
Homo Argentum: la exitosa cinta que divide a Argentina y que fue aplaudida por Javier Milei
Con 400 mil espectadores en su primer fin de semana, el filme protagonizado por Guillermo Francella está arrasando al otro lado de Los Andes. Se trata de una producción satírica, donde se ríe de ciertos estereotipos sobre todo los vinculados al progresismo, lo cual ha despertado las alabanzas del presidente Javier Milei.

Es la película más vista al otro lado de la cordillera. Homo Argentum, dirigida por la dupla de Gastón Duprat y Mariano Cohn con el protagónico de Guillermo Francella, arrasó en su primer fin de semana en las salas trasandinas, pues hasta este martes 19 de agosto ya registraba 400.000 espectadores, convirtiéndose de inmediato en el filme más visto del año en la Argentina. También se ha estrenado con éxito en salas chilenas.
Se trata de una comedia satírica, en que Francella interpreta 16 personajes, que en igual cantidad de historias (“viñetas”) desarrolla diferentes aspectos de la sociedad trasandina. Algo así como 16 formas de ser argentinos. Un modelo para armar.
Así, por ejemplo, pasa revista a fantasías eróticas masculinas (Noche de suerte), la cancelación social (Piso 54), el abuso a turistas (Bienvenidos a Buenos Aires), la dependencia familiar prolongada (El niño eterno), la paranoia por la inseguridad y la violencia (Un hombre decidido); los conflictos familiares por una nueva pareja (La novia de papá); la caída de un cura villero (Las ventajas de ser pobre); el dolor del exilio familiar (Ezeiza); y el choque cultural en suelo italiano (Troppo dolce).
En estas historias, el filme revisa la forma de ser “políticamente correcta”, asociada a la llamada cultura “woke”, ubicada a la izquierda en el espectro político. Los dardos de la sátira apuntan justamente a banderas que defiende el progresismo: la justicia social, la defensa del medio ambiente, los pueblos indígenas y el feminismo.

Por supuesto, aquella postura despertó el aplauso del presidente de la Argentina, el ultraderechista Javier Milei, quien, rápido, comentó el filme en su cuenta de X (antes conocido como Twitter). Por supuesto, en su estilo.
“La película de Guillermo Francella deja en evidencia muchos de los aspectos de la oscura e hipócrita agenda de los progres caviar (woke). A su vez, cuanto mayor la cantidad de parásitos mentales dentro de la cabeza del progre, mucho mayor es el odio y los alaridos quejosos de éste ejército de zombies (termos cabezas de pulpos) cuyas aspectos salientes de su existencia es ser envidiosos, resentidos, mentirosos, hipócritas y sobre todas las cosas ignorantes (al menos en economía)”.
Una de las alabanzas de Milei es al hecho de que la película no obtuvo financiamiento estatal, justamente una de las claves de su política basada en el recorte presupuestario. “Les duele mucho la película porque les presenta un espejo en el cual sale a la luz todo lo que son... casi está de más decir lo que les duele el éxito en una película sin financiamiento del Estado, ya que muestra a muchos del rubro (y aledaños) como fracasados totales y absolutos”. Paradójico si se piensa que durante su gobierno se ha asfixiado al poderoso Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA), piedra angular de la industria del cine allende Los Andes, una de las más relevantes del cono sur.
No contento con eso, Milei volvió a referirse al filme en el marco de una conferencia de los libertarios efectuada en el fin de semana. “La justicia social es un robo”, recalcó, y en base al largometraje se permitió separar a los argentinos en dos grupos: “Los argentinos de bien por un lado, los que se ganan el pan con el fruto de su trabajo, y los delincuentes que en algunos casos usan al Estado para ejecutar esa violencia por otro”. Incluso, el jefe de Estado proyectó el filme en la residencia presidencial de Olivos junto a un grupo de diputados de su partido, y además la vio junto a su gabinete.

Amén del éxito de taquilla, el filme ha recibido críticas mixtas. El tradicional Página 12 la describió como una “colección de dieciséis mini historias, todas ellas autónomas pero unidas por un delgado hilo que, de manera pretendidamente jocosa, busca moldear un arquetipo del ‘ser nacional’”. Asimismo, indicó que algunas viñetas funcionan mejor que otras, mientras que varias presentan “falto de ritmo y tensión narrativa, el corto concluye con un remate previsible, de esos que se ven venir a kilómetros de distancia, anulando cualquier posibilidad cómica”. Por lo mismo, indica que las historias más breves acentúan esa debilidad: “falta de gracia que las historias más breves... hacen aún más evidente”.
Por su lado, La Nación consideró que el resultado de exponer un “gen nacional” queda “a mitad de camino a la hora de exponer su virulencia frente a la suma de estereotipos”. Aunque sí destacó el trabajo del actor principal. “El peso específico de Homo Argentum recae sobre Guillermo Francella y su ductilidad a la hora de calzarse una máscara y convertirse en personas totalmente distintas".
Sin embargo, también se han levantado voces críticas del filme, que cuestionan la manera en que se muestra a los argentinos, sobre todo la mirada hacia los pobres, los marginados y las mujeres. “Esa idea de que el cine y el arte en general tengan que entrar en las leyes del mercado, es dañina. Que si sólo se valida si tiene una cierta cantidad de espectadores, eso está mal”, expresó la actriz Marina Bellati durante su visita al programa de televisión TVR.
También lo hizo Katja Alemann, quien publicó una extensa reflexión en su cuenta de Facebook, donde apuntó contra Francella. “Es un comediante efectivo, te da gracia. Pero es y ha sido siempre un empleado del establishment audiovisual, sin muchas luces más que para eso. No es un artista, no tiene visiones, ni creaciones propias. Además, trabaja con esta gente que es muy despreciativa y soberbia. Las críticas que le hacen al sistema/sociedad son banales y cortas, bastante snobs”.
Francella, por supuesto, no se quedó callado y salió a defender el filme en la avant premiere. “Es como siempre. Es maravilloso. Es querer escuchar lo que se quiera escuchar...No me gusta. ¿A vos te gusta la polenta? A mí no. No comulgo con películas que le dan la espalda al público. No se siente identificada la gente, la gente no va al cine".
También se refirió al debate que abrió la película en el sentido si es necesario que el Estado financie al cine. "¿Qué tiene que ver el INCAA? Que las sigan filmando toda la vida. A mi no me gusta verlas. Es como el team salado y el team dulce. Yo soy salado".
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