Por Felipe RetamalPedro Ruminot: “Es difícil reinventarse después de pasar por el Festival de Viña, pero aprendí a disfrutarlo”
El exitoso comediante se alista a presentarse en Gran Arena Monticello, un día antes de la segunda vuelta presidencial, con una nueva rutina, donde aborda el éxito y la paternidad. Aquí habla con Culto de por qué cree que la clase de humor que alguna vez exploró no tiene espacio en la TV (“los tipos de humor de El Club de la Comedia no tienen cabida en la tele de ahora”) y opina sobre la comentada rutina de Kramer en el cierre de la Teletón: “Yo creo que para él es una presión grande cerrar todos los años la Teletón”.

Cuando se levantó de la cama la mañana del domingo 2 de marzo, el comediante Pedro Ruminot miró con satisfacción las sendas Gaviotas de Oro y Plata con las que el “Monstruo” del Festival de Viña premió su divertida rutina en el evento, una de las mejores de este año. La gratificación por el trabajo cumplido se dibujó en la sonrisa de Ruminot, pero luego comprendió que venía una etapa de trabajo duro. “Cuando uno va a Viña, al otro día uno despierta y dice: ¿y qué escribo ahora? -dice a Culto-. Después de Viña, retiro toda la rutina y no la hago nunca más. Hay partes que me encantaría seguir haciendo, pero la gente ya se sabe los remates, entonces me quedo sin nada”.
Ruminot había previsto esa situación y su plan original para el Festival de Viña incluía una alternativa que le permitía quedarse con algo de material tras bajar del escenario. “En Viña te piden una hora y yo había escrito dos horas. Entonces yo decía, voy a hacer una hora en Viña, la que me piden, y estamos. Así me quedo con una hora guardada para los shows que vienen. Pero hice dos horas en Viña”.

En ese show, Ruminot se hizo acompañar por la orquesta del Festival, al mando de Roberto López, la que por sugerencia del comediante, se lució tocando In Bloom de Nirvana como cortina para la entrada al escenario. Un arranque inesperado para una presentación de humor en la Quinta Vergara, pero el comediante tenía sus razones. “Yo estudio todas las rutinas de Viña, todas, de todos los años, a veces hasta me las repito y hay una cosa que me llama mucho la atención; la soledad, el silencio y lo pequeño que nos vemos los comediantes cuando entramos -detalla-. Si tú ves los videos de los ingresos, suena una canción, que es la canción del comediante. Generalmente, la toma es el plano general de arriba, mientras el comediante va entrando, se ve muy chiquitito entrando con una canción un poco alegre o un poco arriba ¡y es tan angustiante eso! Entonces, hablé con la dirección de Viña y les dije: quiero que una steady me espere y quiero la orquesta en el escenario, porque no quiero salir chiquitito. Y con In Bloom partimos arriba”.
Pero tras los aplausos del “Monstruo”, Ruminot plantó cara a la inquietud palpitante de la hoja en blanco. “Después de Viña tenía un show en Talca y en Chillán y me acuerdo que mi señora [la también comediante Alison Mandel] me dice: ¿Qué vas a hacer? Le digo, ‘bueno, tengo una rutina’. Ahí me dice ‘pero, ¿y el equipo?’. Yo generalmente a los show iba con una persona, si es que iba con alguien. Entonces me comentó: ya no puedes hacer lo mismo de siempre, ya subiste demasiado tu propia vara. Y ahí armé equipo”.
Así, Ruminot armó un equipo que incluye productora, fotógrafo, diseñadores de gráficas, entre otros profesionales. “Dependiendo del tamaño del show es que vamos sumando gente”, explica el comediante. Y por su lado, pronto dejó atrás la resaca de Viña y comenzó a trabajar en una nueva rutina, la misma que mostró en julio pasado en Movistar Arena. Un show que, casi al estilo de un concierto, tuvo invitados como Kidd Voodoo, Andrés de León, Marcelo Barticiotto y la orquesta de Viña, al mando de López. Esa rutina, con orquesta y todo, es la que se podrá ver este sábado 13 de diciembre en el Gran Arena Monticello. Y esta vez, la entrada ya no es con In Bloom, sino con otro tema noventero, Rock ’n’ roll star, de Oasis.
“Yo no veo especiales de comedia, nada. Trato de nutrirme de otras cosas, de otras áreas. Prefiero ver teatro, leer literatura que no tenga que ver con comedia“.
“Es difícil reinventarse -dice Ruminot-. La rutina tiene mucho de eso, de que no se me vaya el humo a la cabeza, de cómo lo hago. Menciono que en realidad tengo una vida muy normal y he tratado de acentuar eso, de mantener esa normalidad en mi vida siempre para que nada de eso me permee. Ha sido un año súper bueno y muy noticioso para mí. Entonces, eso ha permitido también que empiece a ver otras cosas, otras temáticas. Hablo también un poco más de mi paternidad, que hablo, pero no tanto, o del matrimonio. Es un momento difícil el post Viña, quedarse con la hoja en blanco, pero ya aprendí a disfrutarlo”.
-En tus shows hay una notoria influencia de los conciertos, con la misma presencia de la orquesta, la recreación de la kiss cam de Coldplay con Jorge Zabaleta y Pancho Saavedra ¿es algo de lo que tomas nota?
Sí, voy mucho a conciertos. Voy a mirar porque hay mucho trabajo ahí, mucho conocimiento. Por ejemplo, cuando fui a ver a Kendrick Lamarck, cada vez que levantaba el puño, tiraban fuego artificial. Yo decía: mira, ¿por qué no?. Acá sería más difícil, pero voy mirando y anotando mentalmente que cosas se podría hacer. Y sí, la música me influye mucho. Lo que pasa es que yo no veo especiales de comedia, nada. Trato de nutrirme de otras cosas, de otras áreas. Prefiero ver teatro, leer literatura que no tenga que ver con comedia, ver películas que no sean de comedia, ir a recitarles, alejarme lo más posible, porque el peligro de influenciarte demasiado por un comediante es inminente. Y terminas haciendo el mismo tipo de show, los especiales de comedia son todos parecidos. Entonces, trato como de irme hacia otros lados.

-El año pasado publicaste el especial Vengan de a uno en Prime Video ¿te han ofrecido hacer otro especial?¿quedaste conforme con ese?
Sí, me han ofrecido hacer otro especial. Y así como conforme…me gustaría que quedara mejor. El lugar era muy bonito, el Teatro Municipal de Viña, que es hermoso, pero siento que lo podríamos haber aprovechado más iluminándolo mejor. La rutina me gusta. Tiene una intro que grabé en Nueva York de cuevazo, porque tengo unos amigos que se fueron a vivir allá y yo dije, oye, grabemos algo. La Alison tenía un show allá, la acompañamos en familia y grabé la intro allá. Se ve como la mega producción, pero en realidad era como yo y mis amigos en Times Square. Me gustaría seguir explorando eso, encuentro que es muy bueno, porque además hay mucha gente que está en la plataforma y te pueden ver y volver a ver. Además, que te ven de otros lados, eso es increíble. Este año hice una gira en Europa y mucha gente, latinos y chilenos que estaban ahí, habían visto el especial. Es muy agradable que te vean de otros lados sin que tengas que moverte.
-En la TV has estado en Socios de la parrilla y Socios por Chile, junto a Jorge Zabaleta y Pancho Saavedra, aunque son muy graciosos, de alguna forma tú tienes la presión de ser el chistoso del grupo, el que tira las tallas ¿cómo manejas eso?
Mira, cuando Socios de la parrilla debutó en el 13, y como yo tenía este rol, me cortaban todo. Y hay cosas que está bien que la hayan cortado, no culpo al 13, pero en el corte final, y yo me acuerdo que había gente que comentaba ‘oye pero no habla’, claro, si me cortan todo, obvio que no hablo. Si fuese en vivo, quizás sería distinto. Y yo siento que encontré más mi lugar en Socios por Chile. Cuando viajamos pude encontrar el lado gracioso, pero también pude conectar con la gente. Descubrí otra cosa que yo no sabía que podía ser. Ahora volvemos con Socios de la Parrilla, espero que no me corten este año ajaja. Pero esto hizo crecer mi público; ahora hay por lo menos unas 10 personas de la tercera edad en el show, eso no pasaba. Hay gente que me ha podido conocer otra faceta y también me ha ayudado mucho. Jorge y Pancho son súper importantes en mi vida. Para mí, conocerlos, trabajar con ellos, habernos hecho amigos, para mí ha sido una bendición. Yo siento que soy mejor persona desde que los conozco.
“Yo creo que para Stefan [Kramer] igual es una presión grande cerrar todos los años la Teletón, tiene la obligación de mostrar algo nuevo y artísticamente, yo creo que es casi imposible. Y en el nivel de Stefan, hay que ir y mostrar algo novedoso, algo distinto, algo que llame la atención. Entonces, no es fácil”.
-A propósito de humor en la TV, ha tenido mucho éxito El Muro. Se ha hablado de que ha vuelto un humor más clásico ¿ha cambiado el consumo de humor en la gente?
En el formato de tele el humor clásico es el humor que funciona. No hay espacio para otros tipos de humor en la tele actualmente. El desglose de público en segmento etario ha ido creciendo los públicos más adultos, esperan ese tipo de humor y está super bien. Los tipos de humor distintos que alguna vez exploramos en algunos bloques del Club de la Comedia, no tienen cabida en una tele como la de ahora. Pero está internet y los caberos no ven tele, ven internet. Entonces, los espacios de humor para otros tipos de público están en internet y el humor clásico, que es el humor que quieren los papás, los abuelos o algo más familiar, debe estar en la tele, me parece súper bien. Los mayores de 40 o 50 años crecieron viendo tele, pero para las nuevas generaciones la tele es un mueble de la casa. Es muy raro que vean tele.

-Recientemente, Stefan Kramer estuvo en la Teletón, y en las redes sociales hubo críticas a la presentación, derechamente se señaló que fue fome ¿cómo es para un comediante manejar una situación así?
Yo creo que es difícil. Es difícil porque en este oficio hay un componente importante de nobleza, en el sentido de estoy aquí parado porque los vine a hacer reír. Más allá de que te paguen o el éxito o lo que venga después las consecuencias, la fama, el fin primero es: hola, los vengo a hacer reír. Con la mejor intención del mundo, lo que más uno quiere es que lo que uno escribió tenga un efecto en la gente y se ría. Cuando eso no sucede, es súper frustrante. Frustrante en mucho sentido. Pero también hay que poner oído a eso. Y ojo, la gente da sus opiniones y uno tiene que estar atento a eso. No en el sentido de darle el gusto en todo, sino de quizás proponerles otra cosa. Lo que nos pasaba a nosotros, por ejemplo, en el Club, la gente no esperaba que existiera un programa que tuviese stand up y sketch, no, nosotros lo propusimos. Y fue como ¿les gusta? buenísimo, si no, bueno, pensábamos en algo diferente. Uno propone y la gente, obviamente, está en su derecho de decir, me gustó, no me gustó, estuvo divertido. Entonces, en su origen hay nobleza, en el desarrollo hay incertidumbre. Si sale mal, yo creo que, como te decía, hay que ponerle oído, mucho ojo. Todos son generales después de la derrota, pero creo que ahí hay que poner el ojo y quizá pensar en hacer otras cosas o generar otras propuestas o cambiarse de formato. Yo creo que para Stefan igual es una presión grande cerrar todos los años la Teletón, tiene la obligación de mostrar algo nuevo y artísticamente, yo creo que es casi imposible. Y en el nivel de Stefan, hay que ir y mostrar algo novedoso, algo distinto, algo que llame la atención. Entonces, no es fácil. Pero yo creo que estas situaciones invitan a que uno reflexione y diga voy a hacer algo diferente para tener otro tipo de resultado.
“En el formato de tele el humor clásico es el humor que funciona. Los tipos de humor distintos que alguna vez exploramos en algunos bloques del Club de la Comedia, no tienen cabida en una tele como la de ahora“.
-¿Está más reactiva la gente? Han pifiado hasta en Olmué, en Las Condes, ¿se ha llevado la dinámica de las redes sociales al escenario?
Sí, sin duda. Partiendo de la base que Chile es el único país en que el público pifia cuando el humorista no le gusta. Eso no pasa en otros lados, generalmente es silencio. Acá es una reacción más visceral. Yo tengo una teoría que parte un poco desde la idea, porque al menos a mí no me ha tocado, no es la realidad, de que la gente empezó a enterarse de cuánto le pagaban a algunos comediantes, que dicen: con toda la plaza ganan, no pueden armar una rutina mala. Esa es mi teoría, que es más simple quizá de lo que es la realidad. Pero sí, hay reacciones más viscerales, la gente está más predispuesta y también está con mucho más ánimo de reprochar un acto que no está funcionando. Ahora, yo creo que la pifia nunca es buena. Quizás el silencio sea lo correcto, pero hay una acumulación de cosas, creo yo. Tiene que ver más con la sociedad que con la rutina en sí o con el comediante en sí. Lo que pasó con George Harris, para mí fue una una batalla cultural más que la rutina en sí. Después derivó a la rutina que, en realidad, estaba mala nomás. Yo he vuelto a ver el video y digo: no tengo dónde agarrarlo, no veo cómo, pero al principio era una batalla entre países. Y con la coyuntura y con todo lo que está pasando, no es una situación fácil.
-Tu show en el Monticello es justo el día antes de la segunda vuelta presidencial ¿cómo incluyes ese hito en tu rutina?
Tengo un bloque que lo hice en el Movistar y estaba pensando cómo retomarlo ese día para ya despedirme de ese. Yo empiezo a hablar de lo difícil que es hablar de política y de hacer humor político. Y de hecho, hago una advertencia a la gente antes de ese bloque, sobre las personas que voy a mencionar, ni pifias ni aplausos. No me va a cambiar nada, no están acá. Si menciono al presidente, ni pifias ni aplausos. Si el chiste vale la pena, por favor ríanse. Y empiezo a desarrollar una teoría, una tesis de humor en torno a lo difícil que es esta época para nosotros como personas, como familia, sobre la política. No existe una familia que es solamente de derecha, no existe una familia que solamente sea de izquierda. En nuestra familia hay de todo. Entonces, ¿cómo compatibilizar eso? ¿cómo poder no caer en peleas por política con la familia? Es difícil, pero yo digo que siempre hay un primo hueón. Ahí yo digo, todos tenemos un primo huevón, y el que dice que no, tú eres el primo hueón. Y que el primo que le gusta pelear en la comida familiar, en el cumpleaños de la tía, la tía es hipertensa, porque si no es hipertensa, no es tía. Y ahí empiezo a desarrollar eso.
Pedro Ruminot se presentará el próximo sábado 13 de diciembre en el Gran Arena Monticello. Las entradas se pueden adquirir en el sistema Ticketmaster.

COMENTARIOS
Para comentar este artículo debes ser suscriptor.
Lo Último
Lo más leído
1.
2.
3.
Plan digital + LT Beneficios por 3 meses
Infórmate para la segunda vuelta y usa tus beneficios 🗳️$3.990/mes SUSCRÍBETE


















