez frente a las circunstancias. Me cuesta mucho enseñar, la idea de transmitir conocimiento creo que es mejor hacerla a través de otros mecanismos, entre ellos este libro.

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Casa de madera en Vilches

Casa de madera de Smiljan Radic ubicada en la localidad de Vilches, Región del Maule.[/caption]

Desde el punto de vista arquitectónico, ¿cómo cree que es posible tener una ciudad menos segregada?

Creo que a pesar de lo que digan los arquitectos, la arquitectura es en este ámbito la última etapa de todo el proceso. Hay que preocuparse de las instituciones sociales, públicas, y de que exista un cierto consenso de diálogo y amabilidad. Después esas instituciones pueden ver renovadas e incluso cuestionadas por la arquitectura, pero hay un paso previo muy importante y en realidad nosotros somos, si se quiere, un pelo de la cola de todo lo que está pasando. No creo que la arquitectura sea solución, puede ser parte de la solución, pero no es ni lejos el problema que tenemos entre manos. Pasa por creer en una sociedad determinada. Después hay que darle forma y ver cómo se hace, pero hay un trabajo previo que es más importante.

¿De qué manera el estallido social impactará en la forma en que se hace arquitectura?

Eso depende de si tenemos buenos o malos arquitectos. Tiene que ver con que si las instituciones siguen trabajando de la misma manera. Una cosa de perogrullo sería si es que la institución cambia, la arquitectura en cierta medida debería cambiar o por lo menos debería tratar de cambiar. Entonces, sí debería afectar. Ahora, si es que lo va a hacer o no, es otra discusión, depende de otra cosa. No es algo posible de responder ahora yo creo.

¿Es un desafío para las próximas generaciones de arquitectos?

La nueva generación va a tener que enfrentarse a una aridez extrema, tanto social como climática, y a una especie de mundo un poco irreparable. Yo creo que las condiciones del mundo no serán las que estamos viviendo ahora y no creo que vayan a mejorar. La arquitectura es lenta, es costosa, es pesada, entonces quizás esos elementos también tienen que cambiar.

¿Cómo ve el futuro de Plaza Italia? ¿De qué manera cree que debe reformularse?

Creo que los problemas son otros y que eso es un hecho simbólico que puede ser importante, pero no creo que sea el problema a discutir. Nuevamente estamos tratando de que los problemas reales se transformen en cosas donde la gente se pueda ver representada, es como engañar el total. Yo prefiero una Plaza Italia desolada por un buen tiempo, donde todavía se esté discutiendo qué vamos a hacer, a una Plaza Italia hermoseada por un supuesto teórico que quizás quede obsoleto en seis meses más. No es una cosa lo que hay que resolver, es una atmósfera, es una manera de relacionarnos. El resto después viene por agregado, y que no se sepa qué hacer con Plaza Italia significa que no está resuelto el problema.

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Smiljan Radic Clarke nació en Santiago en 1965. Foto: Lucas Alvarado/La Tercera[/caption]

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