El día en que el Huáscar peleó por Chile (y el trágico fin de su comandante)

El 27 de febrero de 1880, en el marco del bloqueo del entonces puerto peruano de Arica, el Huáscar y la Magallanes se enfrentaron al monitor peruano Manco Capac. El buque -otrora conducido por Miguel Grau- venía recién llegando de reparaciones, y vio morir a su capitán, Manuel Thomson, quien en una maniobra arriesgada buscó la gloria en batalla.


Se le reparó de forma minuciosa. Mal que mal, ahora su potencia serviría a Chile. Tras ser capturado por la Armada, y con la muerte de su comandante, Miguel Grau, el 8 de octubre de 1879 frente a Punta Angamos, el monitor Huáscar pasó a formar parte de la escuadra nacional. Sin embargo, había sufrido considerables daños tras el fragor mismo de la batalla que lo enfrentó a los acorazados chilenos Cochrane y Blanco Encalada. Así que la primera tarea de los marinos chilenos una vez en posesión del brillante trofeo, era acondicionarlo.Fue llevado a Valparaíso donde se le reparó durante los meses de noviembre y diciembre de 1879 y enero de 1880″, señala a Culto el historiador Rafael Mellafe, especializado en historia militar.

En el puerto principal el monitor recibió un notorio recauchaje. “Se le reforzó la artillería con dos cañones de retrocarga de 40 libras, sistema Armstrong, cuyo alcance era de seis a siete mil metros, lo que ponía al monitor ex-peruano en condición de batir a la distancia las piezas de ánima lisa, con alcance de tres mil quinientos metros, que guarnecían los fuertes de Arica y del Callao”; señala el historiador Gonzalo Bulnes en su clásico libro Guerra del Pacífico.

El combate de Angamos, cuadro de Thomas Somerscales.

Tras el primer año de guerra entre Chile, y los aliados Perú y Bolivia, nuestro país ya había tomado la provincia boliviana del Litoral (con Antofagasta como ciudad principal) y el departamento peruano de Tarapacá. A fines de 1879, el gobierno de Aníbal Pinto estudiaba cómo continuar las acciones. “Con la toma de Tarapacá, se pensó que se podría llegar a algún tipo de arreglo que nos llevase a la paz -señala Mellafe-. Sin embargo, para finales de diciembre de 1879, tanto en Perú como en Bolivia deponen a los presidentes mediante golpes de estado y toman el poder Nicolás de Piérola, en Perú y Narciso Campero, en Bolivia. Ambos mandatarios deseaban seguir adelante con la guerra y por tanto comienzan a concentrar efectivos al eje Arequipa – Tacna y Arica”.

Ante esta situación, Chile decidió tomar cartas e invadir la zona inmediatamente al norte de Tarapacá: el Departamento de Moquegua (que comprendía Moquegua – Tacna y Arica). El objetivo principal de la operación -apunta Mellafe- era “destruir las fuerzas combinadas peruano boliviana que ahí estaban”. Como primer punto se decidió bloquear Arica. ¿Por qué? “Arica es el puerto natural de toda la zona de Tacna, y por el cual era reforzado el contingente de esa ciudad. Por lo tanto, era necesario impedir el acceso por vía marítima desde el norte del Perú”, apunta Mellafe.

Así, ya reparado, el Huáscar -con bandera chilena- se unió al bloqueo. “En febrero de 1880, Arica ya estaba siendo bloqueada por buques chilenos y el 24 arribó el Huáscar al mando del capitán de fragata, Manuel Thomson, para relevar al Cochrane que necesitaba algún tipo de mantención. El Huáscar venía recién reparado desde Valparaíso. Un día después arribó la cañonera Magallanes, al mando de Carlos Condell. De esta manera, se impedía el abastecimiento de bastimentos y pertrechos bélicos desde el norte hacia Tacna”, relata Mellafe.

El capitán de fragata, Manuel Thomson.

Un marino deseoso de batalla

Poco conocido por la posterioridad, lo cierto es que a Manuel Thomson la gloria naval le había pasado por el costado, sin ser nunca protagonista. “Fue un destacado oficial de la Armada de Chile -apunta Mellafe-. Un aspecto bastante desconocido de su vida fue que en 1863 se le encomendó hacer un estudio hidrográfico de la cuenca del Bío Bio. También lo vemos embarcado en la corbeta Esmeralda (al mando de Juan Williams Rebolledo) para el Combate de Papudo el 26 de noviembre de 1865 donde se captura a la goleta Virgen de la Covadonga en el marco de la guerra contra España”.

Al iniciar la guerra del Pacífico, parecía que Thomson tendría un rol más protagónico. Pero los avatares del destinos quisieron otra cosa. Lo explica Rafael Mellafe: “Thomson estaba al mando de la Esmeralda, pero el 15 de mayo de 1879, Juan Williams Rebolledo lo pone al mando de la corbeta Abtao para la fallida incursión al Callao, dejando a Arturo Prat en la Esmeralda. El plan era que la Abtao se utilizase como un brulote dentro del puerto peruano para destruir a los buques de ese país que, se pensaba, estaban ahí. La expedición de Williams al Callao fue un completo fracaso mientras que Prat y Condell se cubrieron con el manto del heroísmo y la victoria en la jornada del 21 de mayo de 1879″.

Como los nombres de Prat y Condell pasaron a ser conocidos por la opinión pública, ello le hizo ruido a Thomson. “Algunas crónicas sugieren que esto afectó la psiquis de Thomson, ya que la gloria le era esquiva e hizo de él un hombre temerario -dice Mellafe-. La verdad es que Thomson siempre fue un tanto intrépido para sus acciones y quedó, no sé si dolido es la palabra, porque su otrora buque, la Esmeralda tuvo un acto epopéyico de combate al mando de un oficial mucho menos antiguo que él”.

Combate naval de Arica.

Por ello, al cálido amanecer del 27 de febrero de 1880, cerca de las 8.30 de la mañana, Thomson dejó su rol dentro del bloqueo de Arica para ir provocar combate a las fuerzas de tierra peruanas, cerca de la Isla del Alacrán. Ahí, en una maniobra arriesgada, el capitán se enfrentó a una enfurecida guarnición peruana que se empeñó en echar a pique al Huáscar. “Los fuertes rompieron unísonamente sus fuegos contestando la provocación del Huáscar, el que permaneció durante tres cuartos de hora en zona de peligro”, señala Bulnes.

Luego, el Huáscar y la Magallanes se fijaron en otro objetivo. A las 11.00 de la mañana, desde el mar, los vigías de los barcos avistaron un tren proveniente de Tacna dirigiéndose a Arica, por lo que se acercaron a la costa para cañonear ese convoy. Desde las baterías de costa peruana, una granada impactó de lleno en el Huáscar causando estragos en el personal. Aunque el objetivo se cumplió y se logró hacer retroceder al tren peruano.

Sin embargo, faltaba algo más. A las 1.15 PM, el monitor peruano Manco Capac entró en la rada dispuesto a hacerle frente al Huáscar y terminar con el bloqueo de Arica. Thomson, envalentonado, ordenó espolonear al buque enemigo, tal como Miguel Grau lo había hecho con la Esmeralda, en Iquique. Sin embargo, la maniobra no se hizo con la velocidad requerida. “Los ingenieros del Huáscar no procedieron a ejecutarla con la rapidez y la energía que el caso requería. La máquina del Huáscar no tuvo suficiente presión”, señala Bulnes.

Esa lentitud hizo que el Huáscar quedara muy expuesto al fuego de su rival, el que descargó toda la furia de sus cañones contra el buque chileno. Ahí ocurrió la tragedia. Uno de los proyectiles del Manco Capac dio de lleno en el pecho del capitán Thomson. “Fue literalmente pulverizado. No quedó de él sino la cabeza y una parte del tronco. Sus miembros palpitantes cayeron al mar”, relata Bulnes.

Entonces, el teniente Valverde tomó el mando y retiró al Huáscar de la línea de fuego. Por su parte, el Manco Capac se volvió hacia la costa. El combate había terminado sin que se rompiera el bloqueo chileno. A las pocas horas, Carlos Condell asumió el mando del Huáscar y mandó a la Magallanes a Ilo para dar aviso de la muerte de Thomson. Allí había desembarcado el Ejército chileno el día anterior y se encontraban el Comandante General de la Escuadra, contraalmirante Galvarino Riveros Cárdenas y el Ministro de Guerra y Marina en Campaña, Rafael Sotomayor.

No sería la última acción del Huáscar con bandera chilena durante la guerra. Las que vinieron después, las detalla Rafael Mellafe: “El 10 de abril de 1880, los buques chilenos Blanco Encalada, Pilcomayo, Huáscar, Angamos, Matías Cousiño y las torpederas Janaqueo y Guacolda dieron comienzo al bloque del puerto del Callao. Para esa ocasión, el Huáscar, en un acto de abierta provocación, se paseó por delante de las fortalezas de aquel puerto peruano enarbolando una enorme bandera chilena en su mástil”.

“El 22 de abril es efectuado el primer bombardeo sobre Callao, realizado por el Huáscar, Pilcomayo y Angamos, centrándose principalmente con la Dársena y los fuertes. Este bloqueo duró cerca de 9 meses hasta la caída de Lima el 17 de enero de 1881″.

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