Chile acaricia su techo histórico

Quintanila Dakar

Chaleco administra con inteligencia su ventaja en un día marcado por el descalabro de Moreno. Quintanilla araña un segundo y afronta la etapa decisiva a 1'02'' del australiano Price.



Nueve días y casi 5.000 kilómetros después, Chaleco López acaricia su primera corona en un Dakar. Apenas una etapa, la última -también la más corta- le separa de un título construido a pulso, a lo largo de los años y las dunas. 359 kilómetros -112 de especial- deberá completar para terminar de saldar su cuenta pendiente con la prueba 12 años después del inicio de su particular travesía por el desierto, en 2007, cuando el rally aún se corría en África y coronaba a los ganadores al llegar a la capital de Senegal.

Tras tener que conformarse con dos terceros puestos en motos, y con una holgada ventaja de 59 minutos y 46 segundos en la general de Side by Side (UTV) sobre su nuevo escolta, el español Gerard Farrés, emprenderá hoy el piloto de Can-Am su ruta con destino al primer cajón del podio de Lima.

Porque de la penúltima y crucial etapa disputada ayer con inicio y final en Pisco -un bucle con tintes de auténtica emboscada para el destacado líder- Chaleco no solo logró salir con vida, sino también con medio Dakar en el bolsillo.

Era una jornada -ya lo había advertido el piloto- para soportar las embestidas y minimizar los daños. Y, cronómetro en mano, el binomio formado por López y su navegante Álvaro Léon terminó cumpliendo ambos objetivos con creces. Cedieron solo 11'26'' en la línea de meta con respecto al vencedor del día, un resucitado Reinaldo Varela, que tras su naufragio de la jornada anterior volvió a ser el más rápido en todos los puntos de control marcando un tiempo al final de 4.20'02''.

"Fue una etapa bastante buena donde salimos a cuidar los minutos que teníamos con el segundo lugar. Una etapa inteligente en la que cuidamos nuestro buggy y que resultó bien. Estamos primeros en la general y mañana (hoy) usaremos la misma estrategia; ser constantes, cumplir con todos los waypoints, la navegación y cuidar la máquina. Esperemos que sea un buen día", manifestaba con prudencia Chaleco López desde el bivouac de Pisco.

La jornada, sin embargo, no pudo ser completa para los intereses chilenos en SxS, y Rodrigo Moreno, que había largado segundo en la general (a 54 minutos de Chaleco), terminó cruzando la meta a dos horas y 22 minutos de Varela, despidiéndose virtualmente del podio tras acusar problemas desde su paso por el WP2.

Mejor suerte corrió, en una jornada marcada por el abandono del 13 veces ganador del Dakar Stéphane Peterhansel, el chileno Pablo Quintanilla, que sigue con opciones de convertirse en el primer piloto nacional en conquistar las motos.

En la especial de ayer, de 313 kilómetros, condicionada notablamente por la partida en línea de los pilotos, el sanantonino fue tercero, a 3'28'' del vencedor, el francés Michael Metge, consiguiendo arañar apenas un segundo simbólico al líder de la general, el australiano Toby Price, que arrastraba molestias en la muñeca.

Una estrategia conservadora, la de Quintanilla, pero también efectiva, que le permitirá salir a apenas un minuto de distancia de Price en una etapa final que aspira a colarse en la historia de las grandes definiciones.

Porque hoy Chile juega en Perú a la victoria en dos categorías distintas y con dos caballos ganadores. Jamás el país logró coronarse campeón del Dakar en SxS, conseguir más que un tercer puesto en motos o alcanzar a situar a dos pilotos, de manera simultánea, en los dos primeros cajones del podio. Pero sobre todo nunca se situó con tanta autoridad tan cerca de su techo histórico.

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