Discursos emotivos, lesiones y penales: el plan de Gustavo Álvarez para meter a la U en la final de la Copa Sudamericana
El entrenador del cuadro laico ha preparado de manera especial el duelo frente a Lanús, por la revancha. En Buenos Aires, el equipo estudiantil busca la gloria.

Universidad de Chile encara el compromiso más trascendental de su temporada: la revancha de las semifinales de la Copa Sudamericana frente a Lanús, en Buenos Aires, tras un empate 2-2 en el partido de ida disputado en el Estadio Nacional. Sin embargo, el panorama que enfrenta Gustavo Álvarez para conformar el once titular es un auténtico rompecabezas.
La U llega al cruce con bajas extremadamente sensibles y un plantel que ha sido golpeado por las lesiones. La más significativa de ellas sin duda es la de Lucas Assadi, una de las estrellas y el jugador más desequilibrante del equipo, quien sufrió un desgarro fibrilar en el isquiotibial derecho durante el Clásico Universitario jugado en el Claro Arena. Su ausencia no solo deja un tremendo vacío en la generación ofensiva, sino que además limita las variantes tácticas del técnico azul. El futbolista de 21 años, que había ingresado en el segundo tiempo ante la UC para aprovechar la superioridad numérica tras la expulsión de Gary Medel, debió retirarse antes del final por la molestia muscular, y según los diagnósticos emanados desde el club estará fuera al menos seis semanas.
A esta baja se suman los problemas físicos de otros jugadores clave. Javier Altamirano e Israel Poblete arrastran molestias, mientras que Matías Sepúlveda salió lesionado en la ida, siendo un jugador muy importante para la proyección ofensiva. Felipe Salomoni asoma como su reemplazante, pero también está tocado. En la banda derecha, Fabián Hormazábal acumula desgaste y por eso jugó menos de un tiempo en la derrota ante Universidad Católica, según explicó el propio entrenador. La situación de los delanteros es igualmente complicada: Rodrigo Contreras viene sin ser citado por un asunto judicial y Lucas di Yorio tiene una molestia en un tobillo, tras la infracción de Gary Medel que le costó la expulsión al Pitbull en el triunfo de la UC.
Ante este escenario, Álvarez ha comenzado a delinear alternativas para intentar mantener la competitividad del equipo. Nicolás Guerra asoma como reemplazo natural de Assadi en el rol ofensivo, acompañado por Di Yorio. Mientras que Javier Altamirano, si logra superar sus molestias, conservaría funciones creativas en el mediocampo.
El resto del esquema se mantendría similar al partido de ida. La U va a ir con Gabriel Castellón; Hormazábal, Franco Calderón, Matías Zaldivia; Maximiliano Guerrero, Salomoni; Charles Aránguiz, Israel Poblete; Javier Altamirano; Di Yorio y Guerra.

Días complejos
El contexto de los últimos partidos agrega presión a Álvarez. La derrota en el Clásico Universitario frente a la UC caló hondo y expuso las limitaciones del equipo, que a pesar de controlar la posesión en algunas fases del encuentro, sufrió en defensa y terminó pagando caro un desajuste en la salida. “Yo a mis jugadores los quiero para que ganen, para que sean mejores, y no porque ganaron y porque son los mejores después. Para mí es el mejor momento del año”, reflexionó Álvarez tras la caída, subrayando que el gran objetivo de la temporada sigue siendo la Copa Sudamericana.
En el clásico, la U mostró síntomas de desgaste. Poblete y Altamirano fueron reemplazados en la segunda mitad, mientras que Assadi, recién ingresado, terminó lesionándose. Hormazábal no estaba ni para 45 minutos. La combinación de estos factores dejó en evidencia que el equipo todavía no tiene la profundidad necesaria para reemplazar con garantías a sus figuras en momentos críticos.
En la ida contra Lanús, la U supo recuperarse de un 2-0 adverso y lograr un empate agónico con un penal ejecutado por Aránguiz en los minutos finales. Esa resiliencia será clave para la revancha en Buenos Aires, donde se espera un estadio lleno y un ambiente hostil, tal como advirtió Castellón: “La vuelta a Argentina va a ser un tema, la situación va a ser hostil. Primero por lo que pasó con Independiente y lo que pasó acá en el Mundial… pero hay que enfocarnos en lo que tenemos que hacer”.
Además, el guardameta reconoció estar trabajando en una eventual definición a penales. “Para mí, los penales no son una lotería. Todo se trabaja, todo se entrena, se estudia como patea el rival, uno busca a los jugadores que se puedan parecer a los rivales y entrena con ellos”, confesó.
Lanús, por su parte, llega consciente de las complicaciones que enfrenta la U. Además, el equipo descansó el último fin de semana por la suspensión de la liga local debido a las elecciones legislativas del país transandino. En términos estratégicos, los azules tienen que decidir cómo redistribuir responsabilidades ofensivas sin Assadi. Nicolás Guerra será llamado a asumir mayor protagonismo, mientras que Di Yorio deberá convertirse en referente y punto de anclaje en el ataque.
El desafío no termina en lo táctico. El factor psicológico también será determinante. Los nacionales deben superar la dura derrota ante la UC, lidiar con la presión de un estadio hostil con casi 50 mil personas y mantener la concentración frente a un rival que se siente cómodo en su recinto y en el que prácticamente no le hacen goles. La capacidad de Álvarez para motivar a un plantel golpeado será tan importante como las decisiones en la pizarra. Por lo mismo, durante los últimos días les ha reforzado la posibilidad de entrar en la historia del club. Además, entre los mismos futbolistas, asumen la importancia de valorizar su carreras en caso de llegar a la final de la Copa Sudamericana. La mayoría del plantel, salvo Charles Aránguiz y Marcelo Díaz, se ilusiona con dar el salto al extranjero.
Además, los números de la temporada reflejan que la U ha tenido un desempeño irregular. Tras una primera rueda con buen rendimiento, en la segunda mitad la productividad cayó a un pobre 40,7% de rendimiento, y un historial de derrotas y empates que demuestra la fragilidad del equipo frente a rivales que presionan intensamente, sobre todo, como visitante.
Con todo, la apuesta del DT ha sido clara: priorizar la Copa Sudamericana como gran objetivo de 2025. La semifinal frente a Lanús no solo define la continuidad internacional del equipo, sino que también es un medidor de la capacidad de Álvarez para sostener su proyecto. Además, en caso de meterse entre los dos mejores del certamen, los estudiantiles asegurarán un bono de US$ 2 millones.
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